La comunidad educativa de la escuela de circo de Paraná realizó una performance, para reclamar al Estado local partidas presupuestarias para  funcionar, registró AIM. El gobierno se comprometió a pagar las deudas con los docentes. Actualmente son diez los docentes que dan clases a más de 63 niños y 22 adultos.[{adj:55103 alignright}]

En la jornada de hoy la explanada del palacio municipal se pintó de colores. No era una fiesta, era la protesta de la comunidad educativa de la escuela de circo de la ciudad, que denunció que dese hace meses no se les paga los contratos a los profesores.

“Desde hace dos meses trabajamos sin contrato, preguntamos qué pasaba y nos dijeron que estaba en trámite pero la verdad es que no existía un expediente más allá de que se aprobaron por Decreto las partidas”, contó a esta Agencia Leandro Bogado, profesor de la escuela de circo, quien remarcó que más allá de la situación no se dejó de dar clases en el centro municipal Gloria Montoya.

La cultura “es un derecho y el Estado debe brindar la posibilidad de acceder a ella a todos”, remarcó el docente, quien precisó que las clases no sólo son un espacio de contención de niños sino que son un lugar donde se combina este lenguaje con el de la danza, la música, el teatro y otras artes, es decir, se trabaja con una concepción completa del ser humano, tanto física como espiritual.

Ante el reclamo, las autoridades de la municipalidad (Walter Rolandelli y Maricel Varisco) se reunieron con los docentes y se comprometieron a acelerar los contratos.  “Nosotros vamos a seguir sosteniendo la escuela, por más que los contratos aún no estén, porque confiamos que este conflicto se va a resolver rápidamente, ya que sabemos que al intendente de la ciudad, Sergio Varisco, le importa la cultura”, indicó Bogado.

La escuela municipal de circo hace 13 años que funciona y recibe a cientos de familia de toda la ciudad. Es una institución reconocida por ordenanza municipal, por lo que debe estar contemplada toda la situación, desde los honorarios de los docentes, seguros de los alumnos, mantenimiento del espacio e insumos necesarios, etc. Es un lugar cultural de formación, contención y disfrute. Por ella han pasado un incontable número de niños y adultos que adquirieron la formación necesaria para poder vivir de la profesión de circo, y además ser reconocidos tanto a nivel local, nacional e internacional.