Se cumple otro aniversario de la invasión del Panamá por tropas norteamericanas para "cazar" al presidente Manuel Noriega y meterlo preso en los Estados Unidos.
Esa violación flagrante de la soberanía del Panamá se produjo el 23 de diciembre de 1989 y en esa ocasión murieron miles de personas. El Panamá es parte de Colombia pero fue separado por maniobras norteamericanas que tenían en la mira la construcción del canal. Noriega era posiblemente agente de la CIA pero se había enfriado su solidaridad con el espionaje norteamericano, por eso fue acusado de narcotraficante y apresado tras una cruenta invasión de "marines" .
"Exigimos que el 20 de diciembre se decrete Día de Duelo Nacional; que sea obligatoria la enseñanza escolar fidedigna y veraz de lo ocurrido; que se estructure una Comisión independiente y calificada para dar un resultado oficial de todos los muertos y desaparecidos durante la ocupación militar estadounidense", informaron organizaciones panamañas en una declaración conjunta.
El Comité exigió que el Estado panameño "demande internacionalmente a Estados Unidos, para que esa potencia norteña sea juzgada y condenada por este crimen de lesa humanidad y obligada a su resarcimiento y reparación a la nación panameña".
El 20 de diciembre de 1989, oleadas de aviones estadounidenses bombardearon 27 puntos de Panamá y destruyeron El Chorrillo, el barrio más popular de la capital, mientras 26 mil soldados invadieron el istmo para capturar al general Manuel Antonio Noriega, quien había caído en desgracia para el gobierno de Washington, que lo acusaba de narcotraficante, pero que había sido aliado suyo y agente de la CIA.
Estados Unidos justificó la idea de la invasión en la lucha contra el narcotráfico y, sin advertir a las Naciones Unidas, lanzó la ofensiva a la medianoche con fuerzas de tierra, mar y aire, y capturó a Noriega.
Las organizaciones sociales panameñas calificaron la intervención militar de Estados Unidos como "la más sangrienta dirigida contra la soberanía de una nación latinoamericana en el siglo XX" y acusó a la oligarquía panameña de "vender la idea de la necesidad de una invasión, con el solo propósito de retomar el control político perdido en parte, desde 1968".
El Comité enfatizó que los caídos en esa jornada "los puso la clase popular, nacionalistas, chorrilleros, y aquellos que sabían que en defensa de la patria se está de pie o se muere combatiendo, pero nunca arrodillados" mientras "la burguesía panameña no puso un solo muerto en la invasión a Panamá.
"Los mártires no defendieron un gobierno, un general o un modelo económico, defendían la patria y su libertad".
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