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La crisis económica por la Pandemia en la larga cadena de tropiezos argentinos

Manuel Gabás ve el futuro con esperanza. A pesar que la actual crisis que golpea fuerte el sector comercial, como buena parte de los rubros y actividades productivas, el tesorero de Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) Paraná ve algunas señales de reactivación luego del gran cimbronazo de la Pandemia. El Covid-19, en definitiva, asestó un duro golpe a una economía que ya venía alicaída, reflexionó junto a AIM.

El negocio de marroquinería e indumentaria de Manuel Gabás nació en el año 1975, cuenta en una larga charla con esta Agencia. Trae esta referencia para señalar que desde el mostrador de su negocio –dice este dirigente de Apyme– ha visto pasar innumerables crisis económicas. La historia de su comercio es también una micro historia de estos vaivenes del país. “En el año 1975, cuando abrí el negocio, a los pocos meses llego el Rodrigazo”, cuenta sobre el primer gran plan de ajuste que en junio de ese año ejecutó el ministro de Economía de la presidenta Isabel Perón, Celestino Rodrigo, con una gran devaluación de la moneda, de entre el 50 y 60 por ciento. “Fue un parate total, donde el combustible creció en dos veces. Eso fue un shock”, grafica en lo que entiende fueron los prolegómenos de lo que vendría con la dictadura militar. “Esta fue el inicio de querer liberalizar todo”

Es por eso que la crisis económica por la Pandemia, no lo toma de sorpresa. “Veo las estanterías llenas y me da una pena no ver gente adentro. En mi negocio siempre habría una puerta y entraba un cliente. Ahora no se pasan de las 10 o 12 facturas diarias”, detalla sobre cómo en la actualidad los negocios de este tipo trabajan a pérdida, y para diferenciarla que la actual es otro tipo de crisis. Porque luego del Rodrigazo, vino la dictadura, luego la hiperinflación del Raúl Alfonsín, la crisis de 2001 y la política económica de Mauricio Macri.

De todas estas crisis, dice Gabás, aprendió algo. “Desde que tengo negocios aprendí dos palabras: indexar, que se usa para actualizar los alquileres, los créditos y todo lo que perdía valor por la inflación; y el desagio, con el Plan Austral de (el economista de Alfonsín) Juan Vital Sourrouille, con el que se descontaba la deuda o cuotas”. Y de todas estas enseñanzas las que más le ha quedado es tratar de depender en la menor medida del sistema financiero. Reconoce igualmente que les es difícil, porque todas las transacciones comerciales y bancarias están vinculadas con este circuito. El veterano comerciante tiene una visión negativa del papel que juegan los bancos a nivel mundial.

Comprar y vender

Volviendo a las características de las crisis, el marroquinero diferencia la actual de padecida en 2001-2003, como algunas visiones tratan de igualar. “El 2001 y 2002 fueron durísimos porque los bancos se quedaron con de los ahorristas, con poco circulante”. Pero tienen sus matices porque en aquella época “se podía comprar”.

En tanto las más reciente las ubica con el crac económico y salto inflacionario de la era Macri. “La particularidad es que el país se paraliza y la recesión en el comercio comenzó en 2016”. Gabás entiende que al quitar los derechos a las exportaciones agropecuarias, aumentó la canasta alimentaria, se liberó la energía y los combustibles, dando un primer golpe al bolsillo que se vio evidenciado en la retracción de la economía en 2016 con una significativa baja de Producto Brito Interno (PBI). “Y en la industria en 2018, con la desaparición 17.000 industrias 40.000 pymes y 150.000 puestos de trabajo en la construcción en 2019”, apuntó. “La pandemia es la frutilla de este postre amargo, porque ya veníamos mal”, señala.

Pero ante este panorama poco alentador, se ven mejore guarismos luego del impacto económico por la pandemia. El comerciante entiende que en mayo de 2020 comenzó a girar lentamente la rueda “con un crecimiento en junio de ventas”. Con algunos desequilibrios “llegamos a setiembre con negocios esenciales mantienen su nivel, con pocos caídos”, repasa. “En accesorios, de calzado y vestir, esos negocios que estaban mejor abril y mayo, ahora están aplanados. El nivel de ventas caído de un 30 a 50 por ciento de facturas a valores constantes respecto al año pasado”. En los no esenciales sólo se ve un repunte en la construcción, con un cuello de botella porque de golpe se comienza a producir una demanda en un sector casi paralizado. “El país se achicó y lo ganó la especulación y el negocio financiero”, dice sobre la política económica del gobierno saliente. “Nosotros caímos primero y luego la industria y fue atroz. Y las que no cayeron quedaron limitadas”.

En este nuevo escenario, cree que “la readecuación va a ser para el consumidor que se va a tener que adaptar a la producción nacional”.

Gabás ve con muchas esperanzas el porvenir, “porque lo veo económicamente bien, En comparación de 2001 que los dólares de los clientes los tenían los bancos”. En cuanto a “la balanza comercial es favorable desde el año 2019, con un costo que nos importan bienes de capital para la industria. La balanza de pagos sigue siendo superávit en dólares, para la estabilidad, algo que no ocurría en 2001. Veníamos de un default de deuda externa con el que terminamos en 2019, y este de ‘reperfilar’ se terminó de arreglar hace un mes. Está ordenada la parte con los acreedores externos; teníamos una tasa del 7 y la bajamos a 3, y esto da un poco de oxígeno. Ahora viene el FMI. Va a haber que arreglar”, adelantó.

Y sobre el dólar, el dirigente de Apyme apuntó que la puja es meramente especulativa. Y que el “mercado interno y la exportación, es la única forma de recaudar impuestos”, indica.

“La recuperación va a venir, tengo certeza, porque los factores económicos así lo indican; lo más jodido es la caída del PBI, que tienen que ver con que se necesita una recuperación, pero que será de a poco, dos o tres años, para llegar a los niveles de 2019, y viendo los números de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que establecen una caída del 10 por ciento”, refiere para anticipar que si se dan las cosas, será a otro ritmo.

Crisis pandemia comercio

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