Estudiantes secundarios, organizaciones sociales y sindicales y partidos políticos de izquierdas, realizaron una manifestación en el Consejo General de Educación (CGE)  para reclamar la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas entrerrianas, informaron a AIM. Además, reclaman que el Estado deje de financiar escuelas confesionales.  

En la jornada, se exigió al Gobierno de Gustavo Bordet que a exactamente 12 años de la sanción de La Ley Nacional N°26.150 de Educación Sexual Integral (ESI) se aplique la norma en las escuelas entrerrianas.

“Como estudiantes secundarios creemos que es sumamente importante la implementación de la ESI con perspectiva de género para formarnos con la capacidad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos”, dijeron los integrantes de Indignadxs a esta Agencia.

En ese sentido, criticaron que en la educación pública en argentina en general, y en la provincia en particular, sólo se conoce a esta Ley por su nombre: “La aplicación, es decir, la posibilidad de recibir una educación sexual integral con perspectiva de género y disidente, es algo ajeno a las aulas de la provincia presidida por Bordet”.

Al respecto, precisaron que el gobernador y los integrantes del resto de los partidos políticos tradicionales (PJ, Kirchnerismo, Frente Renovador y Cambiemos) “son los responsables de que la implementación de la ESI no se haya hecho efectiva. Su embestida contra la educación pública, más las partidas presupuestarias destinadas para las Escuelas privadas y confesionales (a nivel nacional representan unos $35 mil millones), son el eje del problema. Su política educativa los ha convertido en los garantes de las instituciones que relegan a la formación científica por un credo”.

Ante ese escenario también pidieron que el Estado “deje de financiar las escuelas privadas y destine esas partidas a la educación pública para garantizar una formación laica, feminista, científica y de calidad”.

Cabe recordar que hace una semana el Instituto Cristiano Evangélico Bautista de Paraná (Icebem) hizo gala de su medievalismo, introduciendo un material aberrante en una clase de "educación sexual". El homo-odio era eje de esas fotocopias que aludían al "pecado" de ser homosexual, a la posibilidad de dejar de ser homosexual y a que no se debe aceptar dicha "orientación".