Horacio Rodríguez Larreta, con la intención de ganar en primera vuelta, y Matías Lammens, con el objetivo de forzar un ballottage, abrirán hoy la serie de debates obligatorios entre los candidatos a jefe de gobierno de la ciudad. Estarán junto a ellos Matías Tombolini, por Consenso Federal, y Gabriel Solano, por el Frente de Izquierda.

El debate será televisado por el Canal de la Ciudad, desde las 21, y durará una hora y media. El mecanismo fue establecido por el Superior Tribunal de Justicia porteño. La disputa verbal de hoy no contará con público -algo que pretendía la izquierda- y los candidatos podrán estar acompañados por asesores.

El mecanismo prevé que los candidatos primero hablen un minuto cada uno para presentarse y después cada uno se referirá a cuatro ejes preestablecidos: autonomía judicial y seguridad; equidad, inclusión y desarrollo humano; vivienda ambiente y desarrollo productivo, y, en último lugar, infraestructura y gestión urbana. Luego, habrá 30 segundos para que cada candidato haga una pregunta a sus pares y la respuesta deberá ser en un minuto. Para finalizar, los aspirantes a la jefatura de gobierno contarán con un minuto de cierre.

El debate será moderado por los periodistas Débora Plager y Guillermo Andino en la apertura y en el cierre. Los ejes temáticos serán conducidos -en parejas- por María Areces y Damián Glanz, María Laura Santillán y Marcelo Bonelli, Érica Fontana y Adrián Puente y Marisa Andino y Claudio Rigoli.

La modalidad acordada no dará para grandes choques y se espera que las instancias de contrapunto se presenten cuando los candidatos se hagan preguntas entre ellos.

En las filas de Rodríguez Larreta y de Lammens dicen que no habrá sorpresas y que se ajustarán a revisar los temas que estudiaron en las últimas semanas. Rodríguez Larreta trabajó ordenando la información para concentrarla en el minuto de tiempo para cada eje. El candidato porteño trabajó con su equipo más próximo, en el que se destacan Eduardo Macchiavelli, su jefe de campaña; Karina Fernández, su jefa de comunicación, y su vocero, Marcelo Nachón.

Sus allegados se encargan del coaching gestual y actitudinal y Larreta intentará repasar la letra en voz alta para naturalizar su discurso sin que parezca un recitado. Se centrará en la experiencia, la gestión en la ciudad y la continuidad, en las obras. Será un discurso local, despegado del presidente Mauricio Macri, que tira hacia abajo su intención de voto, aunque Lammens buscará recordarle su eslogan de campaña: "Rodríguez Larreta es Macri".

El objetivo del jefe de gobierno es cerrar la reelección en primera vuelta, aunque su vicejefe, Diego Santilli, admite que no llegarán al 50 por ciento de los votos y que la elección se definirá en ballottage. Los antecedentes avalan esa idea. Sin embargo, en la oposición creen que "es una estrategia para bajarse el precio" y luego festejar una "victoria épica". En la gestión de la ciudad creen que Tombolini se concentrará en sacarle votos a Rodríguez Larreta, y Solano, a Lammens.

Del lado de Lammens, el presidente de San Lorenzo preparó el debate con un grupo de 60 colaboradores, que conforman los equipos técnicos especializados en cada tema porteño. Lammens tiene armadas carpetas que estudió como en sus tiempos de alumno universitario. Sus colaboradores afirman que les hubiera gustado un debate más abierto, en un formato que permitiera un mayor intercambio. El candidato kirchnerista se preparó teniendo reuniones con referentes de su equipo que ya pasaron por la experiencia del debate, como Claudia Neira, que aspira a acceder a una banca en la Legislatura porteña. Hará hincapié en la degradación de la economía, la situación de las pymes y las falencias en educación y salud. Ambos contrincantes se conocen y se aprecian, por lo que no se esperan - a priori- golpes bajos, confían en cada rincón.

Lammens sabe que el debate es más útil para él que para Rodríguez Larreta, porque el jefe de gobierno tiene más que para perder que para ganar. Su objetivo es que su contrincante no llegue a ganar en primera vuelta y forzar un ballottage, para lo cual tiene posibilidades.

De todos modos, tanto los asesores de Cambiemos como los del Frente de Todos saben que un debate no es decisivo para que un candidato gane una elección, aunque coinciden en que una mala performance puede hacer que la pierda. Los debates están destinados a reforzar las ideas previas y se estima que son pocos los indecisos que se convierten en votantes.

Fuente: LN