En setiembre de 1847 estadounidenses invasores y mexicanos defensores libraron la batalla del castillo de Chapultepec, en que tropas yanquis mataron a adolescentes cadetes de un colegio militar que funcionaba allí, antes de entrar en la ciudad de México. Después de ocupar el distrito federal el 2 de febrero de 1848, en la sacristía de la basílica de Guadalupe se firmó el acuerdo que terminó la guerra y entregó más de la mitad del territorio mexicano a los Estados Unidos.
En este acuerdo, llamado tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado con las tropas invasoras en el territorio invadido, México reconoció al río Bravo como el límite entre los dos países, donde el gobierno norteamericano está construyendo una muralla de separación, y le dio a los Estados Unidos norteamericanos los territorios de Nuevo México y Alta California.
En el castillo de Chapultepec funcionaba entonces el Colegio Militar de México. Hoy, el edificio está en el centro de un bosque urbano de más de 600 hectáreas, de donde brotaba el agua potable que surtía a Tenotchitlán, la antigua capital azteca. Chapultepec es una palabra del idioma náhuatl que significa "cerro del saltamontes".
Los 600 soldados y 200 cadetes que estaban en el castillo eran dirigidos por el general Nicolás Bravo, que había participado de la guerra de la independencia y fue tres veces presidente de México. Los adolescentes respondieron a los ataques yanquis y aunque finalmente fueron derrotados actuaron como héroes, dieron la vida por su país.
Cuentan que cuando todo había acabado un oficial norteamericano observando el rostro de los cadetes muertos, dijo lleno de sorpresa algo como: "¡Pero si son apenas unos niños!", a partir de esta expresión se les llama "Los niños héroes".
Amado Nervo, poeta mexicano muerto en 1919 en Montevideo, días después de hacerse cargo de la embajada de su país, dedicó a la tragedia el poema "Los niños mártires de Chapultepec", que comienza;
Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.
Después de la independencia mexicana de 1810, muchos estadounidenses tuvieron permiso para vivir en Texas; territorio que en ese entonces era parte de la Nueva España. Sin embargo llegaron a ser tantos que se rebelaron contra las leyes mexicanas y se declararon independientes en 1835.
En realidad fue una maniobra premeditada por el gobierno de Washington para tener el monopolio del algodón, entonces una mercadería de gran valor en la industria de punta de la época, comparable al petróleo hoy en día y muy bien pagada por los industriales ingleses de Manchester.
Tras la anexión de Texas, las autoridades norteamericanas señalaron en un momento de euforia que la situación predominante que tomaban en el mercado mundial de algodón, gracias al trabajo esclavo, haría que las demás naciones se rindieran a sus pies. La estrategia continúa, aunque la importancia del algodón sea cosa del pasado.
El presidente James Polk no pensaba solamente en Texas, sino que se apoderó también, con la guerra que siguió, de California y Nuevo México, aunque no pudo hacerlo con Chihuahua.
En el año de 1845, debido a "separación" de Texas, el gobierno mexicano encabezado en ese tiempo por Antonio López de Santa Anna expresó su desacuerdo y hubo enfrentamientos militares.
Los estadounidenses se lanzaron a la pelea ocupando primero California y Nuevo México, luego la cuidad de Matamoros y Monterrey hasta llegar a Puebla y la ciudad de México, donde atacaron el castillo de Chapultepec el 13 de Septiembre de 1847.
Así el 13 de Septiembre son recordados todos los héroes que dieron su vida en la guerra contra Estados Unidos.
En la Ciudad de México se realiza un desfile con la armada y en el Castillo de Chapultepec se hace una ceremonia con cañones para recordar a los "Niños Héroes".
De la Redacción de AIM.
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