El adiestrador de animales y fundador de Alma Canina, Mariano Strekir, señaló a AIM que a los perros “hay que enseñarles a ser sociables con estímulos positivos, porque, sino, pueden ser un arma”.

La justicia condenó a ocho años de prisión al dueño de un pitbull que mató a una niña. El fallo “es totalmente acertado”, comentó Strekir a esta Agencia, quien explicó que “un animal puede ser como un arma si no está bien adiestrado, es decir, es responsabilidad del tutor lo qué hace”.

En ese sentido, explicó que muchos estigmatizan ciertas razas de perros como los Pit Bull terrier americano, American Staffordshire, Mastín Napolitano, Dogo Argentino, Rottweiler o Dóberman, “pero todo depende de cómo se los cría, ya que cuando el animal está socializado, no hay problemas, el tema es cuando hay personas desequilibradas que quieren adiestrarlos para defensa, para ser guardia de una casa, y en esto hay que poner énfasis que solamente puede adiestrar animales para ataque las fuerzas de seguridad del Estado, porque tienen un entrenamiento de control”.

En ese marco, destacó que para los animales domésticos “se tiene que apuntar a un entrenamiento para que sea sociable, porque su dueño es responsable y guía del comportamiento de la mascota, es decir, si al perro no se le da un entrenamiento de métodos positivos, entre los tres y ocho meses, para fortalecer un vínculo sano con el tutor y el medio que lo rodea, el perro carecerá de información sobre ruidos, animales o personas”, por lo que comentó que se pueden ver dos tipos de mascotas: “Unas que pueden insertarse sin problemas e interactuar con otros animales y personas y otros que tienen problemas al vincularse, pero esto responde a que su tutor tiene problemas, por lo que no puede manejar si vida ni la de una animal”.

Tenencia responsable
Los perros potencialmente peligrosos ¿nacen o se hacen? Para Strekir la disyunción tiene una clara respuesta: “Si nosotros hacemos todo bien, el animal será bueno, equilibrado y puede estar en la sociedad sin problema”.

Todos los perros “son potencialmente peligrosos por el calibre que tienen a la hora de morder, es decir, cuando atacan van a hacer algún tipo de destrucción para descargar su energía, pero todo depende del trato y el entrenamiento; hay un porcentaje mínimo en los que se pueden promover los genes agresivos, pero eso ocurre cuando el animal está en un criadero bajo determinados factores de agresividad constante, porque viven caniles, son maltratados y se fuerza que la hembra a tener cría. Así, cuando un perro es agresivo y se hacen los estudios y directamente se los mata, es decir, no pueden ser comercializados por esa razón”.

En contraposición, “está la parte social, los animales domésticos deben tener actividades recreativas y tienen que saber obedecer, por ejemplo, si tenemos un Dogo Argentino, Rottweiler o un Dóberman que se lo tiene encerrado en una casa y no se le enseña a ser sociable el animal responderá de una determinada manera a estímulos externos, por otro lado si tiene estímulos sociales como salir a plaza, conocer niños, jóvenes y adultos, estar en contacto con otros animales y conocer su entorno el perro estará bien y podrá insertarse sin problema”. Al respecto, aclaró que “sobre todo hay que hacerlos estar en contacto con niños, porque los perros lo toman (hasta una determinada edad), como parte de su manada, por eso juegan y los intentan ‘corregir’ con mordidas”.

En ese contexto, consideró que es necesario que en la provincia se aplique cabalmente la Ley 10.029 “que establece una tendencia responsable de las razas consideradas Perros Potencialmente Peligrosas ( PPP), por lo que se pide un número de identificación y un educador canino que adiestren y equilibre”.