El presente artículo es para despertar la curiosidad de lector sobre una lectura urgente: Un apartamento en Urano, de Paul Preciado. Desordenaremos algunas de sus crónicas del cruce y tomaremos una vez más el discurso potente, seguro y directo de Preciado para, a partir de allí, re-pensar-nos en medio de las estructuras sociales, ficciones políticas y discursivas que nos sujetan. Por Valentín Ibarra, para AIM.
Osada, la tapa del último libro de Paul B. Preciado es de color blanco marfil y anuncia un itinerario vital, un ataque al pensamiento convencional, una propuesta subversiva desde la lejanía de Urano. En la imagen que ilustra la portada, una figura: mitad hombre mitad mujer y viceversa. Cabellos ondulados largos y bigotes, un hombro descubierto y jeans ajustados, piernas y brazos de trazos superpuestos, ambiguos, sugerentes. En el cuello, mitad collar de perlas mitad pelo en pecho. Plasticidad y errancia de un cuerpo nómada, la marca registrada de la autor.
“No soy un hombre, no soy una mujer.
No soy heterosexual. No soy homosexual.
No soy tampoco bisexual. Soy un disidente
del sistema sexo-género”.
Prologado nada menos que por Virgine Despentes, el último texto de la de Burgos fue editado y publicado por Anagrama en abril de 2019. Reciente, muy recientemente, catalogado como un libro escrito desde las fronteras, valiente, trasgresor y necesario, que parte desde la experiencia personal para cuestionar los fundamentos y mandatos sociales, tal y como desde Testo yonqui nos tiene acostumbrado, su obra y su vida son una hoja de ruta, una cartografía del cuerpo y un ensayo permanente.
Paul, (antes Beatriz) interpela la heteronorma, pone en jaque el sistema sexo-genérico y hace estallar las categorías binarias desde un apartamento en Urano, lejos, muy lejos, de la tierra y con claras alusiones a la mitología griega, a aquel Titán primordial padre de Cronos, hijo y esposo de Gea; abuelo de Zeus, que pese a su linaje resultó una divinidad castrada y caída en el olvido. Va a decir la autora, que sueña con vivir en un planeta en el que rija el uranismo, sin razas ni géneros, ni relaciones de poder como lo expresa la taxonomía decimonónica.
El prologo, en realidad, es una bella carta de Virgine Despentes, compañera, amante y amiga, quien escribe desde el afecto e, incluso, desde la nostalgia, como a mitad de camino entre el placer y el dolor o mas bien ambos a la vez.
Esto es lo que sabes hacer, le dice: “contarles a los demás historias que eran incapaces de imaginarse y convencerlos de que es razonable querer que lo inimaginable suceda”. Un libro distinto de todos los anteriores, autobiográfico por el recorrido que una serie de artículos y ensayos imprimen sobre una realidad multiforme y cambiante con distintos ritmos, en el que denuncian el fin de las democracias en occidente y como los mercados financieros descubrieron que pueden funcionar dentro de nuevos regimenes autoritarios incluso con mas eficacia que en sociedad progresistas.
Las actuales sociedades con refugiados retenidos en campos de asentamientos, asesinados en el mar o dejados a la deriva de las grandes urbes, paralelismos, dice la autora de la “Teoría King Kong”, trazados por Preciado porque sabe que es uno de ellos, un oprimido mas y siempre lo será porque creció a finales de la dictadura franquista en España como una niña marimacho y ahora que es una mujer trans no olvida su propia historia, la recusa pero sigue latente quizá por eso su vida y obra sean un mapa vital.
Paul B., es la historia de una transición permanente, de un camino siempre en marcha y con mucho entusiasmo para, desde los márgenes, desplegar nuevos mundos posibles pasando de una lengua a la otra, de un libro a otro, de una ciudad a otra... de un género a otro.
Es precisamente esa transición la que hace de su autor un cuerpo en fuga, sospechado y enjuiciado por los autoritarios que atacan los cuerpos abyectos, los cuerpos de puta, los cuerpos trans, es decir: todos aquellos fuera de la ley.
Como cabe esperar, el libro recoge en una serie de artículos sus preocupaciones habituales: la libertad, la (contra)sexualidad, las relaciones sociales y de poder, la política, el transfeminismo, las minorías y oprimidos. Es una apuesta a perturbar el espacio de confort en el que se afirma el yo y la identidad, una afrenta a los cimientos mismos de cada individuo y de toda la sociedad, entre tantos fragmentos explosivos podemos leer: “Permítanme decirles que la homosexualidad y la heterosexualidad no existen fuera de una taxonomía binaria y jerárquica que busca preservar el dominio del pater familias sobre la reproducción de la vida. La homosexualidad y la heterosexualidad, la intersexualidad y la transexualidad no existen fuera de una epistemología colonial y capitalista que privilegia las prácticas sexuales reproductivas en beneficio de una estrategia de gestión de la población, de la reproducción de la fuerza de trabajo, pero también de la reproducción de la población que consume”.
No produzcas nada. Cambia de sexo.
Conviértete en el maestro de tu profesor.
Sé el alumno de tu estudiante.
Sé el amante de tu jefe. Sé el animal de tu perro.
Todo aquello que camina a dos patas es un enemigo.
Cuida de tu enfermera.
Entra en una prisión y reproduce la escena central
de Rebelión en la granja.
Intentará la autora retomar el ímpetu, que cierta academia vació de contenido a su potencia discursiva y a su lucidez intelectual y revitalizará los conceptos a partir de opúsculos nómades que esperamos interpelen a mas de uno y pongan en tensión lo heredado e instituido.