El mundo pretendió resolver la pandemia a billetazos, emitiendo a destajo. Las consecuencias son devaluación de las monedas, suba de materias primas y un escenario de tasas en aumento. Para Argentina, carente de ahorro y sin la posibilidad de ser sujeto de crédito, inflación y devaluación parece el camino seguro.
La pandemia impactó en el mundo, la primera vacuna fue la cuarentena, luego llegaron medicamentos varios, y finalmente los científicos lograron la vacuna, que será aplicada durante 2021. En materia económica, lo primero que realizaron los gobiernos del mundo fue una inyección de dinero a destajo en la economía, vía subsidios y cheques que se repartieron a familias, un aluvión de créditos a tasas subsidiadas, y beneficios fiscales para sectores afectados.
Los resultados en materia de salud se notarán en el segundo semestre del 2021, cuando la vacuna haga sentir sus efectos, y sanitariamente vayamos a un escenario de más tranquilidad.
Los resultados en materia económica se notarán en dos vías, por un lado, el mundo comienza a retomar la actividad que tenía pre pandemia. Estamos rebotando de una gran caída, que en mayor o menor medida afectó a toda la economía mundial, y probablemente en dos o tres años la media de los países del mundo vuelvan a tener el mismo PBI que tenían en el año 2019. El retroceso será inevitable, y la recuperación podría ser muy importante.
El mundo termina una etapa de estancamiento secular, en donde la tasa de interés negativa, alto endeudamiento de los países y estancamiento quedara atrás para siempre.
Vamos a un nuevo escenario mundial. El dinero emitido para socorrer a la economía no puede permanecer en el mercado en forma indefinida. Mayor emisión monetaria, con menor producción de bienes y servicios, traerá como correlato precios más elevados a escala mundial. Es la primera vez en mucho tiempo, que se pone la palabra inflación en el debate económico internacional.
Las materias primas están mostrando un fuerte aumento de precios, las monedas como el dólar se están devaluando y solo se han fortalecido las monedas de países que se están recuperando económicamente de la pandemia, o tenían ahorros suficientes para ayudar a su sector productivo sin la necesidad de emisión de moneda. Nos estamos refiriendo al sudeste asiático. El mundo irremediablemente irá a un escenario de mayor inflación, suba de tasa de interés, y devaluación de países centrales que abusaron en la última década del endeudamiento y la emisión.
Argentina un caso aparte
Nuestro país durante la pandemia utilizó el manual de ayuda internacional. Emitió dinero para satisfacer las demandas sociales y no caer en una severa recesión económica. La emisión se ubica en torno de los 2.000.000 millones, esto en dólares equivaldría a unos 28.000 millones de dólares, tomando el tipo de cambio medio del año.
A pesar de la mega emisión realizada, y los intentos por detener la caída de actividad económica, el PBI podría caer entre el 10 y 12 por cientoen el año 2020. El país no es sujeto de crédito para los inversores del mundo, reestructuró su deuda pública, pero no recibió dinero fresco, y tiene el desafió de reestructurar la deuda del FMI y el Club de París.
Para el año 2021, Argentina no tiene resuelto el problema del déficit fiscal, por ende, tendremos un déficit elevado que dependerá del impacto de la pandemia, la llegada de las vacunas, las necesidades de gasto social y la velocidad de recuperación económica, que nos permita incrementar ingresos fiscales y atenuar el déficit fiscal futuro.
Un clima hostil a los cultivos de verano, como la soja y el maíz, no son una buena noticia. Es la única entrada de dólares relevantes que tiene el país, y esta complicada por la cantidad a producir, el precio es bueno, pero habría que ver si eso compensa la menor producción.
Para este 2021 hay algunas predicciones que son seguras.
1) La inflación será elevada, y su guarismo dependerá del déficit fiscal que tenga el gobierno, que estará influenciado por cómo se resolverán los problemas sanitarios.
2) Es probable que durante 2021 la economía crezca, impulsada por una industria en franca recuperación, precios de los granos al alza y mejoras en la economía mundial. La media de los analistas indica que la economía crecería entre 3% y 5% anual. Tiene gusto a poco, luego de la caída del año 2020.
3) Con una economía que se recupera poco, alto déficit fiscal financiado por emisión y elevados niveles de inflación, hace suponer una devaluación en similares niveles a la inflación, con dólares alternativos incrementando la brecha.
4) Son claves los meses de abril y mayo, en primer lugar, es la fecha que tendríamos la vacuna en cantidades importantes; en segundo lugar, para esa fecha deberíamos tener cerrada la negociación con el FMI y refinanciada la deuda con el Club de París. Paralelamente, son los meses en que se develaría la incógnita sobre la cantidad cosechada de soja y maíz, que daría un horizonte de ingreso de dólares y recaudación.
5) Argentina antes de la pandemia era una oveja negra dentro de un rebaño de ovejas blancas, hoy es una oveja negra dentro de un rebaño de ovejas negras. El mundo tendrá un problema severo con la deuda pública, alta emisión monetaria y vuelve al escenario económico la inflación y buena parte de los emergentes lo sentirán en el tipo de cambio y las tasa de interés.
Conclusión
Vamos a un escenario económico 2021 que dista de ser el que vivimos entre los años 2008 y 2019. El 2020 fue un paréntesis dentro del mundo económico y financiero lobal. Tendremos que convivir con más inflación mundial, una suba de tasas de interés y monedas devaluadas. Lo mejor es la suba de la materia prima.
Argentina deberá hacer un doble esfuerzo, ingreso en la pandemia sin ahorro y no es sujeto de crédito. Si no revierte el problema de falta de financiamiento, el ajuste será muy severo, o el fastidio de crecer poco será muy largo. Esta economía está llamada a languidecer, si pronto no llegan inversiones. Las señales de fin de año, no lucen muy agradables, probables estatizaciones, aumentos de gasto público y subsidios no hacen más que aumentar las chances de que sea un año I + D, habrá más inflación y devaluación.