Las jóvenes se reunieron con el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, quien anunció una serie de jornadas nacionales para que los colegios "logren incorporar nociones de lo que significa una educación no sexista".
Las estudiantes secundarias marcharon ayer por el centro de Santiago hasta el Ministerio de Educación para exigir un alto ante el abuso y acoso de que están siendo víctima por parte de sus compañeros y profesores.
"Dentro de nuestro sistema educacional siempre se cubren abusos sexuales. En más de un liceo ha pasado por parte de compañeros y profesores, como es en nuestro caso, que hemos tenido ya cuatro profesores así. Hemos venido a buscar dignidad y que muchas cabras (jóvenes) puedan, ojalá, dar ellas mismas sus testimonios para que el sistema haga algo", relató una de las manifestantes a radio Cooperativa.
Con pancartas que decían "No quiero tener tu piropo ni tu acoso, quiero tu respeto", "Somos el grito de las que no tienen voz", "Ante el acoso y la impunidad", las adolescentes, procedentes de al menos ocho institutos de la propia Providencia y de las comunas de Santiago y Ñuñoa, se concentraron en la emblemática plaza de Baquedano y desde allí marcharon al centro de la capital para entregar una carta en el Ministerio de Educación, ubicado a escasos metros del Palacio de La Moneda.
En el escrito, según explicaron, solicitan cambios en la legislación nacional para garantizar la protección frente a todo tipo de agresiones, ya sea de parte de estudiantes como profesores y funcionarios, y una instancia confiable donde realizar sus denuncias, para que no sean ignoradas ni archivadas.
Marco Antonio Avila, titular de la cartera de educación, explicó que le solicitaron que "como ministerio nos hagamos responsables de impulsar de manera definitiva una educación no sexista".
"Nuestro compromiso -señaló- es que vamos a revisar la normativa vigente, especialmente el plan de afectividad, sexualidad y género, normativa que ya existe. Vamos a mirar la pertinencia de esa política y de qué manera podemos reimpulsarla, mejorarla, ojalá lo más pronto posible".
Agregó que "vamos a proponerle al país el desarrollo de un conjunto de jornadas nacionales para que las comunidades logren incorporar nociones básicas al principio, ir en aumento de manera gradual, de lo que significa una educación no sexista y por último queremos preparar el proyecto de educación sexual integral que creemos que nuestro país necesita".
Consultado por la denuncia en contra de dos docentes del Liceo 1 Javiera Carrera, Avila recordó que la ley "obliga a todos los funcionarios públicos a hacer la denuncia y en este caso, me imagino que corresponde a directores o sostenedores, tienen que hacer seguimiento de esa responsabilidad. No puede ser posible que tengamos en nuestras aulas a docentes que sean responsables de este tipo de delitos".
Las primeras protestas se originaron el pasado 10 de marzo después de que un grupo de adolescentes del Liceo Lastarria, en Providencia, denunciaran que un grupo de hombres, que la prensa calificó como "una manada", había proferido amenazas de agresión sexual y difundido imágenes comprometedoras de varias alumnas.
La movilización espontánea que se produjo entonces obligó al despliegue de las Fuerzas de Seguridad, y en plena investidura del nuevo presidente, Gabriel Boric, a la suspensión de clases en todos los institutos del citado barrio capitalino.
Según denunciaron las víctimas, un grupo de hombres había creado un chat grupal en una aplicación con el nombre "agredir y violar" a través del que compartían imágenes de diferentes alumnas, algunas de carácter sexual.
Tras conocerse la situación, la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, informó que los seis estudiantes fueron suspendidos y que no pueden volver al establecimiento, ya que "pueden poner en riesgo a todos los estudiantes".
Luego de recibir a las alumnas, el ministro y maestro se reunió con representantes del Colegio de Profesores. Pidió no olvidar "que nuestra tarea fundamental es entregar formación a los estudiantes. Los supuestos victimarios, y también las víctimas, son estudiantes menores de 18 de años, menores de edad, que tienen derecho a educarse".
En esa línea, apuntó, "yo no resuelvo nada con la expulsión de un estudiante. Lo que tengo que hacer como país, como sistema educativo, es hacerme cargo de los estudiantes. Si no, ese problema lo único que hago es trasladarlo".
"Debemos devolver a la escuela, los liceos, los jardines infantiles, la tarea de educar en una afectividad, una sexualidad adecuada", afirmó.
La Superintendencia de Educación sostuvo que la presencialidad aumentó las denuncias de connotación sexual, las cuales disminuyeron en medio de las clases remotas en pandemia: En 2019 fueron 648, en 2020 hubo 141 y el 2021, se reportaron 117.
Ricardo Valenzuela, vicepresidente de la Coordinadora de Padres y Madres por el Derecho a la Educación (Corpade), coincidió con las estudiantes en que "los protocolos permanentemente no toman a razón los problemas de fondo que tiene el alumnado dentro de los liceos; las denuncias no se toman en el mérito que corresponde".
"Los profesores y los administrativos les bajan el perfil para poder evitar trámites, no llegan a fondo con la solución, porque lo que alcanzan a denunciar ellas no debe ser ni la décima parte de la cantidad de agresiones sexuales que han llevado durante muchos años", acusó.