La inclusión financiera es agenda de muchos países del mundo. Si bien ésta creció a nivel global durante la última década, América Latina sigue siendo una de las regiones más retrasadas en este sentido. A continuación, algunos datos a los que accedió AIM.
Primero que nada, ¿qué es la inclusión financiera? Según el Banco Mundial, es el grado de acceso que las personas y las empresas tienen a productos y servicios financieros útiles y asequibles para satisfacer sus necesidades (desde ahorros, crédito y seguros, hasta educación y asesoramiento), y la manera en que estas herramientas son ofrecidas de manera responsable y sostenible.
Cada vez es menos frecuente el uso de efectivo -principalmente desde el comienzo de la pandemia- y América Latina no ha sido la excepción de esta tendencia a nivel global. Sin embargo, este crecimiento en inclusión financiera ha sido dispar en personas de bajos ingresos y habitantes que viven fuera de las grandes ciudades.
Según el reciente estudio de Mastercard y Americas Market Intelligence “Estado de la inclusión financiera después del Covid-19 en Latinoamérica y el Caribe: nuevas oportunidades para el ecosistema de pagos”, el número actualizado de consumidores que solo usan efectivo se redujo drásticamente de un 45 por ciento a tan sólo un 21 por ciento entre 2020 a 2023. Esto es equivalente a la inclusión de 115 millones de personas en la región.
Para este informe se hicieron encuestas en los mercados de Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, México y Perú; en un universo de 2.815 personas. Chile no se incluyó debido a sus altos niveles de inclusión financiera.
Según un estudio de Global Financial Inclusión Index 2022, con 19.2 puntos, la Argentina se ubicó en la última posición de este nuevo ranking, un puntaje que lo deja por debajo de países como Ghana (22.2), Nigeria (26.9) y Colombia (32.2). En el otro extremo, los cinco países con mejor inclusión financiera según Principal Financial Group fueron Singapur (68.9), Estados Unidos (68.3), Suecia (65.4), Hong Kong (65.1) y Finlandia (64.7). De los seis países de América Latina evaluados por la compañía estadounidense, el más inclusivo en términos financieros fue Chile, que ocupó la posición 24° (45.4). Le siguen Brasil (35°), México (36°), Perú (38°) y los ya mencionados Colombia (39°) y Argentina (42°).
Según el último estudio de Mastercard, si bien la mayoría de los latinoamericanos tuvo acceso a productos financieros básicos entre 2020 y 2023, el 21 por ciento todavía no está bancarizado.
El acceso al crédito también no es universal: el 58 por ciento de los habitantes del continente tiene tarjeta de crédito, pero apenas tres de cada diez tienen acceso a préstamos, seguros o productos de inversión.
Pero en Argentina la situación es particular: mientras el 74 por ciento de los entrevistados dispone de una tarjeta de crédito, apenas el 19 por ciento accede a préstamos.
El 79 por ciento de los encuestados tiene acceso a servicios financieros básicos, pero todavía hay margen para que logren un nivel más avanzado de inclusión financiera.
"Tenemos evidencias claras sobre el cierre de la brecha de inclusión financiera por el cambio de comportamiento del consumidor y la alta digitalización de los medios de pago", explicó a El Cronista Thiago Dias, vicepresidente Fintech, Enablers & Crypto de Mastercard para América Latina.
"La inclusión financiera es una prioridad, y va más allá del acceso. Para ser verdaderamente exitosos, los servicios financieros tienen que ser ampliamente aceptados. Ayudar a las personas y las comunidades a subir la escalera de la inclusión financiera es un elemento crítico en el camino a alcanzar nuevos niveles de prosperidad económica", dijo Marcela Carrasco, vicepresidente Senior de Desarrollo de Mercado, Inclusión Financiera para América Latina y el Caribe.
La inclusión financiera no se distribuye de manera uniforme: sólo 59 por ciento de los encuestados de bajos ingresos y 40 por ciento de los que viven en las afueras de las grandes ciudades indicaron tener una cuenta bancaria.
Los gobiernos nacionales desempeñaron un papel instrumental en la promoción de la inclusión financiera: 15 por ciento de los encuestados indicó que accedió a su primera cuenta de ahorro/depósito gracias a la digitalización de la asistencia gubernamental.
Cabe destacar que la inclusión financiera está sustentada en cuatro pilares: acceso y uso de servicios financieros formales, y protección y educación financiera al consumidor.
Algunos datos sobre la Industria Fintech en Argentina
Solo en Argentina ya operan más de 300 empresas Fintech
Emplean a más de 20 mil personas
Tres de los 12 unicornios en Argentina son Fintech
En el pico de inversiones de VC en Latinoamérica en 2021 los emprendimientos Fintech acapararon el 39 por ciento del monto invertido
Una cuarta parte de las Fintech a nivel mundial son latinoamericanas
El sector creció un 112 por ciento entre 2018-2022 en cantidad de empresas en Latinoamérica
Son el motor de la inclusión financiera: el 36 por ciento de las Fintech de la región presentan soluciones que implican a los segmentos de población excluidos del sistema financiero formal
Existe una marcada dificultad para captar y retener talento con conocimiento de la industria
Educación financiera y desafíos
En 2022, 2.5 millones de personas tuvieron su primer crédito en el país, según datos de Equifax Argentina. De acuerdo con un relevamiento de la compañía de Big data Equifax, en el último año, 2.500.000 personas tuvieron su primer crédito en el país. Asimismo, antes de la pandemia solo el 5 por ciento de las operaciones crediticias se realizaban digitalmente, hoy ese número supera el 70 por ciento.
Así, con 16 millones de argentinos aún sin acceso al crédito, las Fintech y las nuevas tecnologías aplicadas a la banca tradicional se presentan no sólo como un eje clave para ofrecer soluciones y productos a las nuevas generaciones, sino también para aportar a una mayor inclusión financiera en toda la sociedad.
“Para poder ayudar a estas personas, resulta clave que los otorgantes de crédito puedan tener acceso a data alternativa. A través de múltiples fuentes de datos que se procesan mediante tecnología inteligente y analítica, se puede validar por ejemplo dónde vive la persona, su historial de pago de servicios, qué tipo de contratación laboral tiene, cómo se compone su grupo familiar”, explica Mario Arrua, vicepresidente de asuntos legales y regulatorios de Equifax en Latinoamérica.
“En esta línea, desde el 2018 a la fecha hemos realizado una inversión global de US$ 1.500 millones para transformarnos, rediseñando nuestra infraestructura tecnológica y de seguridad para operar con la agilidad que demandan estos tiempos, respaldados por más de 120 años de experiencia en la industria para estar más cerca del consumidor”.
“También somos parte de múltiples programas de capacitación para la educación e inclusión financiera en toda América Latina”, agregó.
“El uso de datos o información positiva ayuda a las personas a acceder al crédito y a obtener mejores condiciones tales como tasas más bajas o plazos más largos. Todas las informaciones que se generen sobre el pago puntual de las deudas u otros compromisos son fundamentales para poner en contexto sobre los incumplimientos que cualquiera pudiera tener”, señala Arrúa.
“Las personas se benefician al ser compartida la información de los créditos que pagan bien, y eso ayuda a poner en contexto cualquier atraso. Esto es especialmente importante en momentos difíciles como el presente. Por otro lado, no se le hace ningún favor a la persona dándole acceso al crédito si no se la educa sobre cómo usarlo. Aquí es clave el rol de la educación financiera”, agrega el ejecutivo de Equifax.