Como en los anteriores dos viernes, miles de ciudadanos volvieron a manifestarse en distintas esquinas de la Ciudad de Buenos Aires. El ruidazo también se sintió en el conurbano y en algunos puntos del interior del país.

n el barrio de Belgrano, gente de edad avanzada corta la calle cuando el semáforo pasa a rojo y vuelve a la vereda una y otra vez. Un encargado de edificios, padre de tres hijos, cuenta que con los 15 mil pesos que cobra no llega al día diez. “Vivo en Berazategui y sólo de luz pago cuatro mil”, apunta. “El país está destruido pero no quieren cambiar”, lamenta.

“Hay que terminar con este gobierno que nos está matando, que nos deja una deuda tremenda. Quiero que se vayan, que acepten que fracasaron, que el pueblo está mal”, destaca. “La ministra de educación tendría que renunciar, no pueden cerrar escuelas. En seguridad le están dando un arma a tipos con seis meses de entrenamiento. Quieren meter presos a los chicos a los quince años. Macri ha logrado unificar al país: todo el país lo está puteando, es increíble”, dice un joven.

“Viví todos los gobiernos y me da vergüenza ir a una verdulería y ver madres comprando una papa, una cebolla, nunca se vio esto. Es lamentable que mucha gente no sale a la calle. ¿Qué falta? ¿Qué nos saquen la piel?”, pregunta Elena, de 43 años. “Si un hombre golpea a una mujer, lo meten preso. Este hombre nos golpea a todos. ¿Nadie se da cuenta? Nos están golpeando a las familias, en los sentimientos. ¿Hasta cuándo vamos a estar dormidos?”, completa.