A 43 años de la muerte del cruento dictador español Francisco Franco, el gobierno socialista inicia el proceso que derivará en la exhumación de sus restos del monumento que él mismo creó para homenajearse tras la victoria en la Guerra Civil.
El decreto del gobierno interino del Psoe deberá ser refrendado por el Congreso, algo que parece asegurado y que le dará amparo jurídico a la medida, que es apoyada por Podemos y la izquierda, pero rechazada por el cuasi franquista Partido Popular y también por la centroderecha de Ciudadanos (considerada en España una "segunda marca" del PP).
El proceso de reparación histórica, memoria y justicia se realiza a través de una modificación de la Ley de Memoria Histórica. Una vez aprobado el proyecto, se sacarán los restos del dictador del denominado Valle de los Caídos, algo que cuenta con la negativa de la familia del genocida pero con el apoyo de la gran mayoría de las fuerzas políticas y sociales de España.
Si bien la familia de Franco se opone, no podrá actuar contra el decreto. En tanto, la Iglesia también deberá dar su consentimiento, algo que podría en otro contexto histórico podría ser un impedimento, pero se confía en que el papa Francisco bajará línea para que los obispos españoles no impidan el proceso.
Según trascendió, no se informará en qué momento se llevará a cabo la remoción de los restos con el fin de evitar protestas de grupos de ultraderecha. Sin embargo, se supone que el mes que viene ya podría estar concluido el movimiento.