Durante las últimas semanas, la economía argentina no da descanso. La inflación y la suba del dólar son sólo algunos aspectos que son agenda en todos los medios nacionales, internacionales y, por supuesto, en charlas cotidianas. En ese sentido, Luis Lafferriere, profesor titular de las materias de Economía y de Periodismo Económico en la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner), advirtió a AIM: “somos un país saqueado. Tenemos riquezas inmensas, pero en realidad existe un modelo económico social donde un sector minoritario de las grandes corporaciones se queda con el grueso de la riqueza”.
En diálogo con esta Agencia, Lafferriere manifestó que, cuando le preguntan: ¿cómo anda la economía? “siempre respondo que hay que ver primero cómo vive la gente, porque la economía es la actividad que desarrollamos socialmente para generar los bienes y servicios necesarios para que la gente tenga una vida digna”.
Entonces, “la economía es un desastre y la gente en Argentina vive de esa manera”. Entonces, “¿por qué se da esta situación cuando tenemos tantas posibilidades para toda la población y, sin embargo, casi la mitad de la población vive en la pobreza?”. Eso “se puede explicar técnicamente, porque somos un país saqueado; tenemos riquezas inmensas, pero en realidad existe un modelo económico social donde un sector minoritario de las grandes corporaciones, de capital usurero, de los grandes bancos, se queda con el grueso de la riqueza”, explicó a AIM.
En ese sentido, agregó que “el tema central es que esos sectores que ganan inmensas fortunas dentro de Argentina lo ganan en pesos, pero como la lógica que viene desde hace ya mucho tiempo –de la época de Martínez de Hoz en adelante- es ganar en pesos, pero llevárselo afuera, para lo cual tienen que convertirlo en dólares, entonces no existe posibilidad de solventar la cantidad de divisa que se necesita para que esos voraces insaciables se lleven la plata afuera”.
“Normalmente se dice, ¿para qué necesitamos dólares? necesitamos dólares para importar lo que necesita el pueblo y que no se produce acá adentro, o sea, exportamos lo que nosotros podemos colocar en el resto del mundo y con esos dólares se supone vamos a importar lo que necesitamos”, especificó el contador a esta Agencia, pero aclaró: “sin embargo, en esa ecuación, la balanza comercial argentina viene siendo desde principio de siglo -y en los últimos 3 o 4 años- altamente superavitaria. En los últimos tiempos, hemos tenido un superávit de la balanza comercial de más de 45 mil millones de dólares; es decir, deberían sobrarnos los dólares. Pero lo que pasa es que los dólares de más se necesitan para que los voraces que ganan y que concentran la riqueza en Argentina en pesos los transformen y se lo lleven afuera”.
Entonces, “ahí es donde empieza a fallar la economía; porque, por un lado, los sectores más dinámicos, más rentables, están concentrados en muy pocas empresas, que son extranjeras. Así los grandes grupos económicos tienen el mismo comportamiento, ganan y se la llevan afuera; entonces, cuando van a cambiar, no hay dólares que alcancen”.
De ese modo, “la demanda de dólares hace que el precio suba y el dólar es un poco una mercancía especial en Argentina porque de su valor depende también el valor del resto de las mercancías; es decir, sube el dólar, sube casi todo el conjunto de precios de la economía Argentina y eso está asociado, obviamente, a la inflación”, añadió.
Asimismo, “sabemos que la inflación es un proceso donde los que más aumentan los precios son los que se quedan con los recursos que pierden los que no pueden aumentar sus ingresos en esa misma medida; o sea, una transferencia de recursos.
Entonces, “el problema acá es estructural, es un problema muy de fondo y no se resuelve con medidas aisladas o con parches, como intenta hacer este Gobierno, para que la situación no se le haga explosiva o inmanejable antes de las elecciones”.
El especialista sostuvo que Argentina “tiene riqueza y un pueblo trabajador; pero también cuenta con un modelo económico que está impuesto por los sectores más poderosos, que no genera empleo genuino. Haber abierto la economía durante la última dictadura, durante la década del 90, nos dejó un modelo con muy pocas posibilidades de defender la producción nacional. Todo lo que viene de afuera sin una barrera arancelaria correcta, sin una política proteccionista, viene más barato; entonces, las actividades productivas tienen dificultades para sobrevivir, tienen que sobrevivir sin pagar impuestos, en la informalidad, en trabajos precarios –pagan sueldos muy bajos-; y las únicas actividades que son competitivas, son aquellas que emplean nuestros recursos naturales y contaminan el ambiente”.
Por ello, “nosotros sí podemos exportar los productos de la monoproducción de transgénicos, los productos que derivan de la extracción de gas o petróleo con el fracking o la megaminería, en lo que somos competitivos, entre comillas, porque estamos destrozando nuestros territorios y nuestro futuro”, aclaró.
Respecto a la producción de litio y a la producción de energía, Lafferriere indicóa AIM: “La matriz energética también está en cuestionamiento, y los recursos mineros en nuestro país pueden dar soluciones principalmente a la industria internacional. Nos imponen un modelo extractivista, depredador, donde por un lado nos presionan para pagar una deuda fraudulenta, inexistente, que nunca tuvimos pero que ya la pagamos más de diez veces y debemos cada vez más, pero para pagar esa deuda tienen que hacer sacrificios, esfuerzo. ¿Y cuál es el sacrificio?, que el pueblo tiene que consumir menos y tienen que sacar más recursos de su territorio a costa de la depredación, la destrucción y la contaminación”.
“Se trata de un modelo sin futuro, por lo que no podemos esperar pasivos de que sigan avanzando en este rumbo, porque en este camino no tenemos futuro; es decir, este modelo necesita que cada día haya menos consumo, es decir, cada vez más ajuste. Esto es un poco lo que resulta de haberle dado al Fondo Monetario, uno de los principales usureros del mundo, el manejo de nuestra economía”, alertó.
“¿Ellos qué es lo que buscan?, lo último que se les ocurre a ellos es pensar en el bienestar de la gente. Eso tenemos que ser más despiertos. Para ellos estas políticas son políticas que son efectivas; si bien nosotros decimos que “hay un fracaso del acuerdo con el Fondo”; no es un fracaso, el Fondo lo que quiere es eso, por ejemplo, que se achiquen las jubilaciones y los salarios, que haya más desempleo, menos consumo interno para que queden más saldos exportables, para sacar más dólares y más recursos de nuestro territorio”, añadió a AIM.
En ese sentido, “si no llamamos la atención, no vamos a reconstruir nunca la sociedad que tuvimos, como la que pudimos por lo menos disfrutar hasta los años 70, donde la gran mayoría estaba ocupada, no había casi pobreza, había trabajo digno, movilidad social ascendente generalizada, donde el hijo del trabajador podía llegar a estudiar en la universidad y ser profesional; un sistema educativo que también era ejemplo en el mundo”, recordó.
Para ello, “tenemos que cambiar el rumbo y cambiar el rumbo significa hacer reformas profundas que no vienen, lamentablemente, de la mano de las principales opciones partidarias que hoy aparecen”, finalizó.