Un medio ambiente saludable está relacionado directamente con la competitividad del sector turístico y, en muchos destinos, los esfuerzos en pro de la conservación dependen en gran medida de los ingresos turísticos. Por Norberto Ovando*. Especial para AIM.
La Organización Mundial del Turismo (OMT), define que el Turismo Sostenible “debe dar un uso óptimo a los recursos ambientales ya que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica”.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), “El turismo ofrece una forma única y fundamental para promover la conexión de los visitantes con los valores de las áreas protegidas, haciendo ésta, una fuerza potencialmente positiva para la conservación. Constituyendo también una parte principal de la industria mundial del turismo. No obstante, el turismo inadecuado y mal gestionado puede ocasionar impactos sobre la diversidad biológica, los paisajes y los recursos naturales en las áreas protegidas”.
Conservación de la diversidad biológica
Si bien la reducción de la actividad económica durante la COVID-19 ha disminuido hasta cierto punto la presión ejercida sobre el medio ambiente, existen muchos destinos en los que la conservación de ecosistemas marinos y terrestres, de áreas protegidas y de especies depende en gran medida de los ingresos y operadores turísticos.
Auspiciar mecanismos de monitoreo que de forma periódica capten dicha contribución y el valor de los servicios ecosistémicos mediante el turismo en el destino, permitiría que el sector turístico aprovechara más sus esfuerzos de conservación.
Sostener los esfuerzos de conservación mediante el turismo
En aquellos destinos en los que los conflictos entre humanos y la vida silvestre aumentan mientras el turismo estaba en pausa, se incrementó el riesgo de la caza furtiva, de usurpación o de sobreexplotación, lo que amenazó directamente los propios activos que necesita el sector turístico para reconstruirse.
El papel que desempeña el turismo para mantener la conservación y luchar contra el comercio ilegal de especies silvestres debe reconocerse en los planes de recuperación y se ha de favorecer que continúen los esfuerzos de conservación desplegados por los interlocutores turísticos. El turismo también contribuye a la preservación de sitios culturales e históricos.
Invertir en soluciones basadas en la naturaleza que beneficien al turismo sostenible
Las soluciones basadas en la naturaleza tienen el potencial de impulsar la innovación en el turismo a fin de lograr la sostenibilidad. Además de mitigar los efectos de la actividad turística en el medio ambiente, redundan en una mejor gestión de recursos naturales escasos tales como el agua, los humedales, los litorales, solo por nombrar algunos, y fomentan la resiliencia frente a desastres, tanto en entornos urbanos como naturales.
Invertir en soluciones basadas en la naturaleza responderá asimismo de forma adecuada a las expectativas asociadas a una creciente demanda de experiencias en la naturaleza.
Nuestro mundo hoy
El agotamiento de los recursos naturales e impactos adversos de la degradación ambiental, incluida la desertificación, la sequía, la degradación de la tierra, la escasez de agua dulce y la pérdida de biodiversidad, se suman y exacerban la lista de desafíos a los que se enfrenta la humanidad y muchas de sus actividades, como el turismo.
El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y sus impactos adversos socavan la capacidad de todos los países para lograr el desarrollo sostenible. El aumento de la temperatura mundial, el aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y otros efectos del cambio climático están afectando gravemente la supervivencia de muchas sociedades y de los sistemas de soporte biológico del planeta.
Conclusión
La Declaración de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su punto 53, llama a la acción para cambiar nuestro mundo, y comprometerse, ya que está en nuestras manos, “el futuro de la humanidad, de las generaciones futuras y de nuestro planeta”. “Hemos trazado el camino hacia el desarrollo sostenible; nos corresponderá a todos asegurarnos que tenga éxito”.
Debemos estar decididos a proteger el planeta de la degradación, incluso mediante el consumo y la producción sustentable, la gestión sostenible de sus recursos naturales y la adopción de medidas urgentes sobre el cambio climático, para que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras.
De aquí a 2030 debemos asegurar la protección duradera del planeta y sus recursos naturales, creando simultáneamente condiciones para un crecimiento económico sustentable, inclusivo y sostenido.
* Experto Comisiones Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y,
Educación y Comunicación (CEC)
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)
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