El alto al fuego acordado por Armenia y Azerbaiyán en el enclave separatista de Nagorno Karabaj entró en vigor el sábado a mediodía (hora local) con el objetivo de poner fin a dos semanas de intensos combates.

Las autoridades de este enclave separatista y las fuerzas azerbaiyanas se acusaron mutuamente el sábado, poco antes del inicio de la tregua, de haber realizado bombardeos en la zona.

De repente, la calma regresó a la ciudad de Stepanakert, capital autoproclamada del enclave separatista de Nagorno Karabaj, donde las sirenas resonaban hasta poco antes de que la tregua entrara en vigor.

Según un periodista de la AFP en la ciudad, algunos habitantes se atrevían a asomarse a la puerta de sus casas y observaban el cielo, tras varios días de bombardeos en los que debieron huir o refugiarse en los sótanos.

Stepanakert, capital del enclave separatista de Nagorno Karabaj, estaba siendo atacada por Azerbaiyán este sábado, indicó un responsable local, mientras que las autoridades azeríes acusaron a Armenia de “bombardear intensamente” zonas habitadas, antes de que entrara en vigor de una tregua acordada por ambos bandos.

“Hace algunos minutos, Azerbaiyán bombardeó de nuevo con misiles zonas civiles de Stepanakert”, declaró en Twitter Artak Belgarian, mediador en este territorio separatista.

La ciudad de Stepanakert fue bombardeada varias veces en los últimos días.

“De momento, Bakú sigue empleando el mismo estilo de crímenes de guerra”, agregó Belgarian, quien precisó que no había recibido ninguna información sobre eventuales heridos.

Un periodista de AFP también oyó explosiones a primera hora de la mañana, después de que ambos países firmaran una tregua que debía empezar al mediodía de este sábado.

Por otro lado, el ministerio de Defensa de Azerbaiyán afirmó en un comunicado que “las fuerzas armadas armenias bombardean intensamente zonas habitadas en Geranboy, Terter, Agdam, Agjaberdi y Fizuli. Azerbaiyán ha decidido tomar medidas recíprocas”.

Armenia y Azerbaiyán acordaron un alto el fuego al término de unas negociaciones que se prolongaron hasta la madrugada del sábado en Moscú, en las que Rusia participó como mediador.

Los intensos combates en esa región del Cáucaso dejaron cientos de muertos y miles de desplazados, y atizaron el miedo a una guerra que implicaría a las potencias regionales, Rusia y Turquía.

El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, afirmó que el alto el fuego “permitirá intercambiar prisioneros de guerra, otras personas y los cuerpos de los muertos según los criterios del Comité de la Cruz Roja Internacional (Circ)”.

Azerbaiyán y Armenia también se comprometieron a llevar a cabo “negociaciones sustanciales para lograr rápidamente una solución pacífica” del conflicto, precisó Lavrov.

Nagorno Karabaj, un enclave de Azerbaiyán apoyado por Armenia, declaró su secesión durante una guerra que causó más de 30.000 fallecidos a principios de los años 1990.