El Accidente Cerebrovascular (ACV) ha ganado relevancia a lo largo de los años, ubicándose como la segunda causa de muerte en Argentina y la primera de discapacidad en todo el mundo, según informa el Hospital Universitario Austral. Por las Lic. en Nutrición Valentina Franchi, Delfina Pintos, Lorena Zilloni y Luz Ledesma.

Su alta prevalencia se relaciona principalmente al ritmo de vida actual, el hiperestrés, el desarrollo de enfermedades crónicas desde edades tempranas debido al exceso de peso, el alto consumo de sal y alimentos procesados y el abuso de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco.

Desde el punto de vista nutricional, muchas estrategias pueden implementarse tanto para evitar el desarrollo de este trastorno, como para ayudar con su recuperación.
Alimentos que colaboran en la recuperación post-ACV

Existen ciertos alimentos y nutrientes que promueven la síntesis de la proteína del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), la cual mejora la neurogénesis, es decir, la síntesis de nuevas neuronas en el cerebro. Ellos son:

? Omega-3: el ácido graso omega-3 ayuda a normalizar los niveles de FNDC y protegen contra la reducción de la plasticidad y el aprendizaje deficiente después de una lesión cerebral traumática. Dicho nutriente se encuentra en pescados azules (salmón, caballa, atún, arenque, sardinas), nueces y semillas (lino, chia), aceite de chía, lino, linaza.
? Arándanos: aportan flavonoides (antioxidantes) que ayudan a estimular la función cerebral y la neurogénesis.
? Palta: la materia gris del cerebro, que procesa la información, depende del ácido oleico para funcionar a una velocidad óptima. La palta es una excelente fuente de este nutriente. Se puede incluir como aderezo, en pasta (guacamole) para untar tostadas, en ensaladas, etc.
? Porotos: ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, lo que estabiliza el suministro de glucosa al cerebro. Se puede incluir por ejemplo en forma de hummus, en ensaladas, en rellenos, como hamburguesas o albóndigas.
? Nueces y semillas: son una buena fuente de vitamina E, un antioxidante que se relaciona con un menor deterioro cognitivo.
? Tomate: es una excelente fuente de Licopeno, antioxidante que proporciona beneficios neuroprotectores y reduce el daño cerebral producido por el ACV.

Recomendaciones generales para prevenir el desarrollo de ACV
? Mantener la presión arterial dentro de valores normales. Para ello es importante limitar el consumo de sodio: más allá de la sal de mesa, existen muchos alimentos ricos en sodio como son los embutidos, snacks, productos de panadería y pastelería, productos industrializados (a pesar de ser “dulces”. Ej: galletitas, gaseosas, postres dietéticos), algunas aguas minerales, entre otros. Por otro lado, el consumo frecuente de los alimentos mencionados en el párrafo anterior favorece la vasodilatación, disminuyendo así el riesgo de HTA, además de colaborar en el descenso de grasa corporal y el control del peso.

? Limitar el consumo de grasas saturadas proveniente de alimentos de origen animal. Para ello es recomendable quitar la grasa visible y la piel del pollo antes de cocinar, limitar el consumo de achuras y vísceras, como así también el consumo de carnes rojas a 1-2 veces por semana.

? Aumentar el consumo de fibras que generan un efecto de “barrido” del colesterol LDL en las arterias, transportándose al hígado para su filtrado y eliminación. Este nutriente está presente en las distintas frutas y verduras, granos integrales, legumbres, semillas y frutos secos.

? Aumentar el consumo de grasas saludables como aceite de oliva, palta, frutos secos, semillas, pescados azules (atún, caballa, salmón, sardinas).

? Evitar las cocciones por frituras, ya que el aceite, al calentarse se oxida y se convierte en tóxico para el organismo. Se recomienda utilizar aceite de coco o ghee como antiadherente para cocinar ya que son más resistentes a la temperatura que los aceites vegetales como girasol, maíz y oliva.

? Limitar o evitar el consumo de alcohol.
? Evitar el consumo de tabaco
? Realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física
? Aplicar técnicas de relajación para combatir el hiperestrés como meditación, yoga, reiki, técnicas de respiración, entre otros.

Nuevamente, mantener un estilo de vida saludable desde el punto de vista alimentario, físico y mental es la principal estrategia para evitar el desarrollo de patologías crónicas que no solo pueden reducir drásticamente la calidad de vida de las personas, sino también su esperanza de vida.
Nota de la Redacción: Artículo publicado en el Material Educativo de Icarus Centro de Salud & Longevidad, para pacientes del Pios-Pec y Pios-Pec PER, correspondiente a octubre de 2022, cedido para la publicación en AIM.