Las tasas de los plazos fijos en pesos que ofrecen los bancos a 30 días vienen recortando posiciones en los últimos días, más allá de que las expectativas inflacionarias aún se mantienen elevadas en torno al 55 por ciento a fin de año.
En medio de la relativa pax cambiaria sostenida por el cepo parcial y las constantes ventas del Banco Central, las tasas de los plazos fijos en pesos que ofrecen los bancos a 30 días vienen recortando posiciones en los últimos días, más allá de que las expectativas inflacionarias aún se mantienen elevadas en torno al 55 por ciento a fin de año.
De acuerdo con el promedio difundido por el Bcra, los retornos ofrecidos por entidades privadas (hasta 59 días) caen en lo que va del mes más de dos puntos porcentuales a 55,25 por ciento, luego de tocar un máximo de 58,56 por ciento en septiembre pasado.
En el caso de los depósitos a plazo fijo a 30 días, por montos de hasta $100.000, la baja es mayor: hace un mes obtenían tasas cercanas al 60 por ciento anual, pero ahora esos rendimientos cedieron a menos del 56 por ciento anual. La excepción es el Banco Nación, que ha mantenido el retorno en el 64 anual.
Cabe remarcar que esta merma evidenciada no se condice con la caída de las tasas de referencia de las Letras de Liquidez del Bcra (Leliq) ya que el diferencial (spread) entre la tasa de las Leliq y la del promedio del rendimiento ofrecido a ahorristas se amplió en las últimas semanas.
Este martes el Banco Central volvió a convalidar una baja en la tasa de interés promedio de las Letras de Liquidez, que se ubicó en el 71,915 por ciento, lo que representa su menor nivel desde las Paso (primarias).
La mencionada baja de las tasas de interés plantea ciertas dudas, dado que el panorama de incertidumbre electoral no cambió para nada y el contexto económico y financiero se deterioró más aún. Según la lectura de los analistas más agudos, detrás del comportamiento de los bancos está latente el temor a un nuevo Plan Bonex.