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Caleidoscopio
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Masonería: La hipótesis de la “transición” versus la teoría de la invención y las neotradiciones

De acuerdo con las ideas del erudito inglés John Hamill, que fue bibliotecario durante mucho tiempo de la Gran Logia Unida de Inglaterra, y conservador de sus fabulosos archivos y su museo, en su obra simplemente titulada The Craft, existen dos tipos de enfoques en cuanto a la historia masónica. Por Eduardo Morguenstern, 33º, Supremo Consejo Federal del Grado 33 para la República Argentina.

En el segundo artículo, el autor explicó, entre otros aspectos, que un grupo de hombres notables, ajenos completamente al oficio de la construcción empezaron a ser aceptados en Inglaterra en las logias. Eran denominados “masones aceptados” o “masones libres” significando que no pertenecían a los gremios de albañiles, habiendo sido considerados “free masons”.

A) Un enfoque dicho “no auténtico”, el que se esfuerza por poner a la Francmasonería en el contexto de la tradición de Misterio.
B) Un enfoque “auténtico” o “científico”, basado en hechos comprobables y documentados.

El tema de la hipótesis de la transición
Debemos considerar que este es el punto original de las tantas confusiones que hay entre masones y profanos en el tema de los orígenes, y resulta, como se verá, de que la moderna masonería especulativa se asentó sobre todos los elementos de la masonería operativa, tomando incluso y adrede el nombre de masonería, como también sus ceremonias iniciáticas, sus símbolos y su vocabulario, para dar nacimiento a una institución totalmente alejada de lo operativo. En esto consiste la llamada “hipótesis de la transición” en los orígenes de la masonería actual.

Ahora debemos explicarnos cómo se ha producido esta transición. La disminución de demanda de construcciones góticas de catedrales y palacios entre los siglos XVI y XVII y la modernización de los recursos de la construcción fueron algunas de las causas de la lenta desaparición de las corporaciones de albañiles y obreros. Paralelamente los gremios de la construcción de habían ido organizando más rigurosamente en lo administrativo y lo reglamentario, estableciéndose pautas de acreditación profesional o de oficio, lo que también de algún modo limitaba el número de los aspirantes al ejercicio del oficio.

Así, en un doble proceso, las progresivas mermas de masones operativos y la novedosa introducción en las logias los llamados “aceptados”, que nada tenían que ver con la albañilería, la masonería operativa de la antigüedad se desplazaba hacia la naciente masonería especulativa a cargo de los aceptados.

En 1598-1599, un importante funcionario de la Corona escocesa, William Schaw, Supervisor General de los Masones e Intendente de los Edificios del Rey, dicta una serie de reglamentos que organizan sobre nuevas bases el Oficio de Masón en Escocia. El Statuts Schaw crea una red de logias territoriales, que incluirán una jurisdicción que se definía geográficamente, y daba a estas logias unas modalidades de organización que eran las que fijaban su funcionamiento como el encargo de conferir a los obreros los dos grados del Oficio: el de Aprendiz Entrado (Entered-Apprentice), y generalmente, al término de un aprendizaje que llegaba a los siete años aproximadamente recibían el siguiente grado que les permitía buscar libremente la contratación como adjunto a un Maestro, es decir de un patrono. Ese grado era el de Compañero del Oficio (Fellowcraft) y con él se certificaba el total control del Oficio, pero sobre todo, ello le permitía de postularse eventualmente para la entrada en la Guilda de Maestros, proceso denominado Incorporation, siendo una institución diferente de una logia, consituyendo una organización puramente civil y política, que representaba un sindicato de patronos, que controlaba a la vez el Oficio y la calidad edilicia de la Ciudad.

Escocia no inventó la Masonería Especulativa. Creó, bajo el impulso de William Schaw, las estructuras de una Masonería Operativa bien organizada que servirá indiscutiblemente de modelo a la masonería especulativa que se termina de organizar a principios del siglo XVIII.

El enfoque científico
Dejando de lado los mitos y leyendas del “enfoque no auténtico”, o el llamado de “los orígenes míticos de la masonería”, la cuestión del origen real es susceptible de análisis utilizando los métodos de la historia social y de la sociología histórica.

El enfoque auténtico o científico afirma que la teoría de la transición de operativa a especulativa ha sido un invento.

De acuerdo con las investigaciones de autorizados historiadores científicos del siglo XX, como lo detalla el historiador francés Devrig Mollès en su texto de 2015 “La invención de la masonería”, se introduce la noción de las neo – tradiciones, un recurso utilizado para conferir “legitimidad” y antigüedad a diversas instituciones. Propone que la moderna masonería ha sido un “invento del siglo XVIII sin relación de continuidad” con las antiguas corporaciones operativas como los gremios, fraternidades y escuelas de oficios para albañiles, constructores, metalúrgicos o herreros, carpinteros o ebanistas, etc. de la antigüedad.

En cambio debe aceptarse que los inventores de la masonería que conocemos y practicamos hace 300 años sí han tomado prestado de aquellas asociaciones de oficios sus conocimientos, herramientas, tradiciones, modalidades de gobierno etc., para ser la base simbólica de la masonería especulativa y –adaptación mediante de aquellos usos y saberes a los tiempos modernos de la naciente ilustración- establecerlas como base referencial de las doctrinas filosóficas que han dado en llamarse metafóricamente como Arte Real.

Sobre el autor
Eduardo Morguenstern (*), 33º, Supremo Consejo Federal del Grado 33 para la República Argentina, es médico Psiquiatra. Además, fue, a lo largo de su carrera, Venerable Maestro de Logia en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y en Paraná, presidente del Capítulo Rosacruz de Rosario. También fue miembro de la Orden Masónica del Santo Real Arco de Jerusalén en Córdoba, y de la Orden Masónica de los Mark Masters o Maestros de la Marca en Buenos Aires. Hoy es activo de la Academia de Altos Estudios Masónicos del Supremo Consejo Federal para el Grado 33 de la Argentina, del cual es Gran Maestro de Ceremonias.

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Enfoque científico masoneria ilustración Eduardo Morguenstern

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