El dato surge de una encuesta realizada en 30 países, en la cual el 40 por ciento de los consultados a nivel local dijeron haber ganado peso desde el inicio de la crisis sanitaria, por encima del promedio global.
El cambio de hábitos por la propagación global del coronavirus hizo que muchas personas aumentaran de peso y Argentina es uno de los países donde la gente gano más kilos. Un sondeo realizado por IPSOS entre fines de octubre y principios de noviembre e incluyó a 22.000 participantes de 16 a 74 años (500 de Argentina). A nivel global, el 31 por ciento de los encuestados admitió haber sumado kilos. Sudamérica encabezó el ranking, con Chile (52 por ciento) y Brasil (51 por ciento) en primer y segundo lugar, y Argentina en el quinto (40 por ciento).
Entre los consultados de todo el mundo que dijeron haber ganado peso (6.296), la media global fue de 6,1 kilos. Argentina, con 7,9 kilos, se ubicó en tercer lugar detrás de México (8,5) y Arabia Saudita (8).
"Esto se vio y se está viendo en el consultorio cada vez más. Muchos pacientes que ya venían en tratamiento volvieron a aumentar de peso y muchos pacientes nuevos refieren haber aumentado varios kilos en esta pandemia", afirmó la licenciada en nutrición especializada en obesidad Daniela Natale, al diario Clarín.
Entre las causas que manifiestan quienes consultan, aparecen principalmente "la desorganización alimentaria y el picoteo continuo, sumado al mayor consumo de comida por delivery, especialmente en los casos en lo que la virtualidad hace que no se corte el horario laboral".
En mayo, una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) entre casi 5.500 adultos había arrojado que más de la mitad de los consultados había subido de peso durante el inicio de la cuarentena; la mayoría (casi el 80 por ciento), de uno a tres kilos.
El aumento brusco de peso en pocos meses no es inocuo, advirtió Natale. "Más allá de la aparición de estrías o celulitis en la piel, por el aumento de peso excesivo en poco tiempo, también se pueden desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, dislipemia o hígado graso".
El informe Dieta&Salud durante la pandemia, de IPSOS, mostró que el problema trasciende las fronteras locales. A nivel mundial, tres cuartas partes de los consultados informaron cambios en su peso, ejercicio, consumo de alcohol o tabaquismo desde que comenzó la crisis desatada por el nuevo coronavirus.
El aumento de peso es lo que se observó de manera más generalizada. La contracara positiva: un 20 por ciento reportó haber perdido peso (con Malasia a la cabeza, 36 por ciento; en Argentina un 23 por ciento).
Respecto del ejercicio físico, a nivel global uno de cada cuatro encuestados (23 por ciento) dijo haber disminuido la actividad. Argentina (28 por ciento) se ubicó entre los primeros cinco con mayor caída, detrás de Chile, Bélgica, Italia y Brasil. En contraposición, en el país, un porcentaje similar (27 por ciento) dijo haber incrementado el movimiento.
En Argentina, la mitad de los consultados afirmó estar intentando perder peso. Comer más sano sin hacer dieta (61 por ciento) e incrementar el ejercicio (56 por ciento) fueron las medidas más mencionadas en pos de ese objetivo, seguidas por hacer dieta (43 por ciento). En cuarto lugar aparece consumir menos bebidas azucaradas, que a nivel global fue reportado en promedio por el 38 por ciento de los consultados, mientras que a nivel local sólo por el 25 por ciento. La reducción en el consumo de alcohol fue la acción menos indicada (13 por ciento).
A nivel mundial, entre quienes están intentando adelgazar, la reducción del azúcar se identifica como la principal estrategia relacionada con los alimentos para perder peso (Argentina la mencionó menos que el promedio global: 58 por ciento vs. 62 por ciento), seguida de la disminución de calorías, de la ingesta de carbohidratos, comida procesada y grasas saturadas. Mucho menos frecuente fue la mención a la reducción del consumo de carne y las grasas no saturadas.
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