El gobierno de Bostsuana ha dejado sin efecto, a partir de este miércoles 22 de mayo, la prohibición de caza de elefantes en vigor en todo el país desde 2014. Así, a partir de este jueves vuelve a estar permitido -aunque sea de forma controlada- disparar en este territorio africano contra les animales terrestres más grandes que habitan actualmente en la Tierra.
La polémica decisión entra en vigor después de que una comisión técnica nombrada por el mismo gobierno aconsejara el pasado mes de febrero emitiera un informe en este sentido. Los argumentos principales a favor de la caza de elefantes en Botsuana son la supuesta superpoblación de estos animales en diversas zonas del país, los daños que provocan algunos ejemplares en las tierras de cultivo y los beneficios económicos que pueden conseguirse con la explotación de la caza en safaris.
“Es probable que la medida provoque protestas de los defensores de la biodiversidad, pero se hará popular entre los votantes rurales, antes de una encuesta presidencial programada para octubre”, según destaca el corresponsal de AFP en Gaborone, capital de Botsuana.
La caza comercial de vida silvestre en peligro de extinción, incluidos los elefantes, fue prohibida en 2014 por el entonces presidente de Botswana, Ian Khama, un ferviente protector del medio ambiente. Pero los parlamentarios del partido gobernante estaban presionando para levantar la prohibición, diciendo que las poblaciones de elefantes se habían vuelto inmanejables en partes del sur de África.
Y el nuevo presidente de Botswana, Mokgweetsi Masisi, quien llegó al poder el año pasado, se había distanciado de la política de defensa depredadora a toda costa iniciada por su predecesor, ordenando una revisión de la medida.
”Botsuana ha tomado la decisión de levantar la moratoria sobre la caza”, dijo el Ministerio de Medio Ambiente en un comunicado. Un estudio mostró que “el conflicto entre humanos y elefantes ha aumentado en número e intensidad y está afectando cada vez más los medios de vida” de las personas. El ministerio prometió que la caza se reanudaría “de manera ordenada y ética”.
Botswana tiene, con mucho, la mayor población de elefantes en África, con 135,000 ejemplares registrados en 2015, que se mueven libremente y muchos de los cuales pasan por Namibia, Zambia y Zimbabwe. Algunos expertos estiman que su número casi se ha triplicado en treinta años, y ahora podría llegar a 160.000.
La caza furtiva es la principal amenaza para los paquidermos, cuyos colmillos se venden por oro en Asia, especialmente para satisfacer las necesidades de la medicina tradicional. Los defensores de la vida silvestre se oponen firmemente a la reincorporación de la caza, que dicen que arruinaría el turismo de Botsuana, uno de los pilares de su economía.
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