Como parte de las actividades de Aspasid Junior, este mes, Beatriz Butta y Claudia Allende relataron sus experiencias junto a sus hijos Esteban y Facundo, de 35 y 44 años respectivamente, quienes tienen Síndrome de Down: “compartir experiencias es fundamental en la crianza”, expresaron en la charla a la que asistió AIM.
Claudia Allende es mamá de Facundo, de 44 años, y Beatriz Arbasetti es madre de Esteban, de 35 años y brindaron una charla en la sede de Aspasid para relatar sus vivencias a otras familias allí presentes y también vía web respecto de las experiencias en la infancia, la adolescencia y la juventud de sus hijos.
Ambos jóvenes de 44 y 35 años también comentaron cómo fueron sus vivencias en las escuela primaria y secundaria en tiempos en los que tener Síndrome de Down era muy diferente a lo que se vive en la actualidad.
No obstante, algunas de las mamás presentes comentaron que “muchas de las situaciones se siguen repitiendo en la actualidad, sobre todo en cuanto a la inclusión en las escuelas, que en algunas instituciones deja mucho que desear”.
Facundo: “Terminé la escuela primaria por decisión propia”
Al respecto Claudia Allende recordó a AIM que por aquellos tiempos “no se hablaba de inclusión educativa sino que la educación se hacía en escuelas especiales. Con el paso del tiempo fuimos probando diferentes escuelas donde Facundo pudiera aprender realmente y fue una primera etapa difícil. No es lo mismo que hoy. En aquel momento había que ir desandando otros caminos”.
Facundo Butta contó que terminó la escuela primaria de noche “por propia decisión: hice la primaria a los 17 años y me hice muchos amigos ahí”.
Por su parte, su mamá relató que, “él solo se motivó a ir, lo hizo todo solo, había una persona que lo acompañaba desde casa, y de adulto quiso hacer la primaria, la secundaria y ahora ingresó a la universidad”.
En otro tramo de la charla Facundo destacó: “hago tango, boxeo, y mucho deporte, también hice teatro y muchas actividades” y agregó: “estoy estudiando una tecnicatura universitaria en administración pública que complementa mi trabajo: hace 18 años que tengo un empleo”.
En cuanto a cómo está conformada su familia, manifestó: “tengo cuatro hermanas mujeres y me llevó muy bien con ellas”.
Esteban: “Hace poquito me enteré de que estoy en planta permanente”
Por su parte, Esteban Lambruschini contó su experiencia: “trabajo en el Museo Histórico Martiniano Leguizamón, hace 16 años. Soy guía de sala y estoy en la parte de mesa de entradas para recibir a turistas”
“Me siento feliz, porque hace poquito tiempo me enteré de que estoy en planta permanente.
Al principio empecé en horario de verano y luego lo modificamos hasta que logré acomodarme y hacer las actividades”.
Beatriz, su mamá, recordó que Esteban: “realizó jardín de infantes de tres años en una escuela en donde nos enteramos que aceptaban chicos con Síndrome de Down, pero en aquel momento era la maestra de la salita quien tenía que estar de acuerdo con el ingreso”.
Las familias presentes en esta actividad realizaron consultas y expresaron preocupaciones de diferentes índoles relacionadas con el futuro de sus hijo e hijas, que los disertantes fueron respondiendo y acompañando.
Crianzas, redes y derechos
“Compartir experiencias es fundamental en la crianza”, concluyeron las mamás, quienes coincidieron en que “en los tiempos en los que nuestros hijos fueron niños muchas personas escondían a sus familiares con esta condición, tampoco existían redes de apoyo y las terapias debían realizarse en Santa Fe o Buenos Aires”.
“Hoy mejoraron las condiciones, pero hay que seguir cuidando sus derechos para que puedan alfabetizarse y acceder a trabajos que tengan las mejores condiciones posibles para sus capacidades”, manifestaron.
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