Hace años, una ministra alemana dijo que hay países muy alejados (de Alemania), "a cientos de miles de kilómetros". Si bien la mentira es la herramienta política de elección, en este caso se fue literalmente demasiado lejos, porque en la Tierra, un círculo máximo es de alrededor de 40.000 kilómetros, la mayor distancia entre dos puntos sobre la superficie del planeta.
No hay países en la Luna ni en Marte todavía, a pesar de los esfuerzos de la élite por construir refugios para el caso hipotético de que los "malos" que la enfrentan hagan inhabitable nuestro planeta.
Con seguridad la ministra no se refirió a eso sino que cometió un error quizá suponiendo que cualquier distancia, por grande que fuera, quedaría contenida en nuestro planeta.
Luego otro funcionario alemán reveló su versación geométrica aludiendo a regresar por el mismo camino que traíamos dando un giro de 360 grados, suponiendo que semejante giro, el mayor que concebía, era el que invertía el sentido de la marcha.
Pero tras un giro semejante seguimos como veníamos; para regresar debemos dar un giro de 180 grados, no de 360. Pero el funcionario debió suponer que se trataba de sutilezas geométricas en que no vale la pena detenerse para un político que tiene entre manos millones y millones (de problemas más atractivos).
Entre esos problemas está el atentado que destruyó el gasoducto Nord Stream dos, que traería el gas natural de Rusia a Alemania para alimentar la industria germana. El gasoducto fue objeto de un sabotaje que lo destruyó poco después de que el presidente de Estados Unidos, John Biden -luego obligado a renunciar a su candidatura por incompetente- dijera que no se podía permitir que el Nord Stream 2 funcionara.
El Nord Stream 2 es gemelo del Nord Stream 1, terminado en 2011, que proveía de 170 millones de metros cúbicos de gas natural por día de Rusia a Alemania y al resto de Europa.
La Unión Europea recibía de Rusia antes de la "operación especial" rusa en Ucrania el 40% del gas que consumía, y ahora solo el 9por ciento.
Los alemanes, a pesar de que financiaron la mitad de la construcción del Nord Stream 2, que costó alrededor de 20.000 millones de euros, no han dicho una palabra del asunto, no han dado ninguna explicación ni han exigido investigaciones. De todos modos, los países bálticos involucrados han confirmado que se trató de un sabotaje.
Ahora, Alemania compra el gas natural que necesita a los Estados Unidos, que lo obtiene en su territorio mediante el fracking; pero tres veces más caro que el ruso. Esta diferencia ha vuelto inviable muchas industrias alemanas, que han quebrado o han emigrado a otros países, en particular a los Estados Unidos.
Derrotada en la segunda guerra mundial, Alemania debió tolerar la instalación en su territorio de bases militares estadounidenses, de modo que con esa presencia no puede decirse que sea un país soberano.
Ahora mismo, los Estados Unidos planean instalar en Alemania misiles de largo alcance que lleguen a Moscú, y Rusia ha prometido, si esa iniciativa se concreta, en convertir a todas las capitales europeas, incluidas Berlín, Roma, Londres y París, en blancos de sus armas.
Los Estados Unidos tienen cercada a Rusia y a China con alrededor de 1000 bases militares, desde las que podría lanzar un ataque coordinado devastador con misiles Tomahawk, si se quiere evitar la guerra nuclear donde no habría vencedores.
Sin embargo, este plan no parece viable porque no produciría una destrucción que evitara la respuesta de los atacados.
La finalidad, declarada en 1946, cuando se trazaron las grandes líneas de la planificación estadounidense con el fin de mantener la situación privilegiada con que el país salió de la guerra, es evitar que ninguna otra potencia le pueda hacer sombra, que ninguna pueda levantar cabeza.
Sin embargo, Rusia se repuso militarmente de manera sorprendente después de la disolución de la Unión Soviética, cuando quedó postrada. Posiblemente entonces los Estados Unidos perdieron la ocasión de hacer lo que ya no pueden hacer ahora: desmembrar el país, convertirlo en un enjambre de estados autónomos controlados por Washington, y apoderarse de sus ingentes recursos naturales.
Y la China tuvo una evolución aún más sorprendente. El plan que expuso Chou En Lai en 1963 fue promulgado por Deng Xiao Ping en 1977 y consistía en modernizar el país en la agricultura, la industria, la defensa y la ciencia y tecnología.
Los logros en estas materias deberían mantenerse en reserva, la China debía seguir fingiendo pobreza al exterior para abrirse al mundo cuando ya tuviera la fuerza suficiente como para levantar cabeza sin temer sanciones.
El resultado fue que el imperio que debería ser eterno, como el de Roma, está en trance de durar mucho menos. Roma se fundó en 753 antes de nuestra era y su imperio se acabó en 476 con el derrocamiento de Rómulo Augústulo, más de 1200 años después.
Estados Unidos, en cambio, sostuvo su hegemonía imperial desde 1945 hasta ahora, cuando es disputada por potencias emergentes de manera aparentemente irreversible: apenas siete décadas.
El Nord Stream vinculaba a Rusia con Alemania más de lo que convenía, por lo menos atendiendo a las ideas del geógrafo inglés Halford Mackinder a principios del siglo XX. Según Mackinder quien dominara el área núcleo o pivote, en el centro de Eurasia, dominaría el mundo.
Era una hipótesis contraria a la que había sostenido el imperio británico, que regía las olas del mar y como consecuencia, los continentes.
La destrucción del gasoducto es simbólica de la vigencia de las ideas de Mackinder en la elite occidental, a pesar de que parezcan envejecidas; pero esa misma élite sigue esgrimiendo la leyenda bíblica de Gog y Magog, mucho más antigua, para justificar sus tropelías por el mundo.
El octogenario concertista de piano alemán Justus Frantz sostuvo en una entrevista reciente que es necesaria una alianza de Alemania con Rusia que restablezca las relaciones perdidas tanto por la influencia estadounidense como por la misma política alemana, que consideró "estútida y miope".
Por expresar estas opiniones, Frantz está sufriendo en su país la "cancelación" la forma de linchamiento que aplican los posmodernos a todo lo que los contradice o meramente no les gusta.
Para Frantz, los políticos alemanes han conseguido destruir la economía del país en poco más de dos años, desde la explosión del Nord Stream dos.
"Este gobierno, encabezado por el canciller Olaf Scholz, consiguió desperdiciar el potencial alemán y convertir el país en el hazmerreír de Europa. La industria alemana se está reubicando aceleradamente en el extranjero, los precios de la electricidad son astronómicos, las empresas con gran consumo de energía se ven obligadas a cerrar y las elites políticas continúan divirtiendo al pueblo con sus meteduras de pata".
Para Frantz, es necesario evitar un nuevo conflicto, que podría ser mucho peor que la segunda guerra mundial. Es necesario rehabilitar la cultura rusa; devolverla a Europa, a la que pertenece.
Hizo notar que la cancelación de todo lo ruso que se produjo en Europa sobre todo por incitación de los políticos y los medios de prensa, no se da en Rusia respecto de occidente.
Allá la cultura europea, en particular la alemana, sigue en el lugar que tenía. "El director Valery Gergiev tiene en su repertorio muchas óperas de Wagner y de Mozart; cuando al final de la novena sinfonía de Beethoven el coro canta "todos los hombres se convierten en hermanos", la sala aplaude durante 10 minutos".
"Concebir la cultura como verdad es algo que nos falta un poco en el mundo occidental, que está envenenado por el dinero. En el capitalismo en que vivimos atravesamos en período de decadencia; los rusos al menos notan que nosotros estamos en declive".
Franz lamentó que Europa haya perdido su independencia, porque si la conservara nunca habría permitido este conflicto en su frontera oriental ni el sabotaje al Nord Stream.
Pero no solo lo permitió sino que lo azuza y se niega a hablar de paz, quiere más guerra a pesar de que lleva todas las de perder. Es un suicidio del que sus políticos parecen inconscientes y al que marchan haciendo reír con necedades a su clientela.
De la Redacción de AIM.
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