La publicación de los nuevos cuadros tarifarios de electricidad de Edenor y Edesur sigue generando debate entre los expertos. Es que el ente regulador de la electricidad (Enre) no solo aumentó las tarifas de distribución eléctrica en el área metropolitana de Buenos Aires (Amba), sino que también modificó la fórmula de cobro, con lo cual los aumentos podrían ser aún mayores a lo estipulado.
En concreto, anteriormente, los usuarios residenciales de energía pagaban más caro por la electricidad a medida que consumían más. Esta diferenciación estaba segmentada en nueve grupos. El primero era el R1 (por residencial 1), aquel que consumía hasta 150 kwh por mes, y el último, el R9, que consumía más de 1401 kwh en el mismo período.
El Enre sorprendió al reducir la diferenciación y reagrupó el consumo en cuatro segmentos: R1, hasta 150 kwh por mes: R2, entre 151 y 400 kwh; R3, entre 401 y 600 kwh, y R4, más de 600 kwh. El R4 nuevo antes estaba repartido en tres grupos: R7, entre 601 y 700 kwh; R8, entre 701 y 1400 kwh, y R9, más de 1400 kwh.
Por lo tanto, desde el viernes, un usuario que consume 601 kwh, que podría ser una familia tipo (dos adultos y dos menores) de clase media que vive en un departamento, pagará la misma tarifa de costo fijo y variable que un usuario que consume más de 1400 kwh, que podría ser una familia que vive en una casa de un barrio cerrado.
El dato que más resaltan los analistas del sector, sin embargo, es que el costo fijo aumentó de 5789 a 30.054 pesos por mes para todos los usuarios que ahora sean parte del R4, sin diferenciar si son de ingresos altos (N1), bajos (N2) o medios (N3), ya que el servicio de distribución eléctrica no está segmentando, como sucede con la tarifa de generación.
“Con el aumento de tarifas eléctricas en Amba, el Gobierno redujo las categorías residenciales (R) de 9 a 4. Un usuario que era R7 (consumo entre 600 y 700 kWh) ahora es R4, y solo de cargo fijo pasa a pagar de 5789 pesos a 30.054 pesos por mes, más allá de si es de ingresos altos, medios o bajos”, dijo el economista Nicolás Gadano en la red social X.
En el Gobierno explicaron que esta decisión se debe a que la ley dice que para los usuarios residenciales, el cargo fijo no tendría que estar sujeto al consumo variable, porque el sistema pone a disposición una infraestructura determinada, sin importar cuánto consuma de electricidad.
En otras palabras, la instalación de la red eléctrica que se lleva adelante es indiferente a la cantidad de consumo residencial. “No es que se instalan fierros más finitos si se consume menos de 150 kwh; la infraestructura es la misma”, explicaron fuentes oficiales.
“Hasta acá fue subsidiado el de menor consumo por el de mayor consumo, teniendo en cuenta que la ley prohíbe expresamente los subsidios cruzados. Si alguien consume poco, se le cobra un cargo fijo menor a lo que cuesta poner a disposición la infraestructura para ese consumo y era subsidiado por el que paga la potencia mayor. El cargo fijo tiene que ser lo que cuesta poner el sistema a disposición”, agregaron en el Gobierno.
El economista Fernando Navajas, analista de la fundación Fiel, coincide en que hay que tender a un único cargo fijo y luego aplicar una tarifa social sobre ese esquema. Sin embargo, advirtió que “cobrar el costo fijo 30 dólares a cualquier usuario que consuma 600 kwh al mes es un despropósito”, si se tiene en cuenta un tipo de cambio de 1000 pesos.
“Un consumidor de 600 kwh al mes es un departamento de clase media que ahora pagará alrededor de 48.000 pesos de cargo variable y 30.000 pesos de fijo. Eso equivale a 78.000 pesos . Si se le suman los impuestos, la boleta final puede alcanzar los 110.000 pesos . Lo que está mal son los 30.000 pesos de costo fijo. Ni siquiera en Estados Unidos se cobra un nivel tan alto. Generalmente, fueron menos de 15 dólares″, dijo Navajas.
El economista también señala que en 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, las empresas distribuidoras pidieron una tarifa fija para tener equilibrios en sus cuentas que, si se la ajusta por la inflación acumulada desde entonces, equivaldría hoy a 16.000 pesos , casi la mitad de la nueva tarifa impuesta por el Enre.
“Con el país en las condiciones en las que estamos, decirle a la clase media que va a pagar 120.000 pesos por los cargos fijos es una locura. Y todavía faltan los aumentos en las tarifas de gas. Va a haber judicialización y no se van a pagar. Todos sabíamos que la transición iba a ser difícil, pero hay que diseñarla bien. Hay que comunicar a qué lugar nos quieren llevar y hacerlo de una manera clara. La movida del Gobierno tiene dos cosas en la buena dirección, como reducir los segmentos de consumo [de R9 a R4]y aumentar los cargos fijos. Pero la suba que dispusieron fue demasiado, quedaron en offside. No tiene lógica haberlo hecho”, dijo Navajas.
Medidores inteligentes
En medio de los aumentos de tarifas, el Enre creó un comité dedicado al estudio de la introducción del sistema de medidores inteligentes para el Amba, denominado Comité de Estudio de Redes Inteligentes, a través de la resolución 100/2024. El comité será presidido por Víctor Agüero, un funcionario técnico del Enre, y estará conformado por representantes Edenor, Edesur y profesionales de otros organismos o instituciones con interés en el tema, que se desempeñarán ad honorem.
Actualmente, en el Amba, las empresas distribuidoras cuentan con “lecturistas”, quienes registran el nivel consumido de electricidad con visitas bimestrales a los hogares. La idea del Gobierno es reemplazar ese sistema, que cuenta con más de 90 años, por los medidores inteligentes, para aplicar de este modo incentivos para consumir electricidad en distintos horarios.
“La forma actual de medir la electricidad no tiene en cuenta ni tramo horario ni potencia demandada. Los medidores inteligentes van a permitir a los usuarios administrar su propia demanda, por ejemplo, poner el lavarropas de tres a cuatro de la mañana”, dijeron fuentes oficiales.
Según la resolución publicada por el Enre, “los objetivos planteados para la introducción de los medidores inteligentes se encuentra la de facultar a los consumidores al acceso a la información que les permita tomar decisiones eficientes tanto para el sistema, como para su propio provecho, la de permitir a las empresas distribuidoras entender mejor los patrones de consumo, supervisar y gestionar la red eléctrica y mejorar el servicio a los usuarios y la de dotar al regulador con la información necesaria para fijar las políticas adecuadas establecidas por la normativa y la buena práctica”.
Entre los beneficios que aportan los medidores inteligentes, tanto para los usuarios como para las empresas, se encuentran: proveer una detallada información del consumo de energía y potencia sobre una base de tiempo cuasi real, aportando al usuario y al prestador los elementos para la toma inteligente de decisiones; eliminar completamente la estimación de consumos al no efectuarse ya la lectura presencial; permitir monitorear la calidad de servicio, tanto al prestador como al ENRE, informando las interrupciones del suministro instantáneamente, a los efectos de identificar y asistir con los recursos para una rápida restitución; advertir inmediatamente el robo de energía y los intentos de fraude por manipulación del medidor; permitir la limitación o el corte remoto del suministro; permitir, bajo consentimiento del usuario, la administración de demanda en situaciones críticas del sistema, mediante la desconexión de equipos de gran consumo de energía, y permitir la adopción de tarifas prepagas, entre otras.
Por Sofia Diamante