"El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra" es un proverbio español antiguo que no hace honor a los otros animales, también muy capaces; pero advierte sobre la dificultad para aprender de la experiencia.
Hay pocos ámbitos donde sea más aplicable el proverbio que a la política, donde una y otra vez se rehacen las ilusiones perdidas y se renueva la confianza en candidatos que parecen de cartón piedra, que prometen lo que no piensan cumplir ni borrachos.
A cada caso, el telón de fondo es el poder, la idea persistente de que alguna vez lo usarán a favor de los creyentes, que habrá quien piense en los sumergidos; que quizá los sumergidos son ellos mismos un poder; que nunca se aplicó hasta ahora la doctrina política correcta, y tantas otras variantes del mismo engaño colectivo.
Territorio libre
Entre 1918 y 1921 existió entre Rusia y Ucrania, el norte del mar de Azov, una región que se llamó Majnovia, "territorio libre" con siete millones de habitantes, "comunas libertarias" inspiradas por Néstor Majno, quien lideró un ejército insurreccional en aquellos años conmovidos por la revolución y la guerra.
El lema del efímero país, que fue escrupulosamente olvidado y no es mencionado casi nunca, fue "el poder engendra parásitos", algo que parece inobjetable a la vista de lo que se ofrece ahora, pero que ningún parásito acepta, porque todos ellos se tienen por indispensables para el parasitado o al menos así se venden generalmente.
Majnovia era un "territorio apátrida", autodesignación que permite presentir cuál era el concepto que tenían de patria, no muy lejos del que por esa misma época levantada en la Argentina la puntana Virginia Bolten: "Sin dios, sin patrón, sin partido ni marido."
La patria y el Estado
Bakunin marca la diferencia entre conceptos que han llegado a confundirse intencionalmente, como tantos otros: para empezar, el Estado no es la patria. "El Estado la abstracción, la ficción metafísica, mística, política y jurídica de la patria. El patriotismo político, el amor al Estado, no es la expresión fiel de este hecho: es una expresión distorsionada por medio de una falsa abstracción, siempre en beneficio de una minoría explotadora".
El inspirador del majnovismo fue Néstor Majno, liberado de la cárcel del Zar durante la revolución rusa de febrero, que precedió a la de octubre de 1917. De regreso en Huliaipole, su ciudad natal entonces en Ucrania, organizó un sindicato que expropió grandes propiedades a los terratenientes y distribuyó la tierra entre los campesinos.
Entonces comenzó la lucha armada entre el ejército blanco contrarrevolucionario, el ejército rojo bolchevique y el ejército negro que comandó Majno en defensa de un territorio dispuesto a hacer una experiencia comunitaria, sin gobernantes ni gobernados.
Los historiadores, acostumbrados a ubicar el poder, hablar de mando y de instituciones que funcionan como su esqueleto, no pueden identificar el de Majnovia y se limitan a tratar a Majno solo como un estratega militar.
Algunos principios para empezar
Un congreso reunido en el novedoso país bajo el nombre de "Alarman las campanas" estableció cinco principios de vida y acción comunitarios: 1) rechazo de todos los partidos políticos, 2) rechazo de todas las formas de dictaduras, 3) negación de cualquier concepto de Estado, 4) rechazo de un llamado "período de transición" que requiere una dictadura temporal del proletariado, 5) la autogestión de todos los trabajadores a través de consejos obreros locales libres.
En un texto de 1936, Majno recordó que en las aldeas de aquel territorio, que tendría unos 300.000 kilómetros cuadrados, la mayoría eran campesinos, iguales entre ellos y solidarios "Todos, hombres y mujeres, trabajaron juntos con la conciencia perfecta de que debían trabajar en el campo o que debían usarse en las tareas del hogar ... El programa de trabajo se estableció en reuniones en las que todos participaban. Entonces sabían exactamente lo que tenían que hacer"
Educar al soberano
Majnovia era una sociedad de comunidades libres que seguía en educación las teorías del catalán Francisco Ferrer, que contemplaban una escuela libre de jerarquías, "donde las prácticas autoritarias y el verticalismo son desterrados de la convivencia y las tareas educativas", donde los alumnos nada debían esperar de ningún ser privilegiado; pero todo de sí mismos y de la solidaridad organizada libremente.
Guerra en libertad
En medio de graves penurias derivadas de la guerra y de la necesidad de sostener al "ejército negro" en lucha contra el blanco y el rojo, en Majnovia comenzó la instrumentación de una sociedad libre sin Estado.
En noviembre de 1918, momentos muy significativos en la historia de Rusia, se proclamó la Majnovia y se fundó "la comuna del trabajo libre y los consejos libres de los trabajadores". Las tierras que habían sido por siglos de los nobles fueron repartidas entre los campesinos y se formaron cooperativas autogestionadas y voluntarias de hasta 3.000 miembros. Los campesinos y aldeanos disponían del producto de su trabajo y podían comerciar con los obreros como querían.
El final
Las autoridades soviéticas reconocieron el carácter antibolchevique del congreso de Majnovia, y se dispusieron usar el ejército rojo para liquidar el estatus que pretendía establecer. La prensa oficial calificaba a los majnovistas de contrarrevolucionarios y dañinos a la revolución.
La hostilidad ante un movimiento cada vez más contestatario quedó evidente con la orden 1924 de Trotsky, que afirmaba que la brigada de Majno se ha retirado constantemente ante la Guardia Blanca, por la incapacidad, las tendencias criminales y la traición de sus líderes". Los majnovistas, para Trotsky, eran traidores y criminales. La suerte estaba echada.
A principios de febrero de 1920 Majnovia fue invadida por 20.000 soldados del ejército rojo, pero solo después de la derrota del ejército blanco pro zarista los bolcheviques se volvieron decididamente contra Makhno. En agosto de 1921 Majno y algunos de sus seguidores debieron partir derrotados al exilio.
A diferencia de blancos y rojos, el ejército insurreccional, llamado negro, cuando entraba en una ciudad la liberaba del control estatal, y hacía conocer a los pobladores una proclama insólita: “no se impondrá ninguna autoridad sobre la ciudad”
Una proclama extraña
"Trabajadores, su ciudad está actualmente ocupada por el Ejército Revolucionario Insurreccional. Este ejército no sirve a ningún partido político, a ningún poder, a ninguna dictadura. Al contrario, busca liberar a la región de todo poder político, de toda dictadura. Se esfuerza por proteger la libertad de acción, la vida libre de los trabajadores, contra toda explotación y dominación. El Ejército Majnovista no someterá a nadie a obligación alguna. Su papel se limita a defender la libertad de los trabajadores. La libertad de los campesinos y los trabajadores les pertenece y no debe sufrir ninguna restricción".
Autor: Fortunato Calderón Correa. De la Redacción de AIM.
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