Francisco de Quevedo elogió irónicamente al oro en uno de sus poemas, escrito en un tiempo en que España comenzaba a sufrir las consecuencias económicas de su política en América.
Madre, yo al oro me humillo:
El es mi amante y mi amado,
Pues de puro enamorado,
De continuo anda amarillo
Nace en las Indias honrado,
Donde el mundo le acompaña;
Viene a morir en España
Y es en Génova enterrado.
Quevedo alude a que el oro era robado de América apelando al derecho del vencedor, pasaba por España casi sin dejar rastros y terminaba en las bóvedas de los banqueros genoveses, que recibían todo el beneficio sin poner sangre ni esfuerzo.
El metal amarillo ha vuelto por sus fueros desde el año 2014, cuando los bancos centrales dejaron de venderlo y comenzaron a comprarlo, sobre todo China y Rusia, que ahora intentan con oro desbancar al dólar como moneda de reserva mundial.
En 1971 el gobierno de Estados Unidos abandonó el respaldo oro para el dólar establecido en el tratado de Bretton Woods al terminar la segunda guerra mundial, pero ahora, con el rechazo de los países petroleros a que su materia prima respalde al "petrodólar", el oro recuperó una función económica que viene asumiendo desde milenios.
El oro en la historia
Existen menciones del oro desde hace unos 5000 años. El oro deslumbra, fascina y sobre todo es reserva de valor porque no se altera, mantiene su brillo amarillo invariable y es útil en muchas aplicaciones industriales por su escasa reactividad química y gran conductividad eléctrica.
El oro acompaña al cuarzo en las minas, y también al mercurio, a la plata y a otros minerales. Es un bien de inversión, porque sirve para recibir un beneficio posterior; un bien intermedio, porque es útil como insumo en un proceso productivo, y un bien de lujo.
La economía lo considera valioso por escaso; pero tiene valor por sí mismo, no lo afectan las fluctuaciones de la inflación o del tipo de cambio.
El oro en la Argentina
En la Argentina, hace algunos años hubo un serio problema con una mina de oro en La Rioja, en el nevado de Famatina, donde la minera canadiense Osisko se disponía a extraer el oro mediante la lixiviación con cianuro de sodio.
Los vecinos no se resignaron al envenenamiento de la poca agua de que disponían en un clima árido y bloquearon el ingreso de camiones y operarios.
El Nevado de Famatina es el pico más elevado (6.250 m de altura) de la Sierra de Famatina. Los aborígenes de la zona extrajeron de él oro y plata, aunque luego la atención se centró en el cerro de Potosí, en la Bolivia actual.
Juan Ramírez de Velasco fundó La Rioja donde está ahora porque los indígenas le informaron del yacimiento de oro en Famatina.
En 1826 Rivadavia negoció la formación de una sociedad con capital inglés y residencia en Londres para la explotación de las minas del país. La compañía, con un capital de $ 5 millones, establecería un Banco de Rescate en cada una de las provincias con minería; pero cuando quisieron instalarse en La Rioja se encontraron con que el convenio de Rivadavia era rechazado por Quiroga y debieron volver a la Rubia Albión, desde donde demandaron a Rivadavia.
El oro y el veneno
El proyecto de Osisko implicaba altos riesgos que pueden llegar a desastre ambiental debido al uso de cianuro, una sal muy venenosa del ácido cianhídrico.
La lixiviación es un proceso usual en la ingeniería química para separar sustancias fácilmente solubles de un material sólido por extracción con disolventes apropiados, en este caso el oro con una solución de cianuro de sodio.
La minería a cielo abierto es una actividad industrial insostenible en la medida en que la agota el recurso que explota.
A medida que los yacimientos se agotan o alejan es necesario usar métodos más agresivos y destructivos, particularmente en la minería, como es el caso de la extracción de petróleo de yacimientos submarinos, de gas natural incrustado en las rocas (gas shale) y de la extracción de oro con sales de cianuro a cielo abierto.
El resultado es la explotación de poblaciones indefensas, condenadas a la muerte prematura o la represión gracias a leyes ad hoc si se organizan para defender el patrimonio ancestral, como el río Uruguay, las rías y bosques de Galicia o los lagos de Finlandia y Chile.
La minería a cielo abierto remueve la capa superficial o sobrecarga de la tierra para hacer accesibles los extensos yacimientos de mineral de baja calidad. Los modernos equipos de excavación, las cintas transportadoras, la gran maquinaria, el uso de nuevos insumos y las tuberías de distribución permiten hoy remover montañas enteras en cuestión de horas, haciendo rentable la extracción de menos de un gramo de oro por tonelada de material removido.
Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.
Junto al cianuro se emplean diariamente decenas de millones de litros de agua, haciendo uso masivo de los recursos hídricos locales agotando caudales y desviando cursos en ríos y arroyos, afectando niveles en aguas freáticas (en la mina a cielo abierto de Andalgalá, Catamarca, las napas subterráneas bajaron hasta siete metros, dejando sin agua a agricultores y pobladores).
El creciente interés por la explotación de oro manifestado por diversas compañías mineras se origina tanto en los aumentos en los precios del oro, que brindan un alto margen de utilidad, como en la reciente creación de métodos rentables en función de los costos de producción para la extracción de oro en yacimientos sumamente pobres, gracias a la tecnología de extracción de oro por lixiviación con cianuro.
Según el Instituto del Oro (Gold Institute), la producción de oro por el proceso de extracción por lixiviación con cianuro aumentó de 468,284 onzas en 1979 a 9,4 millones de onzas en 1991 (Una onza pesa alrededor de 28 gramos). Para alcanzar el nivel de producción de 1991, se trataron más de 683 millones de toneladas de mineral con cianuro.
Famatina es la reserva de oro y de cobre más importante de la Argentina, pero la explotación de los minerales no menciona el uso intensivo del agua, otro bien muy significativo en climas áridos.
La minería a cielo abierto es toda operación minera no subterránea. El ciclo minero comienza con la prospección que dura entre 2 y 3 años, luego la exploración, entre 8 a 10 años y si es factible, tanto desde el punto de vista económico, ambiental y social, comienza la construcción de la mina.
En todas las etapas se deben presentar informes de impacto ambiental y, desde el comienzo, el plan de cierre de mina. Esto va acompañado en muchos casos por audiencias públicas. Uno de cada 100 proyectos se trasforman en yacimientos. Hoy el 90% de los yacimientos en el mundo se explotan a cielo abierto; además el tipo de yacimiento que se podría extraer en forma subterránea está en su mayoría agotado.
El oro otra vez a la reserva
En 2010, los bancos centrales del mundo dejaron de vender oro y comenzaron a acumularlo. Como el oro proporciona una cobertura contra la incertidumbre económica y la manipulación de la moneda, la acción de estos bancos centrales nos da una idea de qué países son más capaces de manejar una tormenta económica.
Actualmente las mayores reservas de oro están en poder de Estados Unidos; luego están Italia y Francia. Rusia y China, están sexto y séptimo, respectivamente y encabezan la lista de compradores de oro más activos desde 2014.
Un tema común en economía es «quienes poseen el oro hacen las reglas». Las estadísticas recientes sugieren una gran disparidad entre los principales poseedores de oro en el mundo y aquellos gobiernos que poseen menos del metal amarillo.
Estados Unidos – 8,133 toneladas –373,430,444 dólares
Alemania – 3,369 toneladas –154,711,817 dólares
FMI – 2,814 toneladas –129,198,164 dólares
Italia – 2,451 toneladas –112,568,606 dólares
Francia – 2,436 toneladas –111,843,187 dólares
Rusia – 2,168 toneladas –99,552,373 dólares
China – 1,885 toneladas –86,568,279 dólares
El oro es es un activo refugio seguro, un lugar a él puede fluir el dinero cuando hay incertidumbre en el mercado de valores o en las monedas, como en la actualidad, cuando el dólar parece perder terreno y hay rumores de guerra no localizada.
El oro allá lejos y hace tiempo
El oro llegó a la Tierra desde el Espacio exterior, traído seguramente por meteoritos que impactaron hasta hace unos 200 millones de años.
En la formación de la Tierra, hace unos 4000 millones de años, el hierro fundido se hundió hacia el interior del planeta y formó lo que hoy día es el núcleo. En su descenso arrastró consigo los metales preciosos, como el oro y el platino.
La abundancia de metales preciosos en la capa de silicatos de la Tierra, situada en el manto, es miles de veces mayor de lo previsto en ese mecanismo de hundimiento, por lo que es posible que tal abundancia se deba al bombardeo de meteoritos.
El bombardeo de los meteoritos con los metales preciosos habría agitado el manto de la Tierra que finalmente acabó provocando la aparición de depósitos de estos minerales.
El oro, como todos los elementos químicos de peso atómico superior al hierro, ha necesitado para formarse, para reunir los protones y neutrones de su núcleo atómico, de fuerzas enormes, totalmente imposibles en la Tierra.
Una conjetura científica es que se formó en el inmenso despliegue de energía del big bang; pero también existe la posibilidad, de la que se habla más recientemente, de la creación de oro en la colisión de dos estrellas de neutrones.
De la Redacción de AIM.
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