La Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (Apama) señaló que el trabajo registrado haría perder el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y otros beneficios existentes de trabajadores que realizan labores en las cosechas. La actividad, en el período de trabajo más intenso (de octubre a diciembre) moviliza más de 12.000 personas en el NEA.

Ante la situación económica general, agravada por la pandemia, el gobierno estableció el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que se suma a otros beneficios existentes: “Esto ocasiona un impacto negativo en la posibilidad de registrar a nuestros trabajadores ya que al registrarse pierden este nuevo beneficio, reduciendo en gran medida la mano de obra disponible para nuestra actividad de cosecha”, dijeron desde Apama.

En ese marco, desde la institución se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de Resolución 4323-D-2020, en el que se solicita al Poder Ejecutivo Nacional darle continuidad al IFE, creado por Decreto 310/2020, a los trabajadores rurales temporales de las economías regionales que realicen cosechas durante la pandemia del Covid-19.

“En las vísperas de la campaña 2020 que comenzó de modo incipiente con los primeros embarques, la actividad es una gran generadora de mano de obra que resulta imprescindible para poder exportar sus frutos y traer divisas al país”, remarcaron desde la asociación.

Al respecto, consideraron “gratificante ver el mayor movimiento comercial que se genera en las ciudades sobre el fin de año de todo el personal que con tanta dedicación cosecha uno por uno los arándanos que hacemos crecer durante todo el año”.