La rotación de Marte parece haberse alterado. Los días del planeta rojo se han vuelto más cortos con el paso del tiempo ya que este gira cada vez más rápido. Aunque la razón sigue siendo un misterio para los científicos, hay algunas teorías que explican este extraño fenómeno en la rotación de Marte.
Un día en Marte no es tan distinto (en duración) a uno de la Tierra. Nuestro planeta vecino tiene días o ‘soles’ de 24 horas con 37 minutos. Un descubrimiento reciente de la misión InSight Mars Lander, ha revelado que los días año con año se han acortado y la razón no es clara aún. De acuerdo con la información de la estación espacial, los días han tenido una reducción de tres cuartos de milisegundo por cada vuelta al Sol.
Una de las propuestas que han hecho especialistas es que la rotación de Marte se ha visto afectada por la redistribución de su masa. El portal de divulgación científica Space.com lo ilustra con un patinador sobre hielo, quien contrae sus brazos para girar más rápido. La distribución de la masa que compone cualquier objeto es esencial para su velocidad.
Los motivos detrás de la redistribución de masa del planeta rojo apuntan a dos hipótesis principales:
La acumulación de hielo en los polos de la superficie marciana.
El resurgimiento de los profundos glaciares que se encontraban bajo las aguas ecuatoriales de Marte.
El histórico experimento
Toda la información que se ha analizado al respecto, apareció en una publicación de la revista Nature. En ella, los autores exploran cómo el planeta se tambalea debido al líquido metálico que tiene en su centro.
El equipo se encargo de estudiar los primeros 900 días de Marte que la misión registró, un periodo suficiente para poder ver alteraciones en la rotación del planeta rojo.
El instrumento detrás de estos hallazgos lleva por nombre Rise (experimento de rotación y estructura interior en español). Rise usa ondas de radio para recolectar información de Marte. La precisión del dispositivo les permitió a los científicos a cargo de la investigación dar conclusiones mucho más certeras de las que se podían formular a partir de los mensajes que mandaban misiones anteriores como Viking I y II.