El presidente Alberto Fernández viajará el próximo lunes a Bruselas para participar de la cumbre conjunta entre la Celac y la Unión Europea. La visita se da en medio de negociaciones por el acuerdo comercial con el Mercosur que se aceleraron fuerte este año. Lula Da Silva, quien está a cargo de la presidencia pro tempore del bloque sudamericano, también será de la partida.
El mandatario argentino sostendrá una serie de reuniones bilaterales. Entre ellas se destaca un encuentro con el canciller alemán, Olaf Scholz. Remarcan que hay fuerte interés europeo en los sectores de energía y minería.
A comienzos de la semana que viene, cuando Fernández arribe a la capital de Bélgica junto al canciller Santiago Cafiero y la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, será recibido por el flamante embajador ante la Unión Europea. El diplomático de carrera en el área comercial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Atilio Berardi, presentó ayer sus cartas credenciales y fue oficializado en el cargo.
El lunes y el martes se celebrará de forma presencial la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). El presidente aprovechará la estadía para tener una serie de reuniones bilaterales con mandatarios. Entre ellas, se destaca un encuentro con el canciller Scholz. Según pudo saber Ámbito de fuentes diplomáticas y empresariales, hay un creciente interés en todo el continente por el sector energético y la minería, en particular el litio.
Si bien no es el motivo de la convocatoria, las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur estarán en el trasfondo del encuentro. Es que, junto con Fernández, arribará a Bruselas Lula da Silva que tiene a cargo la presidencia pro témpore del bloque sudamericano y que endureció su postura ante los requerimientos de cláusulas ambientales que podrían complicar las exportaciones locales.
“La pelota ahora la tiene Lula, estamos esperando a que se termine de consolidar la propuesta del Mercosur para equilibrar el acuerdo”, dijo una alta fuente diplomática a este medio. Durante la presidencia de Argentina, se había trabajado en la elaboración de dos cartas complementarias para balancear el convenio que tenían como eje el financiamiento por parte del Banco Europeo de Desarrollo para la transición energética y ambiental para pequeñas y medianas empresas y la constitución de cadenas birregionales de valor.
En esta instancia, la UE intenta darle celeridad al cierre de las negociaciones. Semanas atrás, la titular de la Comisión, Úrsula von der Leyen, dijo que su compromiso es “lograr que el acuerdo se concrete y rápido”. Desde el gobierno argentino advierten que el bloque europeo se tomó casi cuatro años para enviar su documento adicional sobre ambiente. Recién en febrero pasado el Mercosur conoció en detalle la propuesta.
“Argentina, Uruguay y Paraguay reaccionaron sobre este documento, y Brasil pidió un poco más de tiempo en el marco de un cambio de gobierno y un cambio de perspectiva y desde ese momento solo pasaron cuatro meses”, señalaron desde la Cancillería. En la misma línea, explicaron que “se está trabajando en los textos”.
Anunciado en 2019, el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur aún se encuentra en stand by. Pese a que la UE quiere mostrar una renovada apertura hacia América Latina, en el Gobierno consideran que aún existen actitudes sumamente proteccionistas, particularmente notorias en el caso del sector de los alimentos que conforma gran parte de la canasta exportable local.