Un equipo internacional de científicos ha reconstruido en 3D el tórax de un neandertal y el resultado dista mucho de la imagen estereotipada de cavernícola con pecho en forma de barril, pues caminaba más erguido y tenía más capacidad pulmonar que el hombre moderno.
El trabajo, que se publica en Nature Communications, ha sido liderado por el investigador Asier Gómez-Olivencia, de la Fundación Vasca para la Ciencia en la Universidad del País Vasco (España), y la investigadora del Ono Academic College de Tel Aviv (Israel) Ella Been.
Para crear el modelo virtual, los científicos utilizaron tomografías computerizadas de los huesos del esqueleto neandertal Kebara 2, los restos de un varón joven apodado "Moisés", que murió hace unos 60.000 años, descubierto en 1983 en el yacimiento israelí de Kebara (Monte Carmelo).
Aunque nunca se encontró el cráneo (probablemente fue retirado como parte de un ritual funerario), el esqueleto conservaba todas las vértebras y costillas, además de otras regiones anatómicas frágiles como la pelvis o el hueso hioides, lo que lo convirtió en el esqueleto con el tórax más completo del registro fósil neandertal.
En 2017, este mismo equipo de científicos hizo una reconstrucción virtual de la columna vertebral de Kebara 2, lo que supuso el primer paso para actualizar las teorías de la biomecánica neandertal. Ahora, casi dos años después, han reconstruido el tórax de este individuo.
Contrario a lo que se creía no serían tantas las diferencias entre el humano y el neandertal.
Para recrear el modelo tridimensional del tórax de Kebara 2, los investigadores escanearon una a una todas las vértebras y las costillas y luego las ensamblaron en 3D. A continuación, compararon las imágenes de los huesos de neandertal con escáneres médicos de hombres modernos actuales.
La reconstrucción, unida al estudio previo de la columna vertebral, "nos permitió ver que las diferencias entre el tórax humano moderno y el neandertal son sorprendentes", dijo a Efe Gómez-Olivencia.
El modelo mostró que su columna vertebral era del mismo tamaño, pero más estable y erguida que la nuestra, lo cual fue "toda una sorpresa, y que el tórax neandertal es más ancho en la parte inferior que el de los humanos modernos, destacó el investigador.
"Este individuo nos dice que los neandertales respiraban de una manera distinta. Tenían los mismos mecanismos que nosotros, pero los usaban de manera distinta: ellos dependían más del diafragma para respirar y menos de la caja torácica, con mayor capacidad pulmonar".
Estos resultados, además, son "coherentes" con estudios previos publicados por Markus Bastir y Daniel García-Martínez (coautores de este estudio e investigadores del grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España) que señalaban que los neandertales tenían una capacidad pulmonar un 20 por ciento superior a la del hombre actual.
"Determinar la forma del tórax es clave para entender cómo se movían los neandertales en su entorno porque nos da información sobre su respiración y equilibrio", explicó Gómez-Olivencia.
Los neandertales habitaron Europa Occidental y Asia Central durante más de 200.000 años en periodos de glaciares e interglaciares y, durante ese tiempo, neandertales y homnosapiens no solo compartieron espacios comunes, sino que tal y como han demostrado diversos estudios de ADN, también llegaron a cruzarse.