El conflicto por el abastecimiento de autopartes desatado esta semana, que tuvo al borde de la parálisis de producción de autos en varias terminales, se destrabó este viernes por la noche cuando desde el Gobierno se ordenó liberar el stock de insumos importados que estaba retenido en la Aduana, ante el reclamo de los empresarios del sector.
Después del receso por las fiestas de fin de año en la mayoría de las fábricas, algunas plantas reiniciaron la actividad esta semana, como Renault y General Motors, y se encontraron con la mala noticia. Hasta fin de año, la operatoria se venía realizando de manera automática por lo que las empresas podían programar el flujo de piezas sin inconveniente pero desde que el Gobierno decidió aplicar más controles, la situación se complicó. Ante los planteos de las empresas, el secretario de Industria, Ariel Schale, intervino para solucionar el problema y, en horas de la tarde, se comenzó a normalizar la situación.
Durante la jura de funcionarios del ministerio que comanda Matías Kulfas, Schale se reunió con representantes de las automotrices invitadas a ese acto, y se puso al tanto del conflicto. Inmediatamente, ordenó que se liberaran todas las posiciones arancelarias afectadas que estaban destinadas a la producción de autos. El Gobierno explicó a las terminales agrupadas en ADEFA que las demoras se debieron a cuestiones operativas que surgieron de adaptar el mecanismo anterior aduanero –conocido como SIMI (Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones)- al nuevo criterio que busca la actual gestión para el ingreso de bienes al país. “El problema es serio porque estuvimos al límite de dejar de producir pero, por suerte, se solucionó”, explicaron desde una terminal.
Sin embargo, la preocupación existe teniendo en cuenta la experiencia vivida en los últimos años del kirchnerismo y con un problema que se repite que es la falta de dólares. Hasta el 2015 funcionó un régimen muy estricto de control de importaciones, para evitar la salida de divisas, que provocó que la producción de autos se viera interrumpida constantemente por la falta de piezas. En ese entonces, también, se limitaba el ingreso de vehículos con medidas similares a las que empezaron a regir desde el viernes al ampliar el sistema de licencias no automáticas.
Esta es una operatoria que queda librada, de manera discrecional, a la voluntad de un funcionario el ingreso de piezas y vehículos terminados. A eso se sumaba que la liberación de dólares al precio oficial para pagar importaciones de 0km y autopartes estaba restringida y, todas las semanas, las empresas debían consultar cuánto dinero se les habilitaba para cancelar compromisos. Normalmente, el monto liberado era menor al requerido y eso hizo que las terminales e importadores acumularan una abultada deuda con sus proveedores. En algunos casos se llegó a que se cortara el suministro.
Si bien, por el momento, la liberación de dólares para este fin no está trabada en algunas empresas temen que sea el siguiente paso, ya que la situación de la cantidad de divisas es crítica para el Gobierno. La preocupación está centrada en las importaciones de vehículos terminados, ya que fueron advertidos de que no quieren que el Estado pierda dólares por esta operatoria. Es por eso que estiman que en este rubro se van a profundizar las restricciones mientras que lo ven menos probable que se repitan situaciones como las ocurridas con el ingreso de autopartes. Creen que la situación se mantendrá así hasta que se defina la situación con el FMI. En caso de un acuerdo, esperan que el panorama mejore. En caso contrario, temen que empeore.