La Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta con un gran potencial para cambiar tanto el modo en el que se enseña como la forma en la que se aprende. Según la “Guía de Inteligencia Artificial y Educación” de la Unesco, la IA tiene la capacidad de hacer frente a algunos de los mayores desafíos en el ámbito educativo, con recursos de aprendizaje accesibles para un universo cada vez más amplio. Por Nubiral. Especial para AIM.
En plena vuelta a clases es importante repensar a la tecnología como una herramienta y como una aliada. Esta misma puede potenciar la cobertura y calidad de la educación, siempre y cuando el sistema logre avanzar en su implementación.
Desde Nubiral, y recogiendo también las iniciativas planteadas por la Unesco, planteamos una serie de pasos a considerar, para lograr que educación e Inteligencia Artificial se complementen encontrando un equilibrio positivo:
? Establecer las normas de uso y aplicación de la IA en el campo de la educación.
? Fijar marcos éticos claros y transparentes para todos los usuarios o intervinientes en los procesos.
? Reducir los trámites y acelerar la validación de textos de estudio para llevarlos a la IA.
? Preparar a las escuelas y a los docentes para el uso de las herramientas de IA.
? Mantener los límites, no abusar del uso de la IA.
? Simplificar el aprendizaje logrando que tanto el acceso a profesores y materiales de aprendizaje sean asequibles para los estudiantes.
? Buscar alternativas que permitan llegar cada vez a más rincones, especialmente a aquellas poblaciones que tienen dificultades para acceder al sistema educativo.
? Adaptar la educación al alumnado de acuerdo con sus capacidades. Personalizar la enseñanza.
¿Qué usos podría tener la IA en educación durante 2024?
Algunos usos de la IA en educación incluyen: el diseño de programas de estudios para que los docentes accedan a contenidos relevantes y actualizados, la elaboración de tests o exámenes, y la detección de los errores más comunes de los estudiantes para medir su aprendizaje y descubrir nuevas metodologías de enseñanza.
Algunos ejemplos de lo que esta tecnología podría permitir son:
1. Estimular un aprendizaje personalizado y colaborativo.
2. Monitorear el rendimiento de los estudiantes: los algoritmos de las plataformas educativas pueden identificar patrones en el comportamiento del alumnado. Algunos softwares de IA pueden evaluar el estado inicial del alumno y hacer proyecciones de su evolución.
3. Facilitar la docencia y simplificar la gestión educativa: algunas de las acciones que se podrían encargar a la IA, que son repetitivas y quitan tiempo a los docentes, son: delegar la coordinación administrativa; apoyar decisiones complejas con análisis predictivos; ayudar a diseñar mejores programas educativos; atender preguntas administrativas por medio de chatbots; y asignar tareas cotidianas, como el seguimiento y la sugerencia de horarios.
¿Es posible una verdadera transformación educativa?
Para que la educación pueda vivir una transformación, aprovechar las oportunidades que ofrecen los avances tecnológicos y mejorar la experiencia de alumnos y educadores, hay algunos aspectos importantes a considerar:
Derribar la resistencia al cambio. Debe reconocerse la trayectoria y experiencia del personal que trabaja en las instituciones educativas; pero la sociedad adopta la tecnología a un paso cada vez más acelerado, por lo que hay que evaluar los procesos para aprovechar las nuevas herramientas tecnológicas.
Incluir a todas las generaciones. Si bien los alumnos son quienes, en su mayoría, impulsan los cambios por ser consumidores naturales de la tecnología digital, es importante que las familias y educadores de todas las edades sean parte de esta evolución.
Abrazar la agilidad. Resulta fundamental que las instituciones educativas, sean públicas o privadas, vean en las herramientas tecnológicas un aliado para apoyar su propio desempeño, agilizar las prácticas habituales y actualizar los sistemas administrativos.
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