El Centro de Arte La Panera de Lleida (Cataluña) reabrió sus puertas con una muestra que llama a la controversia, titulada No estamos presentables para la conquista (Not Dressed for conquering) una recopilación de obras cuyo denominador común es que fueron censuradas en otras galerías y museos; y estará expuesta entre el 26 de septiembre hasta el 10 de enero de 2021. Hasta ahí y más aun en las condiciones sanitarias, con políticas públicas de aislamiento y el salto exponencial que (seguramente) tendrán los aéreos cuando se reabran las fronteras, para nosotros es apenas un dato, una referencia cultural insignificante. Por Valentín Ibarra.
Sin embargo, la obra que llama nuestra atención y que pone en la palestra, nuevamente, este asunto es sin duda la de la artista plástica austríaca Inés Doujak, que tras haber sido presentada en la Bienal de Sao Paulo (2014) llegó a España para formar parte de la exposición que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) organizaba en 2015 bajo el nombre “La bestia y el soberano” en alusión a un seminario homónimo dictado, en París, por el filósofo Jacques Derrida.
En ella, una escultura blanca puede verse a un pastor alemán que sodomiza a la líder del feminismo boliviano Domitila Barrios de Chungará quien, a su vez, sodomiza una figura que representa al Rey Emérito Juan Carlos I de España, vomitando flores sobre cascos de las SS nazi. La exhibición de esta pieza generó una gran polémica en aquel entonces y sospechamos que también ahora.
El entonces director del museo, Bartomeu Marí, decidió eliminar la obra de la muestra asegurando que no había sido informado de su presencia cuestión que agudizó aún más la controversia. Igualmente Marí creyó que el trabajo de Inés Doujak era inadecuado para el museo por lo que decidió suspender la exposición porque los comisarios de la misma, Hans D. Christ, Iris Dressler, Paul B. Preciado y Valentín Roma, se negaron a su retiro. Finalmente, días después, el Macba abrió sus puertas con la exposición programada aunque la polémica derivó en la destitución de Valentín Roma y Paul B. Preciado como conservador en jefe y jefe del Programa de Estudios Independientes del museo, finalmente también Marí fue obligado a renunciar por las circunstancias.
La defensa de la obra se afirma sobre la idea de subvertir las relaciones de poder de Europa hacia América Latina poniendo a una mujer indígena a penetrar analmente al rey y a ser penetrada a su vez por un perro, todo sobre una pila de cascos nazis como advertencia permanente de los oscuros días del Viejo Continente. Los comisarios y curadores redactaron un manifiesto en el que expresaron: “La obra se inscribió en la tradición de la parodia, las esculturas del carnaval y las caricaturas iconoclastas. El trabajo no pretendía insultar a una persona privada, sino reformular críticamente una representación colectiva del poder soberano (…) es parte de un proyecto iniciado en 2010 que trae luz sobre las relaciones asimétricas y complejas entre Europa y América Latina. Es una obra que se inscribe en la gran tradición de las relaciones entre el arte y el poder”.
¿Qué está haciendo allí Domitila?
Yo me siento orgullosa de llevar sangre india en mi corazón.
Y también me siento orgullosa de ser esposa de un trabajador minero.
Para la inmensa mayoría de nuestros lectores, Domitila Barrios es un nombre y una fuerza desconocida quien, sin embargo, fue pilar de la lucha de las mujeres de las minas de estaño en Bolivia. Una activista andina que saltó a la fama (por decirlo de una manera sucinta) cuando en 1975 representó a las mujeres del Comité de amas de casa del siglo XX con intervenciones explosivas, pero que ya contaba con gruesas cicatrices producto de la lucha por mejores condiciones de la clase obrera y la resistencia ante los embates de la represión estatal. Sus años de lucha le valieron para recibir una invitación oficial de Naciones Unidas para estar presente en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, realizado en México aquel año.
La socialista e indigenista, quien fue una de las primeras mujeres de los movimientos mineros que luchó por la emancipación de su país y de la región, afirmó en Si se me permite hablar que: “La lucha fundamental no es una lucha entre sexos; es una lucha de la pareja. Y al hablar de la pareja, hablo yo también de los hijos, de los nietos, que tienen que integrarse, desde su condición de clase, a la lucha por la liberación”.
Sobreviviente de las dictaduras, torturada y violada (estando embarazada), es su voz y determinación un legado que merece ser rescatado y puesto en vigencia para la liberación de los pueblos. Su biografía (marcada por el exilio) es, en parte, la de la clase trabajadora, campesina y originaria de la América Latina, profundamente desigual frente al capitalismo.
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