El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) presenta una Hoja de Ruta para el cierre progresivo de los basurales en América Latina y el Caribe
La Hoja de Ruta para el Cierre Progresivo de los Basurales en América Latina y el Caribe tiene como objetivo establecer los requerimientos y pasos necesarios para eliminar los basurales en la región para 2030 y, de esa manera, subsanar los impactos sobre la salud y el medio ambiente que causa la disposición inadecuada de residuos sólidos.
El análisis, presentado en un evento de alto nivel, es resultado del trabajo de la Coalición voluntaria de gobiernos y organismos pertinentes, que ha sido apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Este mecanismo fue creado en 2018, en el marco del Foro de Ministros y Ministras de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe, donde se estableció el cierre de los basurales como una prioridad en materia de lucha contra la contaminación.
“El contexto de la actual pandemia presenta múltiples desafíos para la región, entre los ellos la gestión de la creciente cantidad de residuos. Esta constituye un servicio esencial, clave para una recuperación sostenible y para no dejar a nadie atrás. Promover programas e iniciativas que mejoren la salud de las personas y los ecosistemas mediante una transición hacia patrones de consumo y producción sostenibles es fundamental para la reactivación pos-Covid-19”, afirmó Piedad Martin, directora regional interina de la Oficina para América Latina y el Caribe del Pnuma.
La disposición inadecuada de los residuos es un problema que afecta a toda la región, aunque en proporciones distintas. Según las estimaciones del estudio, 70 por ciento de los municipios utilizan sitios inadecuados de disposición, mientras que la generación total y per cápita de residuos continúa aumentando y las tasas de reciclaje se mantienen, en promedio, por debajo de 10 por ciento. La Hoja de Ruta indica que alrededor de 145.00 toneladas diarias de residuos se siguen destinando a basurales, quema u otras prácticas inadecuadas, lo que equivale a los residuos generados por 170 millones de personas, o 27 por ciento de la población regional.
La Hoja de Ruta presentada hoy está diseñada para que los gobiernos nacionales y subnacionales la adapten a sus circunstancias particulares. Su implementación a lo largo de la próxima década garantizará un ambiente sano para las futuras generaciones, en línea con los compromisos establecidos en el marco de la Agenda 2030.
Fuente: ONU