La petrolera Adnoc, dirigida por el próximo presidente de la COP28, anuncia que gastará 15.000 millones de dólares en proyectos para capturar dióxido de carbono mientras sigue extrayendo combustibles fósiles.
La Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi (Adnoc), de Emiratos Árabes Unidos, se resiste a dejar de quemar combustibles fósiles, y por ello, esta semana ha anunciado un proyecto piloto para capturar dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y convertirlo en rocas. Los responsables de la iniciativa indicaron que el objetivo es recoger el CO2 (principal gas impulsor del calentamiento global), mezclarlo con agua de mar e inyectarlo dentro de unas formaciones rocosas subterráneas para mineralizarlo de forma permanente.
«El lugar elegido para llevar a cabo el proyecto es el emirato de Fujairah, uno de los siete que componen la federación de Emiratos Árabes Unidos, debido a su abundancia de peridotita, una forma de roca que reacciona naturalmente con el dióxido de carbono», han explicado en un comunicado.
«En Adnoc estamos comprometidos a encontrar nuevas formas de descarbonizar nuestras operaciones, al tiempo que cumplimos con nuestra responsabilidad de suministrar energía vital al mundo», aseguraba Sophie Hildebrand, directora de tecnología de Adnoc. Las operaciones se iniciarán este mismo mes de enero y la compañía asegura que forman parte de una inversión de 15.000 millones de dólares en proyectos que reducirán su huella de carbono y les ayudarán a «lograr nuestra meta de neutralidad climática para 2050».
La petrolera Adnoc es la duodécima más grande del mundo por su volumen de producción. Y desde ahora es la primera compañía de energía en la región en ejecutar un proyecto de captura de carbono. La comunidad científica ha alertado anteriormente que este tipo de iniciativas tienen un elevado coste y no representan una solución para frenar los impactos del calentamiento global.
Emiratos Árabes Unidos, sede de la COP28
El nombre de Adnoc no es la primera vez que se nombra recientemente. Su consejero delegado es Sultan Ahmed Al Jaber, también ministro de Industria y Tecnología Avanzada de Emiratos Árabes Unidos. El magnate ha sido designado como el próximo presidente de la COP28, la cumbre del clima que se celebrará en Dubai del 30 de noviembre al 12 de diciembre. Su nombramiento pasará a la historia al ser el primer ejecutivo en activo en liderar las negociaciones climáticas.
Su elección, dado su vínculo con la industria fósil, es controvertida. Tasneem Essop, directora ejecutiva de Climate Action Network International, lo tenía claro: «Ahmed Al Jaber no puede presidir un proceso encargado de abordar la crisis climática con semejante conflicto de intereses, dirigiendo una industria que es responsable de la propia crisis». La experta espera que el nuevo presidente dimita de sus cargos en la industria petrolera. Si no lo hace, dice, “equivaldrá a una captura a gran escala de las conversaciones de la ONU sobre el clima». Los planes a corto plazo del país árabe pasan por obtener 5.000 millones de barriles de petróleo y gas al año de aquí a 2030.
Capturar dióxido de carbono es una solución insuficiente y retardista
La captura y almacenamiento de carbono (CAC o CCS, por sus siglas en inglés) es el proceso de captura de carbono en aquellos procesos en los que normalmente se libera a la atmósfera. Este carbono se transporta desde donde se captura hasta donde se almacena, en un lugar seguro, a menudo bajo tierra. Las inversiones en este tipo de tecnologías –inmaduras y caras– son consideradas tecnoptimistas.
Un ejemplo es Islandia. En el país nórdico empezó a funcionar una infraestructura capaz de capturar CO2 y convertirlo en roca en el año 2021. La máquina era capaz de absorber cada año hasta 4.000 toneladas de CO2, según la empresa responsable del proyecto. En 2022, las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron los 40.600 millones de toneladas. Por tanto, este proyecto, que tuvo un coste de más de 10 millones de dólares, solo sería capaz de absorber el CO2 que emite la humanidad durante apenas unos segundos.
El año pasado, el Ejecutivo del entonces presidente británico Boris Johnson creó un grupo de investigación, el Greenhouse Gas Removal Hub, con el objetivo de desarrollar nuevas tecnologías para la captación y el almacenamiento de carbono. Distintos investigadores advirtieron que retirar dióxido de carbono de la atmósfera podría ser un esfuerzo estéril si de lo que se trata es de mantener a raya el aumento de la temperatura. Los científicos, según recogía el diario The Guardian, subrayaron el carácter limitado de este tipo de técnicas en el proceso de descarbonización que necesita el planeta.
Estados Unidos también se muestra favorable a financiar estos métodos. El Departamento de Energía anunció el año pasado la inversión directa de 3.500 millones de dólares de dinero público en tecnologías que puedan capturar el carbono directamente del aire. Además, Bill Gates tiene una compañía de inversión dedicada exclusivamente a ellas: Breakthrough Energy Ventures.
El Ipcc (el panel de especialistas en cambio climático ligado a la ONU) destacó en su informe sobre cómo mitigar el cambio climático que reducir hasta casi eliminar el uso de los combustibles fósiles es la acción que deberá guiar a la humanidad en la próxima década. La quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas para producir energía generan gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y por eso estos recursos deberían mantenerse bajo tierra.
Fuente: La Marea