La ruptura del yugo con que España mantenía dominada a América desde "el descubrimiento" se produjo ya hace más de dos siglos y fue una revolución a medias que espera completarse.
Ahora es necesario dar paso a los puntos de vista de los pueblos vencidos y dominados desde 1492, que desde entonces fueron objeto del peor genocidio de la historia, masacrados, embrutecidos y vilipendiados, tanto por europeos como por criollos.
Pero siguen existiendo, no todos fueron aniquilados, su cultura ancestral no pudo ser reemplazada totalmente, cinco siglos de espada, cruz, y esclavitud no los destruyeron del todo. Rigen todavía sus vidas por normas derivadas de doctrinas milenarias que establecen las formas esenciales de su convivencia. Son las mismas de todas las sociedades tradicionales, salvo la occidental moderna, la única sociedad verdaderamente anómala, la que se derramó sobre el mundo a partir del Renacimiento y que hoy está en vías de someter al mundo entero y destruirlo con su codicia sin fin.
Ante todo, es necesario recoger poco a poco hasta unirlos en un haz significativo, los restos de las doctrinas que informaron e informan la vida de los pueblos de Abya Yala. Entonces quedará más en claro el carácter tenebroso de la modernidad que se nos quiere imponer como un ersatz idolátrico de la felicidad. Se revelarán sus orígenes, el desastre sin igual que provocó en Abya yala y el que está provocando ahora en todo el mundo.
El movimiento futuro debería seguir a la destrucción posterior al "descubrimiento" y al engaño que siguió a la "independencia". Sería la recuperación en otro plano de un modo de ver, sentir y concebir que ponga de nuevo en sus manos el destino de Abya yala. Adaptando las normas tradicionales a la vida actual sin intentar copiar ni rehacer nuestro pasado ni asimilar sin reflexión lo que viene de Europa.
De la Redacción de AIM.
Dejá tu comentario sobre esta nota