De la mano de una marca rosarina, el dulce de leche llega a Japón. Después de dos años de negociaciones, el primer cargamento, de unos 1.500 kilos, llegará a ese país. Ese fue el tiempo que le llevó a la firma San Ignacio, que tiene su planta en la ciudad santafesina de Sauce Viejo, cumplir con todas las exigencias de ese mercado, al que consideran de "gran potencial".
“El volumen no es importante, es un cargamento de prueba para ver cómo se mueve, cómo rota. Debimos sortear las exigencias de un mercado muy duro en cuanto a reglamentaciones y rotulado con items que otros no piden”, explicó al programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra en Radio 2, Alejandro Bertín, director de San Ignacio.
La historia de San Ignacio comenzó en 1939 en Rosario cuando Ignacio Rodríguez Soto decidió producir lácteos. En 1997 la planta elaboradora se trasladó a Sauce Viejo.
La empresa tiene una larga tradición exportadora. La primera venta al exterior, dijo Bertín, fue en 1978 a Alemania.
Hoy, la marca exporta a varios países, entre ellos Chile, Brasil, Paraguay, Bolivia, México, Estados Unidos, Canadá,. España, Reino Unido, Alemania, Filipinas, Nueva Zelanda y Arabia Saudita.
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