La presidenta de Bodegas de Argentina, Patricia Ortiz, se quejó por la desventaja competitiva con otros países, como Chile; el ministro de Agricultura dijo que este gobierno quiere que al empresario “le vaya bien”
Tanto Bodegas de Argentina como la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) coincidieron en reclamar la eliminación de las retenciones para el sector. José Alberto Zuccardi, presidente de Coviar, señaló que “es urgente completar la eliminación de los derechos de exportación para toda la cadena vitivinícola. Además, necesitamos un tipo de cambio acorde para sostener y mejorar la tendencia creciente de nuestras exportaciones".
“Alcanzamos en el año 2021 récord de exportaciones de vino fraccionado, con más de 880 millones de dólares y seguimos realizando acciones de promoción de los vinos argentinos en el exterior. La vitivinicultura argentina necesita más empresas exportadoras, estamos entre los diez principales mercados de vino del mundo”, afirmó Zuccardi.
A su vez hizo referencia a las necesidades hídricas “es urgente la necesidad de implementar un plan de obras nacionales y provinciales de infraestructura hídrica, para mejorar la eficiencia en el riego y aprovechar las inversiones que se hacen desde el sector privado. No hay inversión pública más urgente y prioritaria en nuestra región que la optimización en el uso del agua”, afirmó José Alberto Zuccardi.
Por su parte, Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina afirmó que "en concepto de retenciones, el sector aporta 38 millones de dólares, a lo que debemos sumar un valor similar en concepto de aranceles en los mercados de destino como consecuencia de la falta de acuerdos de libre comercio, siendo Argentina el país que más paga en el mundo en concepto de aranceles por importaciones vitivinícolas".
Ortiz, también realizó críticas a las diferentes intervenciones del Gobierno Nacional y Provincial en el sector privado y en la cadena de valor, la pérdida de cuota de mercado internacional. Se refirió a las políticas sectoriales que no fomentan la reconversión ni la tecnificación de los productores de uvas y vinos, la falta de recursos por parte del estado para la promoción del vino, las retenciones y el atraso cambiario.
“Nuestro mercado interno cayó 11 por ciento respecto al año anterior, retomando la curva decreciente de los últimos años, y si bien la exportación de vino fraccionado creció en un 8 por ciento como mencionara el Presidente de la Nación, su valor, en términos reales, está por debajo del récord histórico del 2012” manifestó en su discurso Patricia Ortiz.
La titular de Bodegas de Argentina, que representa a 250 socios, la mayoría pequeñas bodegas familiares, criticó en su discurso que en 2020 se sacó del impuesto a las exportaciones a productos orgánicos, incluso a la uva, pero se mantuvo al vino. El producto terminado tributa 4,5 por ciento. "Si realmente queremos que despegue el sector, necesitamos apoyo a las bodegas", planteó Ortiz. Y recordó que, en concepto de retenciones, "aportamos el equivalente de un Proviar por año”, que ronda los 35 millones de dólares anuales.
El agasajo de Bodegas Argentinas se realizó durante el mediodía del sábado en Bodega Lamadrid Estate Wines, en Las Compuertas, Luján de Cuyo. El encuentro acompaña los festejos vendimiales desde 1936 y reúne a la dirigencia política y empresarial.
Por último el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, no desaprovechó la oportunidad para expresarse y afirmó en su discurso que “el sector (la industria bodeguera) ha logrado gestionar beneficios que otros sectores de la Argentina no lo han logrado”. Y agregó “esta es una Argentina injusta, exportar cuesta muy caro, la incidencia de la logística en nuestro país para todas las economías de las provincias”.
Mientras que en el Desayuno Coviar el ministro aseguró: “Lo primero que conocí cuando llegué al ministerio, en un momento muy complejo, fue el Plan Estratégico Vitivinícola de la Coviar y me llamó la atención el orden que tenían sus prioridades, sabían lo que querían y lo decían claro en todas las provincias que más relevancia tenían desde hace 11 años en la vitivinicultura argentina. A partir de ese aprendizaje nos pareció pertinente proponernos hacer un plan estratégico nacional que después fue el PEA 2010-2020, pero tomando como modelo la experiencia de la vitivinicultura, que permite ordenar prioridades, los esfuerzos, las inversiones, gestionar con precisión”.