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Caleidoscopio
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Cómo hacer los mejores chinchulines

La carne es la gran referencia alimentaria histórica en la dieta de los argentinos, la que en los últimos tiempos se ha visto castigada por la disparada en los precios. Prender la parrilla ya se transformó en una tradición en nuestro país, más allá de los precios exorbitantes a la hora de comprar en la carnicería, y el fanatismo por el asado nunca pasa de moda. Entre las preferencias dentro de las achuras está el chinchulín, una de las más económicas y accesibles.

Usualmente, suelen ir acompañados por las mollejas y los riñones en la previa del chori y la morcilla. De todas formas, el anticipo del plato principal tiene una complicación especial: su tiempo de cocción es alto y requiere de mucha precisión para evitar que queden gomosos. El más común es el vacuno, pero también existe un corte de cordero que se consume con asiduidad en las parrillas gourmet. Otro ejemplar conocido es el del cabrito.

En principio, es importante prestarle atención al color del producto antes de adquirirlo: si está más cerca de un gris claro, es apto para consumir. La grasa, por su parte, debe ser blanca y no tan amarillenta, ya que al tratarse del intestino del animal, se puede apreciar si tuvo una mala digestión. A su vez, es necesario conservar el chinchulín en la heladera hasta su uso, pero es aconsejable lavarlo primero y ponerlo a enfriar en un bowl con agua.

Por lo general, aguantan hasta cuatro días conservados bajo temperaturas frías, pero si se llevan al freezer, se pueden comer dentro de los seis meses siempre y cuando continúen en buen estado. Su preparación es simple y se trata de una buena alternativa para sorprender a los comensales.
Ingredientes
Medio kilo de chinchulines
3 dientes de ajo
Jugo de 3 limones
Sal
Pimienta

Paso a paso para asar los mejores chinchulines
Una hora antes de comenzar con la preparación, hay que lavar muy bien los intestinos por fuera con agua tibia. Si bien también se puede llevar a cabo el proceso por dentro, no es recomendable ya que se pierde parte del sabor característico de la carne. Una vez limpios, es necesario colocarlos en un bowl de tamaño grande junto a los tres dientes de ajo -previamente, hay que picarlos-, pimienta molida y el jugo de los limones.

Cuando la mezcla ya se realizó, hace falta mover el recipiente con el objetivo de que los chinchulines se mojen y el resto de los ingredientes queden impregnados. Luego, hay que colocarlos en frío a lo largo de una hora. Mientras tanto, se debe prender el fuego de la parrilla, esperar hasta que se hagan las brasas para desparramarlas y aguardar a que esté bien caliente.

Posteriormente, es necesario retirar los chinchulines del bowl para colocarlos en la parrilla. Algunas personas optan por ponerlos enteros, incluso trenzados, pero hay otros que los cortan formando círculos para que haya más espacio. Las brasas tienen que estar a temperatura media alta y se puede colocar la mano menos de diez segundos por encima para sentir el calor, encontrando el punto justo para disponerlos.

El tiempo de cocción aproximado es de 30 minutos por lado con el fin de lograr un dorado perfecto, aunque es necesario chequear cada tanto y revisar que queden crocantes. Durante esa media hora, se puede rociar a la carne con el jugo de limón sobrante para otorgarles un poco más de sazón. Al final, solo hay que retirarlos y servirlos, con sal a gusto del agasajado.

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