En el Centro de Educación Física (CEF) Nº 5 de calle Alvarado y Eva Perón –barrio San Agustín-, funciona la Escuela de Atletismo Adaptado desde 2018. Allí, niños y jóvenes con distintas discapacidades realizan prácticas deportivas. Lautaro Martínez, estudiante del profesorado de Educación Física, quien participa desde su creación, dijo a AIM: “Hace poco compramos materiales, pero faltan muchas cosas; por ejemplo, en el lugar donde estamos tenemos cajón para saltos pero no tiene arena”.
Lautaro Martínez tiene disminución visual, “solo veo del lado izquierdo en un 50 por ciento”; y como estudiante del tercer año del profesorado de Educación Física, explicó a esta Agencia: “Me manejo bien, soy de adaptarme muy rápido dentro del grupo y las prácticas, busco mi forma más fácil de practicar y entrenar. En la teoría, hay pocos profesores que tienen el material adaptado, por eso me dedico a hacerlo yo a mi manera”.
“Quiero terminar la carrera, es muy compleja; más que nada las prácticas son muy complicadas”, señaló. Al recibirse, a Lautaro quisiera trabajar “tanto con personas convencionales como con discapacidades, dedicarme a distintas ramas como la natación adaptada, atletismo, básquet”.
Con respecto a la Escuela de Atletismo Adaptado, que funciona en el CEF Nº 5, comentó Martínez, “quisiera que se puedan realizar encuentros deportivos de 18 a 24 años, parecidos a los Juegos Evita, para que las personas que puedan salir de ellos tengan un lugar donde seguir yendo a demostrar sus habilidades; muchos, después de los 18, no pueden ir más y esa es su trayectoria dentro de ese deporte”.
Junto al profesor de Educación Física Francisco Quiroga, “creamos la Escuela de Atletismo Adaptado en 2018 con la idea de que las personas que no pudieran participar en los Juegos Evita tuvieran un lugar donde poder seguir practicando y haciendo deportes, que es muy importante para la salud. Fui uno de los primeros en participar de las escuelitas”, recordó. “La idea nuestra es que se realicen encuentros deportivos para jóvenes entre 18 y 24 años, donde las personas puedan seguir compitiendo, entrenando”.
“Hace poco compramos materiales –tortuguitas y conitos-, pero faltan muchas cosas; por ejemplo, en el lugar donde estamos tenemos cajón de salto pero no tiene arena, los saltos en largo no se pueden hacer con una buena técnica para practicar y entrenar. Es muy importante el lugar para trabajar cuando se habla de discapacidad visual, por ejemplo, porque se pueden golpear, hay que tener mucho cuidado con eso. Tiene que estar en condiciones, si no tenés arena en un cajón de salto es medio complicado arreglarse”.