“Va a ser un buen año para la industria automotriz en Argentina y Brasil”, anticipó Pablo Di Si, CEO de Volkswagen para América latina. El directivo argentino detalló el plan para mejorar la integración de partes y piezas nacionales en la Amarok y la nueva SUV Taos de la planta de General Pacheco y planteó la necesidad de que haya más facilidades crediticias para microempresas con potencialidad de convertirse en proveedores y para la compra de autos cero kilómetro. Aseguró que no hay mayores inconvenientes con las importaciones y pide rebaja de impuestos.
Los primeros datos del 2021 en materia automotriz fueron positivos. Según Acara, en enero se patentaron 49.438 vehículos, un 9,9 por ciento más que en el mismo período del año pasado. El peso de los autos nacionales sobre el total fue del 47 por ciento, lo cual representa un fuerte incremento de la participación de autos locales en relación a los importados. En términos de producción de autos por parte de las terminales, la suba en enero fue del 20 por ciento. En el sector esperan que la producción automotriz en 2021 sea de unas 380 mil unidades, lo cual representaría una mejora del 41 por ciento frente al magro 2020.
“Enero empezó bien. Va a ser un buen año para Argentina y Brasil, con mayor participación de las SUV, como la Taos. En 2021 esperamos poder duplicar el volumen de producción y de exportación de Volkswagen Argentina. Esto nos va a permitir dar un giro positivo en nuestra propia balanza comercial, ya que el 2020 fue un año deficitario en términos de divisas por la discontinuación de la Suran y el ingreso de maquinaria necesaria para desarrollar nuestras inversiones. Con la exportación de la Amarok y de la Taos junto a las cajas de cambio de la fábrica de Córdoba, vamos a ver los frutos de las inversiones de 2020”, indicó Di Si a Página/12. Detalló que alrededor del 70 por ciento de las Amarok producidas en el país se destinan a la exportación y que en el caso de las cajas, ese porcentaje sube al 98 por ciento. Espera que el nuevo Taos llegue a un grado de exportación del 60 al 70 por ciento.
Uno de los problemas sobre los cuales las terminales, las autopartistas y los gobiernos de turno vienen dando vueltas desde la configuración global del sector desde los años ’80 y ’90 es el escaso grado de integración de partes y piezas locales en los autos fabricados en el país. El resultado más visible de la baja participación de proveedores locales es el déficit comercial que se genera por la importación de autopartes a medida que crece la producción de autos. La compra de autopartes al exterior, dependiendo del nivel de producción, representa unos 6 mil a 10 mil millones de dólares al año.
Di Si asegura que VW tiene un plan para crecer un 10 y hasta un 20 por ciento la integración de partes medida en valor. “Serían unas 250 piezas que podrían entregar entre 40 y 45 proveedores ubicados en la Argentina”, dice. Asegura que “hoy en día es más barato importar las piezas” pero espera que los costos se reduzcan a partir del “trabajo con los proveedores y préstamos blandos como era el Fondo del Bicentenario para que las pequeñas y medianas empresas puedan adquirir capital de giro, materiales y máquinas”.
El directivo de VW también pide que haya más facilidades para la compra de vehículos. “Creo que hay quórum en el gobierno para avanzar en un esquema de facilidades crediticias”, indicó ante la consulta de este diario sobre la posibilidad de que se reedite un esquema similar al Procreauto del segundo gobierno de CFK.
Di Si aseguró que la empresa tiene diálogo fluido con el gobierno por la gestión de las importaciones de piezas y de autos terminados y pondera como una mejora el nuevo esquema de retenciones, que se reducen a cero para las exportaciones incrementales. Sin embargo, pidió, como siempre que pueden hacen las terminales, aprovechar un contexto de crecimiento para "reducir impuestos como Ingresos Brutos".
En relación al auto eléctrico, que desde niveles muy bajos aunque a buen ritmo viene ganando participación en los principales mercados del mundo, Di Si dijo que "todas las terminales están en proceso de cambio en favor del auto eléctrico e híbrido. Es un proceso que en los próximos diez años se va a intensificar notablemente. En América latina, la electrificación del transporte va a demorar un poco más, porque exige modificaciones de infraestructura para los sistemas de carga. Pero sin duda vamos a empezar a ver más autos eléctricos e híbridos". En la agenda regional, VW enfrenta en Brasil una oportunidad de capturar la porción de mercado que va a dejar Ford, al anunciar la salida del país vecino.