Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

El clima hoy en:

-

- -

El dólar hoy: (BCRA)

$1026, / $1066,

Economía
Economía

Argentina: inflación, condiciones de vida y Plan Masacre

Hablar de economía es hablar de cómo se logra el fin último y principal de las actividades económicas de un país o una comunidad, que “es generar y distribuir los bienes y servicios necesarios para que sus integrantes tengan una vida digna, sin afectar el ambiente ni depredar los bienes comunes, para que las futuras generaciones tengan el mismo derecho de gozar de ellos”, analizó para AIM el impulsor de la cátedra abierta por un Mundo Nuevo, Luis Lafferriere.


De ahí que “cuando consideramos cómo estamos y hacia dónde vamos desde el punto de vista económico, tenemos que analizar los indicadores de la calidad de vida de la gente y del estado del ambiente, y cómo marchan aquellas variables que la pueden afectar. Entre estas últimas se encuentran los índices de inflación y de los costos de las canastas básicas y alimentarias, como así también los múltiples derechos que tienen los sectores más vulnerables para compensar el estado crítico en que se hallan”, explicó a esta Agencia.


La inflación es un tema central en la evolución de la economía argentina desde los años 40 del siglo XX hasta la actualidad. “Indica cómo han variado los precios de los bienes y servicios que deben abonar en el mercado las personas para cubrir sus varias necesidades básicas (alimento, salud, educación, transporte, vivienda, recreación, etc). Esos precios deben permitir que los ingresos de las personas alcancen para adquirir la canasta básica que permita vida digna de sus familias”.


Lafferriere resaltó: “Pero los precios en el mercado los determinan básicamente las empresas formadoras que controlan los mercados, que son las grandes corporaciones. Éstas lo hacen de manera monopólica imponiendo su objetivo central que es alcanzar la máxima ganancia posible. Además, los precios se ven afectados por los varios impuestos que cobra el estado en sus diferentes jurisdicciones (nación, provincia y municipio) y que se recargan para inflar el valor final que pagan los consumidores”.


Finalmente, “hay que mencionar que hay una mercancía cuyo valor incide en casi todos los precios de los bienes y servicios que se comercian en nuestro país: la divisa (o dicho más vulgarmente el dólar, como la más usada). Según cuál sea el valor de dólar (alto o bajo) esa será la incidencia sobre el nivel de los precios internos (más caros o más baratos). Aclarando también, a su vez, que el valor del dólar depende de la cantidad que se oferte en el mercado y de la cantidad que se demande”.


De lo anterior se deduce que “la posibilidad de vivir dignamente (según las cifras actuales de la sociedad argentina) está sólo al alcance de una minoría cada vez más reducida de la población, con la contracara del alza de la pobreza y la indigencia generalizada”.


¿Por qué cada vez más pobreza y más indigencia?

Al respecto, señaló que: “Existe un modelo económico social (en el contexto del capitalismo dependiente de la Argentina) que ha sido diseñado e impulsado por los sectores más poderosos y ricos del mundo en alianza con grupos empresarios locales. Un modelo neocolonial donde los argentinos no definimos las grandes estrategias, y donde los grandes partidos políticos se han puesto a las órdenes de ese poder, para aplicar políticas y medidas que benefician a un sector minoritarios de grandes capitales especulativos y grandes corporaciones saqueadoras”.


En ese marco, la inflación “ha jugado un rol central como vehículo para quitar ingresos de manera masiva a la gran mayoría de la población, en beneficio de los monopolios y oligopolios. A la vez que ha servido al Estado para conseguir más recursos tributarios, que pagan los consumidores en los impuestos que integran el precio final, a costa de bajar los ingresos reales del conjunto, y de ajustar a la baja los salarios de los trabajadores estatales y de los jubilados”.


¿Para qué quiere el Estado robarles a los trabajadores públicos y a los jubilados? “Para tener más dinero para pagar una deuda fraudulenta, que nunca llegó al pueblo argentino, pero que con su esfuerzo la ha pagado más de diez veces, y cada vez paga más y debe más. El Estado se endeudó para conseguir dólares para que los especuladores que vienen a ganar dinero a montones en la Argentina, puedan luego tener los dólares baratos para llevarlos afuera del país. Y luego de eso, de vaciar el Banco Central, el dólar escasea, sube mucho, e impulsa la inflación a niveles insoportables para la mayoría”, indicó.


Desde el punto de vista histórico, “este proceso ha venido marchando de manera cíclica a lo largo de las últimas décadas, en especial durante la última dictadura (1976-1983) y desde la década del 90 del siglo pasado. El Estado se endeuda para que los especuladores compren dólares baratos y se lleven sus ganancias fabulosas al exterior (remesa de utilidades, fuga de capitales, etc). Luego debe pagar la deuda y los intereses, pero el dinero no alcanza, entonces aplica políticas de ajustes y devalúa, generando fuertes procesos inflacionarios. Ahí recaen las consecuencias terribles del alto costo de vida, sobre las espaldas de la mayoría que no participó del banquete de los saqueadores. No sólo inflación, sino más impuestos y menos servicios públicos”.


¿Qué significa el Plan Masacre?

Lafferriere remarcó que: “Este plan es impuesto por el poder más concentrado, y aplicado por una mente enfermiza y sumisa que está apoyada por las cúpulas partidocráticas y la billetera oficial. Busca achicar el consumo de la población lo máximo posible, para dejar nuestros recursos libres para el saqueo y la provisión de bienes estratégicos para el poder mundial”.


Agregó que: “Para lograrlo deben empobrecer a la mayoría de la población, terminar de destruir a la clase media, destrozar el mercado interno (y con él a la mayoría de las empresas existentes, que son las micro, pequeñas y medianas), y exportar lo máximo posible. Eso lograría más divisas, que no llegarán a los argentinos ya que se destinan a abastecer la voracidad de los especuladores y el pago del tributo a los usureros mundiales”.


“Cuando asume en diciembre el repudiable presidente, devalúa el peso más del 100 por ciento respecto del dólar, lo que genera una explosión interna de los precios y una fuerte caída de la capacidad adquisitiva de la mayoría de la población. Eso hizo caer drásticamente el consumo, y con él las ventas y la actividad de gran parte de la economía. También generó el cierre de miles de empresas y la pérdida del empleo para decenas de miles de trabajadores”.


Pero también “frenó la recomposición salarial y de haberes de los jubilados, lo que aumentó la pobreza y la indigencia. Aunque como contracara, enriqueció a un puñado de corporaciones y a un reducido pero poderoso lobby de usureros y especuladores.

En paralelo endeudó más aún al Estado nacional (por más de 90 mil millones de dólares), con dos objetivos claros: uno, mantener el valor de dólar barato, que opera como freno temporario de la inflación; el otro, tentar a los especuladores para que traigan sus dólares, ganen fortunas especulando en pesos (los intereses altos se los garantiza el estado), y se lo puedan llevar luego multiplicados. Lo que ocurrirá inexorablemente, aunque el gobierno tratará por todos los medios que no suceda antes de las elecciones de medio término, en octubre de este año”.


Cuando eso ocurra, indicó, “el vacío de dólares hará que su valor pegue otro gran salto, y eso provocará nuevas explosiones inflacionarias, con las consecuencias ya sabidas: más pobreza y más miseria, menos consumo, menos mercado interno, crisis masiva de las mipymes, desempleo, etc. También dejará al Estado sin medios para pagar los compromisos asumidos, y se prepara para entregar nuestros bienes comunes, nuestras riquezas, nuestro presente y nuestro futuro (a través de leyes y DNU que garantizan privilegios y cesión de soberanía a favor de la usura internacional –como el Rigi-)”.


Es urgente cambiar el rumbo

“Seguro que hay otros caminos. Pero no se tomarán en la medida que sigan los mismos conductores al mando del vehículo que nos conduce al abismo. Esperar que corruptos, especuladores, usureros, delincuentes y capitales voraces e insaciables se preocupen por solucionar nuestros problemas es de una ingenuidad infinita”, dijo Lafferriere.


“Sólo una sociedad informada, comprometida, movilizada, organizada y unidad, puede dejar de esperar lo imposible de manos de una dirigencia entreguista y corrupta. Podemos y debemos cambiar el rumbo, porque nadie desde arriba nos regalará nada. No lo hará una democracia condicionada y entregada a los saqueadores. No lo harán los capitales más concentrados e inescrupulosos del planeta”.


Consideró que: “De lo que hagamos nosotros, desde ahora y entre todos, depende nuestro futuro. Es posible porque contamos con muchas condiciones favorables, desde nuestro territorio privilegiado y extenso, hasta las capacidades productivas que aún se mantienen y la población capacitada, a pesar de los enormes retrocesos sufridos”.


“Debemos informarnos, preocuparnos, unirnos, organizarnos, comprometernos y actuar. No más pobreza, no más hambre, no más ajuste sobre los más débiles y vulnerables. Una sociedad mejor para todos es necesaria, posible y urgente”.

Fuente: De la Redacción de AIM
pobreza PLAN MASACRE Luis Lafferriere

Artículos Relacionados

Teclas de acceso