El estrés es considerado como la enfermedad del siglo y es que realmente no discrimina a ninguna persona, lo padecen los niños, jóvenes y adultos, por diversas acciones que se realizan a diario y en las que muchas veces no fijamos nuestra atención, teniendo como consecuencia el desprendimiento de otras enfermedades y malestares desde lo más simple como dolores de cabeza hasta algo más complicado como la gastritis nerviosa, taquicardias o presión arterial alta. Es por ello que hoy les daré a conocer cuales son aquellos hábitos que debemos evitar o al menos reducir para alejar al estrés de nuestras vidas.

El estrés llega a tener la capacidad de afectar de gran manera nuestro estado de salud en general, es por ello que para combatirlo es necesario conocer que es lo que realmente lo origina, tomando en cuenta que muchas veces se trata de los actos que realizamos habitualmente.

Mala alimentación: Se han observado diversos casos en que las personas cuando se sienten tensas, tienden a comer en mayor cantidad, especialmente productos que contienen grasas, calorías, cafeína y azúcar. Siendo esto muy perjudicial para la salud. Comer bien es vital para todo en la vida, incluso para poder controlar los niveles de estrés.

Falta de ejercicio: Un factor que en definitiva impulsa al estrés, es la falta de ejercicio. Las personas que se mantienen activas y buscan entrenar al menos una hora al día, viven de una manera más placentera y feliz. Hacer ejercicio mejora la salud mental, reduce el estrés de manera considerable, elimina fobias y ataques de pánico. Intenta hacer ejercicio por una semana y seguramente notarás los cambios de manera positiva tanto en tu mente, cuerpo y alma.

No dormir adecuadamente: Uno de los principales factores que causan estrés y enfermedades crónicas es no dormir adecuadamente, ya que el ser humano esta creado para comer, dormir y vivir de la mejor manera, es por ello que cuando descuidamos el descanso por la noche, el cuerpo puede llegar a reclamar un sinfín de cosas. Cuando logras dormir las horas necesarias evitas enfermedades desde un resfriado hasta reducir el riesgo de padecer cáncer. Ten en cuenta que la falta de sueño puede ocasionar dificultades para pensar, subidas de peso y dolores de cabeza habituales.

Caminar encorvado: Este mal hábito puede generar estrés y está de más decir que es una mala postura. Las personas que suelen caminar con los hombros caídos y sacan la joroba, tienden a caer en depresión, según lo han dado a conocer diversos estudios psicológicos. Mientras que las personas que caminan con la cabeza en alto y con actitud son los que realmente impactan de una manera positiva en la sociedad. Si pones atención en tu manera de caminar, esto te podrá ayudar a no caer en estrés.

Exceso de medios de comunicación y tecnología: El mal hábito de chequear constantemente las redes sociales en nuestro celular, tener encendido el televisor con el sonido de fondo, estar pendiente de cada noticia del Internet o del televisor a toda hora puede llegar a ser un factor de enorme incidencia en los niveles de estrés de una persona. Incluso seguramente bombardeas tu mente, con la ayuda del celular, con miles de imágenes e información estando en la cama, antes de ir a dormir, impidiendo que la mente este en un estado relajado para descansar lo cual llega a aumentar de gran manera el estrés.

Vivir preocupado y quejándose: Cuando se vive en un círculo vicioso de negatividad se aumentan de forma sorprendente los niveles de estrés. Es por ello que es importante aprender a no cargar a nuestra mente de enojos, angustias o preocupaciones. Esto se puede lograr sustituyendo estos malos hábitos por unos buenos como el yoga, el contacto con la naturaleza, la meditación, el humor o cualquier tipo de terapia positiva. De esa forma le podrás decir adiós al estrés constante.

No aceptar los cambios: La vida se trata de constantes cambios, los cuales muchas veces pueden llegar a ser de gran beneficio, pero algunos otros suelen ser incómodos, ya sea en el trabajo, con la familia, amigos o pareja. Este factor puede llegar a desestabilizar de una manera inimaginable a cualquier persona. La clave está en respirar las veces necesarias ante las situaciones que están cambiando y poco a poco ir aceptando los pros y contras que estos puedan traer. Si logras escuchar, entender y aceptar lo que vives en la actualidad, esto hará que tu cuerpo se relaje y evitarás el estrés.

Comparar tus éxitos con los de otras personas: Muchas personas viven compitiendo a diario con sus compañeros de trabajo, escuela o con la propia familia. Y es que realmente todo el mundo se llega a enterar de nuestras actividades y vida en general a través de las redes sociales, gracias a que actualmente la tecnología nos facilita este punto, pero se llega a generar una lluvia de celos y de inseguridad entre muchas personas, ya que comienzan a comparar los éxitos de sus vidas con las de otros. Por eso las personas adictas al trabajo comienzan a sentir fatiga, inseguridad y ansiedad, que son signos de estrés intenso.

Falta de organización: Este punto puede elevar los niveles de estrés y tener como consecuencia taquicardias. Es por ello que lo que se recomienda es tratar de tener en conocimiento todos los pendientes y poder agendarlos de la mejor manera, para llegar a cumplir con ellos en el tiempo adecuado. Una persona que se organiza disfruta más de las pequeñas cosas que ofrece la vida.

Descuidar las relaciones personales: Cuando te relacionas con otras personas llega a ser un gran remedio para la tensión, tomando en cuenta que debes evitar a aquellas personas conflictivas o relaciones amorosas que suelen ser tensas o tóxicas, ya que esto solo empeorara al estrés. Sin embargo cuando conoces personas que se convierten en grandes amigos o confidentes, para platicar, tomar un café, pasear, etc., alivia de gran manera la tensión.

Fuente: Salud Facilisimo