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Violencia en las redes sociales: Una tendencia que crece y causa preocupación

Los mensajes de odio en redes sociales pueden afectar la salud mental del receptor. El psicólogo Carlos Neubert analizó esta recurrente y difícil problemática.

Expresarse en redes sociales, sin estar cara a cara con un interlocutor, muchas veces permite decir algo sin inhibiciones e incluso sin filtros, sobre todo cuando el emisor del mensaje se escuda detrás del anonimato utilizando una identidad falsa. En este contexto, manifestar lo que se piensa sin considerar el impacto en quien recibe una opinión se volvió una práctica cotidiana. Esto genera un terreno propicio para los haters, u odiadores seriales, que constantemente vuelcan sentimientos hostiles en las distintas plataformas.

Esto puede pasarle a alguien que es víctima de bullying, y muchas veces la persona busca esconder el daño que le causa esta situación, que es cada vez más alarmante: durante los últimos cinco años el acoso digital o ciberbullying aumentó a 50.250 casos, según un relevamiento elaborado por la ONG Bullying Sin Fronteras. Es un fenómeno que crece en el mundo y esto llevó a Unicef hace un año atrás a lanzar una campaña contra el odio en las redes: según aseguraron, el 74 por ciento de las víctimas y los testigos callan.

Sin embargo, en ocasiones estos hechos se hacen visibles cuando los efectos del hostigamiento se destinan a alguna persona influyente, que expone cómo puede afectar en la salud mental recibir mensajes ofensivos y violentos. Esto ocurrió la semana con la cantante María Becerra, que anunció su alejamiento de las redes sociales tras recibir numerosos comentarios perniciosos y agresivos por cuestiones referidas tanto a su vida personal como a la elección de su vestimenta. Según afirmó, esto la sometió a una gran presión y le generó un impacto negativo en su salud mental, causándole “ataques de ansiedad y pánico”.

“Voy a desintoxicarme de esta red social y todas”, aseguró la artista en X (ex Twitter), y señaló que quien va a manejar sus cuentas personales a partir de ahora será a una persona de su confianza.

Famosos como Selena Gomez, Tom Holland y Taylor Swift también son algunas de las personalidades que se alejaron de las redes sociales ante el hostigamiento en distintos sitios, que muchas veces son un arma de doble filo: así como pueden ser una vía de comunicación entre las celebridades y sus fanáticos, también los exponen a críticas “anónimas” sin ningún tipo de reparo.

Efectos de las redes sociales

En diálogo con La Mañana de La Red 88.7, el licenciado en Psicología Carlos Neubert (MP 1967) se refirió a este fenómeno que afecta no sólo a personalidades, sino a muchos usuarios que por un motivo u otro son atacados con mensajes belicosos en las redes, en general con total impunidad, lo que les causa una gran ansiedad. Al respecto, señaló: “Muchas veces las personas famosas suelen dejar las redes sociales para tomar distancia de estos estímulos negativos. Deciden encerrarse en sí mismas, concentrarse en tareas sencillas para disminuir los estresores. Y la psicología ha tenido que realizar investigaciones respecto a las redes sociales y cómo las mismas pueden afectar la salud”.

Sobre la consulta acerca de si es conveniente “desconectarse” de las redes sociales, aclaró que esto también puede ser motivo de ansiedad: “Las redes sociales generan ansiedad de dos maneras, y una es por la abstinencia cuando uno no se conecta por determinado tiempo, por ejemplo si va a un lugar donde no tiene señal. Quien le envía mensajes a esa persona y ve que no le responde y el mensaje aparece como no entregado, o que no tiene nuevas publicaciones en sus redes, puede pensar que le pasó algo y se preocupa. Y la otra persona se siente desconectada porque estuvo dos días sin Internet, ya que hay que reconocer que Internet ya es una dimensión más de la vida. Otro tipo de ansiedad surge cuando uno vuelve a reconectarse, se pone a ver todas las historias, los memes, los hashtags y novedades, y recibe más información de la que puede procesar”.

En este marco, analizó que el uso de las tecnologías aporta muchos beneficios, pero también puede generar tensiones: “Internet es buenísimo, es una gran herramienta de comunicación, pero todo depende del uso que se le da. Y hay ciertos hábitos que de alguna forma perjudican al usuario, como navegar por sitios que no son buenos. Depende de qué clase de contenido busquen o con qué propósito las personas se propongan consumirlo”.

Vínculos online

En un mundo cada vez más globalizado e informatizado, en el que el ciberespacio forma parte de la vida cotidiana, muchos forjan relaciones en este ámbito: “Las personas tenemos necesidad de afiliación y de ser validados, porque biológicamente hablando está esta conducta y tendencia de tener un grupo de gente de nos respalde, porque esto asegura la probabilidad de supervivencia. Ya en la prehistoria el hombre se relacionaba para protegerse de los entornos hostiles o para conseguir alimento. Y los vínculos que se forjen en las redes sociales dependen mucho del uso que se le da a las redes: algunos las utilizan para distenderse de la realidad, otros porque les gusta consumir información, otros porque les gusta aprender, otros porque quieren reírse un rato; y hay personas que son muy autorreferenciales en las redes sociales y suben cosas de ellas todo el tiempo: lo que están comiendo, si fueron al gimnasio, selfies frente al espejo y demás. Por ahí puede ser una cuestión de validación, de sociabilizar, de mostrarse, de coquetear con gente, pero el problema es cuando una persona intencionalmente da una imagen de alguien que no es", explicó Neubert.

“Obviamente las redes sociales no van a representar nunca quién es uno, porque no son una biografía, pero hay gente que siempre está subiendo cosas con un lado positivo o deseable de ella misma, desde los ángulos que la benefician. Parece que en las redes sociales uno tiene que subir siempre cosas lindas o agradables y mostrarse ganador”, observó.

En muchos casos, se recurre a tratar de mostrar un perfil exitoso para reforzar la autoestima y fortalecer una imagen de uno mismo ante determinadas inseguridades. Y recibir críticas o mensajes agresivos cuando se está buscando una respuesta amable y placentera puede generar una fuerte frustración y hacer tambalear la salud mental. Discernir estas cuestiones, tomar distancia de los comentarios agresivos y apoyarse en los círculos cercanos para cultivar el amor propio puede ser un punto de partida para no sucumbir ante los mensajes de los haters, que son subjetivos y no necesariamente reflejan la realidad.

Por Vanesa Erbes para UNO Entre Ríos

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