El objetivo es mejorar la seguridad y la salud pública, además de garantizar el cumplimiento de las normativas vigentes orientadas a una convivencia sana, segura y ordenada. Las acciones se enmarcan en la Ordenanza 9377 de Emergencia Sanitaria, la cual permite intervenir en terrenos en estado de abandono y trasladar los costos a sus propietarios.

El programa consta de dos fases:

Notificación y Concientización: Los inspectores, organizados en cuadrillas, recorren las calles de la ciudad notificando a los propietarios de terrenos baldíos sobre su obligación de mantenerlos en buen estado. Esto incluye la limpieza de malezas, la eliminación de basura y desechos, y la prevención de focos de infección que podrían afectar la seguridad y la salud de los vecinos.

Inspección y Sanción: Una vez concluida la primera etapa, se realiza un nuevo relevamiento en las zonas ya inspeccionadas. Si se detectan terrenos que no han sido mantenidos adecuadamente, se procede a labrar actas de comprobación y se inician los trámites para aplicar las sanciones correspondientes. Esta medida busca incentivar a los propietarios a cumplir con la normativa y prevenir problemas de salubridad.

“Si bien en la mayoría de los casos los propietarios cumplen con el desmalezado de sus terrenos, aquellos que permanecen en estado de abandono implican un costo significativo para el Municipio”, expresó el secretario de Fiscalización, Control Urbano y Actividades Comerciales, Héctor Bergara. “Intervenir en estos espacios representa un esfuerzo logístico y económico que no solo podría evitarse, sino que es fundamental para cuidar la higiene y la seguridad de todos nuestros vecinos”, agregó.

Cuidar la ciudad es tarea de todos
La Municipalidad recuerda a los vecinos que pueden colaborar comunicando cualquier irregularidad de lunes a viernes de 7 a 19 horas, sábados, domingos y feriados de 8 a 13 horas, a través del Sistema de Atención al Vecino 147. De esta forma, se busca agilizar la solución de problemas y evitar la aplicación de multas.

Estas acciones, además de promover el cumplimiento de las normas vigentes, apuntan también a prevenir enfermedades como el dengue y la leptospirosis, que encuentran en los terrenos baldíos un ambiente propicio para su proliferación.