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Salud y Bienestar
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Las paradojas de la pareja regañona: Cuida, regaña, ama y maltrata

Pedro enfermó repentinamente, siendo una persona deportista. Los médicos aún no precisan su mal. Mientras tanto, su esposa, lo atiende como si fuera una enfermera profesional, aunque en ocasiones lo maltrata.

Hugo, desde la juventud cometía excesos en la bebida, la comida, el tabaco y otras sustancias. Desde el noviazgo, su pareja, lo regaña y lo cuida. Sin embargo, hoy le agradece a su esposa haberlo alejado de los vicios, gozando actualmente de una mejor salud.

Roberto, desde su niñez, se hacía cargo del cuidado de sus hermanos. Hoy día, de manera natural cuida de su esposa. Ella es una persona sana, pero se ha acostumbrado a que él: la aleja de malas amistades y controla sus buenos hábitos, incluyendo cuando enferma y si necesita tomar algún medicamento.

Jorge y Ana, son diabéticos y ambos cuidan uno del otro en la administración de sus medicamentos. En ocasiones son como una madre y un hijo, o un padre y una hija.

¿Qué tienen en común todos estos personajes? Tienen una pareja que los regaña, les llama la atención, los ama, los maltrata, pero también los cuida. Y, se molesta sí no atienden su salud. Podríamos decir qué en la diada, hay una persona que es cuidada y un cuidador preocupado por la salud de su pareja, quién no dudará en ser estricto, enérgico y muy disciplinado, con la finalidad de conservar la salud de la pareja. Es decir, hay una persona cuidada que tiene una pareja podríamos decir: regañona.

En síntesis

Una pareja regañona hace un oxímoron en el cuidado de la salud: regaña y cuida al mismo tiempo. Reprende, pero ayuda en el cuidado del estilo de vida y la salud del otro. El sexo de la pareja regañona es indistinto.

Tener una pareja regañona, es un tipo de pareja dispareja, en donde se mezcla un cóncavo y un convexo. Un cuidador que necesita a alguien a quién cuidar. Y, viceversa, lo cual en ocasiones les hace formar parejas tóxicas y dependientes.

Les unen aspectos positivos y negativos. Sin embargo, en esencia, pueden unirles relaciones de apego disfuncionales. Dando como resultado, relaciones tóxicas, en donde ambos dependen del otro. Es decir, ambos tienen la necesidad de cuidar o ser cuidados.

Tener una pareja regañona es también una elección que encierra una dicotomía: una persona que regaña, porque cuida la salud del otro en la diada y la mejora, es una persona medicina. Y, puede también, convertirse una gran fuente de estrés, que desgasta la convivencia y la hace muy pesada todos los días. Por lo tanto, es una persona que enferma a la pareja.

La ventaja principal de tener una pareja regañona es que ésta mejora la calidad de vida del otro con sus cuidados. Mientras tanto, la principal desventaja es que se convierte en una fuente de estrés, que genera cortisol y puede producir envejecimiento secundario acelerado, por el desgaste cotidiano en su convivencia diaria.


Para empezar, valdrá la pena recuperar la polisemia de lo que significa regañar. Y, tomar en consideración otros aspectos relacionados con regañar, que implican la convivencia diaria de la pareja como las emociones y conductas asociadas a la diada, cuando alguien: regaña a otra persona.

Polisemia del concepto regañar

Regañar significa: reprender, amonestar, refunfuñar, dar muestras de enojo con palabras y gestos. Reñir, disputar dos o más personas. Reprender a una persona por su actitud o su comportamiento. (Larousse, 2003, p. 869).

Regañar significa: Dar muestras de enfado con palabras y gestos. Reprender, reconvenir, amonestar, reñir, apercibir, abroncar, recriminar, corregir, censurar, sermonear, tratar, pelear, contender, rezongar, disputar, discutir, pelearse, enfadarse, enemistarse, enzarzarse, indisponerse, agarrarse, refunfuñar, gruñir y renegar. (Real academia española, 2023).

Regañar significa: Reñir a una persona o expresar con tono, palabras y gestos de enojo la desaprobación a causa de su actuación o su comportamiento. Pablo regañaba muchas veces a su abuela porque ella no podía vivir sin la tele. (Bab.la, 2023).

Por lo tanto, regañar es: reprender, corregir, reñir, mostrar enfado, expresar enojo y desaprobación, pelear y muchos sinónimos más presentes en la emoción de la ira y que generan infelicidad e insatisfacción en la otra persona. Este tipo de conductas encierran de una forma u otra actos psicológicos o emocionales de violencia y conductas de apego disfuncional, además de la personalidad de las personas implicadas. Todo ello está en la complejidad relacionado o imbricado.

Mientras la ira como emoción, es: pasión del alma, que causa indignación y enojo. Es la palabra culta que designa una familia de emociones que incluye rabia, cólera, furia, furor, enfado, etc. (Punset, Bisquerra & Laymuns, 2018). Violencia emocional o psicológica, es una forma de maltrato que se manifiesta con gritos, insultos, amenazas, prohibiciones, intimidación, indiferencia, ignorancia, abandono afectivo, celos patológicos, humillaciones, descalificaciones, chantajes, manipulación y coacción. (Segob, 2023).

Luego entonces, bajo el contexto de la pareja regañona, el acto de regañar es más que una dicotomía, un concepto paradójico, borroso y complejo. La pareja realiza esta actividad para corregir, para regañar, para maltratar, para querer, para violentar y para cuidar al otro. Sobre todo, cuando está enfermo, tiene alguna enfermedad crónica o excesos que ponen en riesgo su salud.

Y, por otro lado, coacciona al otro con el fin de ejercer poder y control sobre sus actos. Los métodos de la pareja regañona son: coaccionar, regañar, chantajear, manipular, descargar su ira o enojo, ejercer violencia emocional, todo ello con el fin de justificar las relaciones de apego, las cuales están orientadas a cuidar al enfermo y producirle una mejora y equilibrio en su estado de salud, o a producirles estrés crónico que desgasta la relación, produce cortisol, envejecimiento secundario y baja el sistema inmunológico.


¿La elección de pareja se realiza exclusivamente buscando rasgos inconscientes positivos?

Existen muchas razones para elegir una relación de pareja. En una investigación publicada en la revista Psychology Today, por la psicóloga Susan Krauss en el 2021 (Krauss, 2021), señala que se encontraron más de 15 mil razones para quedarse en una relación de pareja. El fundamento teórico que se utilizó para quedarse o para irse es explicado por las teorías de la equidad y el intercambio. En palabras simples significa:


En la teoría de la equidad: quieres obtener lo mismo que das en la pareja, y

En la teoría del intercambio: esperas que los beneficios que recibes sean mayores que los costos, es decir, puedes recibir más de lo que das.

El estudio concluye después de análisis complicados, en dos razones para quedarse o irse: Nos quedamos porque establecemos una relación de amor y compromiso. Y nos vamos, si existe la posibilidad real o potencial de tener una nueva pareja en puerta.


Otra investigación llevada a cabo por psicólogos de la Universidad de Utah y la Universidad de Toronto, encabezados por Samantha Joel y publicada en la revista Social Psychology and Personality Science (Psicología social y ciencias de la personalidad) (Joel, MacDonald & Page-Gould, 2018), explican que la decisión de dejar o quedarse en una relación es complicada, e identificaron 50 motivos para dejarla o permanecer en ella:

27 razones para quedarse en pareja

Se distinguen 27 razones para quedarse: entre las cuales se destacan; la atracción, la intimidad física y emocional, la mejora de uno mismo, el apoyo, la esperanza de un mejor futuro, la creencia de que la pareja es un alma gemela, entre otras. Sin embargo, en este mismo sentido destacan razones, no necesariamente positivas, pero que cohesionan o unen a las parejas, tales como: el miedo a estar solos, el miedo o incertidumbre a lo desconocido y las relaciones de dependencia o depender de la pareja. En la paradoja: une el amor (apego funcional) y la toxicidad de las relaciones (apego disfuncional).


23 razones para dejar la pareja

Y las 23 razones para irse: la pérdida de la atracción, una intimidad insuficiente, el conflicto permanente, el abuso de confianza, las diferencias entre las personalidades de la diada, la falta de confianza y la ausencia de la pareja en la relación, entre otras. Contrariamente a lo esperado, no necesariamente existen razones de crecimiento en los motivos para quedarse en una relación. La cohesión o el pegamento pueden ser relaciones de apego disfuncionales o negativas como ser dependiente de la pareja.


La codependencia también une a la pareja: las relaciones tóxicas

En las relaciones tóxicas o dependientes: ambos miembros dependen uno del otro. Existen múltiples combinaciones, una de ellas, es cuando de forma deliberada elegimos una pareja regañona. Uno tiene la necesidad de otro y el otro, la necesidad de ser necesitado. Es la persona que cuida (el cuidador) y la persona que deliberadamente es cuidada, la persona que cumple el rol de hijo/hija, del dependiente, de la que requiere que se cubran sus necesidades o del enfermo.

Cuando se elige de forma deliberada a una persona en esta dupla, ambos intentan satisfacer sus necesidades o carencias psicológicas, mutuamente. Cuestionado la eficacia de las teorías de equidad e intercambio social: ¿Por qué alguien querría, tener relaciones abiertamente inequitativas o que la factura emocional le salga muy cara? La respuesta es paradójica, pero sigue siendo coherente teóricamente. Quienes buscan intencionalmente este tipo de relaciones, encuentran equidad y satisfacción en la inequidad, porque: en lo malo, en lo inequitativo, o en pagar costos altos, encuentran cosas buenas. ¿Paradójico no? Muy probablemente sí, pero esto nos muestra la complejidad y la singularidad en la elección de una pareja dispareja.

Las relaciones tóxicas se definen por dos características principales: desequilibrios de poder y ciclos entre el buen y el mal trato (Dutton y Painter, 1981). Algunas personas deciden elegir una relación así porque:

Una es controladora y la otra necesita una guía o control para vivir su vida,

Una actúa como un padre o una madre autoritario y la otra persona vive el rol de un hijo o hija dependiente,

Una da apoyo emocional (no importa que grite o refunfuñe) y la otra persona recibe ese apoyo, y es preferible tener ese apoyo que ninguno,

Una persona independiente en lo financiero, decide quedarse con una pareja a la que regaña, pero al mismo tiempo recibe de la pareja afecto y le hace no sentirse solo.

Dentro de lo malo, también hay cosas buenas, formándose un vínculo de apego traumático.

El cuál puede unir a la pareja, pero también puede propiciar su separación. Las relaciones tóxicas de esta naturaleza, pueden elegirse inconscientemente desde el noviazgo o pueden volverse así en el transcurso de la convivencia cotidiana o acontecimientos de vida de la pareja.


Perfil de las personas: regañona y regañada

En la elección de pareja en este caso, para que las piezas embonen, deben de buscar el mismo fin: una persona que le resuelvan sus problemas y otra que esté dispuesta a resolverlos, no importa el costo emocional a pagar en ambos miembros de la diada. También podría sintetizarse en: cuando los trastornos se juntan.

Analizando las características de los trastornos de personalidad, podemos decir qué en la pureza, es imposible que una persona tenga características exclusivas de un solo trastorno, más bien se presentan muchas veces características imbricadas, es decir, algunos trastornos comparten características globales y al mismo tiempo presentan características particulares, a esto se le llama comorbilidad. Y esto significa que, en la persona regañada, se pueden juntar criterios diagnósticos de dos tipos de trastornos o más: los trastornos de personalidad dependiente y trastorno de personalidad por evitación. Ambos están mediados por conductas ansiosas y de temor.


Ventajas de tener una pareja regañona

Mejora la salud de quienes tienen problemas con enfermedades crónicas, metabólicas o tienen alguna enfermedad incapacitante, al llevar el control de sus citas médicas, estudios, cuidados y en ocasiones también, gastos médicos.

No obstante, de vivir en una relación tóxica o dependiente, mejora la calidad de vida de la persona. Puedes vivir más años, por los cuidados que te produce estar bajo la lupa de alguien que vigila tu salud.

En personas propensas a enfermar, previene la aparición temprana de enfermedades, porque cuida los hábitos de higiene, alimenticios y de salud en general de una persona.

Te despreocupas de algunos cuidados, tales como: la economía, algunas actividades de la vida cotidiana y en general se hace cargo de las responsabilidades de la persona regañada.

Libera y descarga las tensiones de los trastornos o condiciones de salud mental de los regañones y a pesar de la tensión, les permite a través del regaño, bajar la ansiedad o la tensión emocional que le produce la persona regañada. Y eso es fuente de satisfacción.

Regañón y regañado forman una simbiosis disfuncional en donde ambos integrantes tienen tensiones, pero también satisfacciones.

Te conviene tener una pareja regañona, si no te haces cargo de ti mismo, no sabes tomar decisiones o no eres independiente económicamente. Si cumples el rol del enfermo, eres dependiente emocional, eres jubilado sin autonomía física, emocional o financiera. Incluso cuando eres desempleado y no quieres moverte de esa zona de confort.

Si tu pareja es regañona, te cuida y si estás dispuesto a pagar el precio emocional, tenerla te hará vivir más años.

Desventajas de tener una pareja regañona

Te desgasta, sobre todo, si eres una persona adulta, madura e independiente.

Las confrontaciones cotidianas te generan estrés, altera tu sistema inmunológico, acorta los telómeros de tu ADN y te produce envejecimiento secundario, esto es, envejeces más rápido.

No necesitas lidiar con las patologías, ciclos emocionales o necesidades psicológicas no resueltas de tu pareja. Mientras te hagas responsable de las tuyas.

Puedes vivir más feliz, aún sin una pareja que te desgaste todos los días.

Tus niveles de estrés son más bajos y no se te convierte en estilo de vida el pleito cotidiano.


En resumen

Vivir la vida en pareja es una relación única en cada combinación que tienen los seres humanos. Sin embargo, no todas las relaciones son totalmente malas, ni tampoco totalmente buenas. Al menos en la elección de las parejas regañonas y regañadas, ambas son fuente de estrés y de satisfacción una y otra. Ambas forman una simbiosis disfuncional, en donde las dos son beneficiadas. Luego entonces, la ruta en la elección de pareja es única y cada quién decide el camino que más equilibrio le trae, así como los costos y beneficios que estamos dispuestos a pagar en la dinámica de la diada.

Fuente: PsicoActiva.-

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