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Caleidoscopio
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La Pachamama

El primero de agosto es el día de la Pachamama, palabra que en quechua significa cosmos, tiempo y espacio, y designa a la "gran madre", a las fuerzas de la naturaleza. Es habitual que se la mencione en español como “Madre Tierra”, siempre que el término “tierra” no se confunda con “suelo”, ya que para la cosmovisión de los pueblos andinos abarca la totalidad del tiempo y del espacio universal.

Un antecedente de la Pachamama es la gran madre neolítica que descubrió la arqueóloga y antropóloga lituana Marija Gimbutas, antes de la tranculturación de la población de Europa.

La gran madre neolítica simboliza una concepción de la realidad en gran parte borrada por el paso del tiempo y distorsionada por la europeización de las culturas autóctonas preeuropeas.

La gran madre neolítica dejó rastros como la caverna, el hacha de doble filo, la psiqué-mariposa, la serpiente, los misterios, el éxtasis, los trances, y la sabiduría circular de rondas, de vientres y ciclos de fecundidad vegetal, animal y humana.

Esa mentalidad neolítica considera, como los andinos a la Pachamama, a la gran madre como la abundancia misma, lo no corrompido, lo que está completo, no roto, lleno de vida, que renace al infinito, es envolvente y desbordante. La gran madre irradia vida y sacralidad.

La gran madre cuestiona la conciencia patriarcal y revela una unidad del pensamiento que ya estaba rota cuando se produjo la eclosión del pensamiento griego, que para la mentalidad occidental es el inicio de la carrera del logos hacia la civilización.

La gran madre invita a una mirada de la Tierra que permita entender sus procesos como una entidad viva, porque ella, como la Pachamama, es nuestro mundo, nuestro tiempo y nuestro lugar.

El día de la Pachamama se conmemora en los Andes durante todo agosto, con la presentación de ofrendas a la Madre Tierra agradeciéndole por lo que ella regala y brinda: las cosechas y los animales, el buen tiempo y la abundancia que ella regala en sus frutos.

El culto de la Pachamama invita a mantener una una relación más equilibrada y justa con nuestro mundo cercano, el que compartimos cada día en el aula, en la escuela y en el barrio.

¿Cómo se celebra el 1° de agosto?
El mundo andino se divide en dos momentos: la época seca y la época húmeda.

En la época seca se celebra la Pachamama, se agradece por la cosecha, y se retribuye en ofrendas. A este momento se lo conoce como corpachar, que significa darle de comer y beber a la Tierra. Para ello, se cavan profundos hoyos en los que se entierran todas las ofrendas de comidas y bebidas.

Los pueblos indígenas de los Andes se caracterizan por su vida en comunidad. Conviven en prácticas mutuas de respeto y reciprocidad, tanto entre las personas como con su entorno, lo que se conoce como ayni.

En este sentido, y tomando las cosmovisiones ancestrales de los pueblos indígenas de nuestro territorio, resignificamos las relaciones de reciprocidad e intercambio equitativo con la naturaleza.

Los pueblos indígenas de nuestro continente habitan la tierra en comunidad con el ambiente desde tiempos ancestrales.

En 1992, la Declaración de Río de Janeiro de la Organización de Naciones Unidas, estableció en su Principio 22: “Las poblaciones indígenas y sus comunidades, así como otras comunidades locales, desempeñan un papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el desarrollo debido a sus conocimientos y prácticas tradicionales. Los Estados deberían reconocer y apoyar debidamente su identidad, cultura e intereses y hacer posible su participación efectiva en el logro del desarrollo sostenible”.

Los pueblos andinos mantienen una profunda conciencia de ser hijos de la tierra. Esta celebración que comienza el 1° de agosto, fecha en que se inicia la temporada de lluvias, simboliza la gratitud por los frutos de la tierra y el pedido de volver a recibirlas en el ciclo venidero.

La Pachamama se festeja cuando la tierra se prepara para florecer. El primero de agosto es el momento para ofrecerle ofrendas. La ceremonia se completa con una ronda de hermandad, donde los presentes se toman de la mano y bailan alrededor del hoyo donde depositaron ofrendas a la Pacha.

La fiesta es el fin de un ciclo y el comienzo de otro, una renovación que la Tierra ofrece a sus hijos.

"Pacha" es "mundo", de la palabra latina "mundus", que significaba limpio y ordenado, con que se solía aludir a lo mismo que "cosmos" en griego, o sea lo inteligible, dotado de sentido a diferencia del caos.

La Pachamama es la naturaleza de la que el hombre es parte, la que lo sostiene en la vida y lo acoge en la muerte.

Ella proporciona agua, alimentos, aire, serenidad, armonía, y por eso los andinos la veneran y le rinden tributo.

El primero de agosto los andinos y algunos occidentales que en medio de la desorientación en que ha caído su civilización tratan de recuperar un centro, devuelven simbólicamente a la tierra algo de lo que ella les proporciona: tabaco, chicha, vino, hojas de coca, alimentos.

Todos los pueblos oriundos de nuestro continente tienen una relación reverente con la tierra. Los mapuche honran a Ñuke Mapu literalmente Madre Tierra. No es la tierra geológica sino el ámbito que permite vivir a los mapuche y aspirar a la perfección.

Cada 1 de agosto el pueblo mapuche agradece a Ñuke Mapu por cuidar del pueblo y se comprometen a comportarse como huéspedes de esta tierra, a cuidar de ella y a hacer cuanto puedan para que la vida continúe su marcha natural.

La Pachamama es origen de las cosechas y del ganado, rectora de las estaciones y de la vida.

La celebración comienza con la apertura de la boca de la Pachamama, un pequeño pozo que se adorna con lanas de colores y donde se depositan ofrendas y se adorna con lanas de colores.

La Pacha
En la cosmovisión andina hay dos conceptos principales: uno es Kausay Pacha o cosmos de energía viviente y el otro es Ayni a reciprocidad. En Kausay Pacha, Kausay se puede traducir como energía viviente y Pacha es el continuo espacio-tiempo.

Kausay Pacha es el cosmos constituido a partir de energía viviente, de modo que los fenómenos son formas diferentes de esa energía, tanto los humanos como los animales, las plantas o las estrellas.

Según la tradición andina, cada ser humano puede conectar la semilla de consciencia que tiene adentro y que habitualmente no conoce, con la energía que está afuera de modo que la conexión produzca una germinación o desarrollo natural. Conectar una cosa con otra es una relación, que para los andinos se basa en principio de reciprocidad, Ayni.

Hanak Pacha es el cosmos superior, el Kay Pacha es el cosmos donde estamos nosotros, y el Uku Pacha es el cosmos inferior. Los habitantes del mundo superior están rodeados de energía fina porque han practicado un Ayni perfecto. Los seres de nuestro mundo, el Kay Pacha, a veces honramos al Ayni y generamos energía fina (Sami) pero a veces nos olvidamos de honrarlos y generamos energía pesada o Hucha. Por causa de un Ayni imperfecto nuestro mundo es mezcla de energía fina con pesada: Los habitantes del Uku Pacha o mundo interior no han aprendido a practicar el Ayni y su mundo está lleno de energía pesada.

Pero todo es energía viviente, sea fina o pesada, que no puede ser considerada nunca negativa porque la vida es afirmativa. El Uku Pacha no es un lugar de castigo, no se debe identificar con infierno cristiano. No es el "lugar de los muertos" sino un estado donde los seres están adaptados a desplazarse a su modo, en su medida.

"Yo soy Deméter, que los frutos grana"
Marija Gimbutas reconstruyó hasta donde es posible la concepción de la gran madre frigia, que alcanzó a Grecia mediante los misterios de Eleusis, donde se veneraba a Deméter y su hija Perséfone.

La filosofía clásica griega arrancó con el orfismo y continuó con Pitágoras, Platón y Aristóteles, que encontraron el pensamiento inteligible, inmaterial, que elevó la especulación sobre las oscuridades materiales y sensibles de la caverna.

La caverna platónica, el gran mito del padre de la filosofía, es la metáfora de la inmediatez sensible superada por el espíritu, pero también esconde un pasado prehistórico vencido.

La caverna era el ámbito donde se celebraba el renacimiento universal, donde nacía la vida en cada primavera. Ese pasado fue ocultado por el logos clásico pero se mantuvo subterráneo en Europa y a la vista en América Abya Yala, donde la sacralidad de la Tierra sigue presente y determinando la conducta.

La declinación de la gran diosa frigia comenzó 5000 antes de nuestra era. La gran madre no es personal ni transcendente, al modo del dios de las religiones siríacas, sino es una energía universal, impersonal e inmanente

Gimbutas sostiene que el silencio de la simbología matricial que siguió al triunfo del pensamiento patriarcal responde a que “la civilización europea más temprana fue salvajemente destruida por los elementos patriarcales y nunca recuperada, pero su herencia permanece en el sustrato que nutre la vieja Europa y sus desarrollos culturales”

Es decir, hubo en el pasado remoto, en territorio europeo pero antes de la entidad geográfica y cultural que llamamos Europa, una derrota profunda de la Gran Diosa, pero también la gestación de algo que renacerá allá, pero no murió en Abya Yala.
De la Redacción de AIM.

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