La circulación monzónica hace posible la existencia de la Amazonas tal como lo conocemos. La deforestación está llevando hacia un punto de inflexión climática que afectará a gran parte del continente, incluyendo toda la cuenca del Río de la Plata.
Los resultados de un reciente estudio son reveladores a la vez que perturbadores, ya que revelan que la selva amazónica será incapaz de mantenerse y transportar la humedad cuando se produzca un cambio en el régimen de circulación monzónica que la sustenta. Los vientos monzónicos en Sudamérica permiten el transporte de humedad desde el océano, y su presencia es esencial para la existencia de toda la región del Amazonas.
El monzón sudamericano se acerca a una transición crítica en respuesta a la deforestación.
Este estudio, publicado en los primeros días de octubre en Science Advances, concluye que la selva amazónica está amenazada por el cambio de uso del suelo y el aumento de la sequía y la frecuencia de los incendios. Los estudios sugieren una muerte súbita de grandes partes de la selva tras la pérdida parcial de bosques, pero el umbral crítico, los mecanismos subyacentes y los posibles impactos de la degradación forestal en la circulación de los monzones siguen siendo inciertos.
El título del trabajo es concluyente, al indicar que “el monzón sudamericano se acerca a una transición crítica en respuesta a la deforestación”. El trabajo fue realizado por Nils Bochow, del Departamento de Matemáticas y Estadística, Facultad de Ciencia y Tecnología, UiT The Arctic University of Norway, con sede en Tromsø, Noruega, y Niklas Boers del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, con sede en Potsdam, Alemania. Allí los autores utilizaron un modelo dinámico no lineal del transporte y reciclaje de la humedad en la Amazonia para identificar varias señales precursoras de una transición crítica en la dinámica acoplada atmósfera-vegetación.
Un punto de no retorno en el horizonte
El estudio reveló señales precursoras tanto estadísticas como físicas de una transición crítica que se aproxima. Esta conclusión se obtiene tanto de los datos de reanálisis como de los de observación. De acuerdo con los resultados, se atribuyó estas señales precursoras características a la proximidad de una transición crítica del sistema acoplado atmósfera-vegetación del Amazonas inducida por la pérdida de bosques debida a la deforestación, las sequías y los incendios. La transición conduciría a condiciones sustancialmente más secas, en las que probablemente no podría mantenerse la selva tropical.
Lo cierto es que, como relata The Guardian, el monzón sudamericano, que determina el clima de gran parte del continente, está siendo empujado hacia un "punto crítico de desestabilización", dato que surge de relacionar las precipitaciones regionales con la deforestación amazónica y el calentamiento global. Los autores son enfáticos al indicar que esta tendencia podría delinear una realidad totalmente diferente para gran parte de Sudamérica y el mundo.
Los resultados señalan que se está camino a un punto de inflexión en el comportamiento del sistema de vientos que propician el desarrollo de la selva tropical. Esto podría provocar hasta un 30 por ciento menos de precipitaciones, la extinción de la selva y un impacto nefasto en la producción de alimentos.
Varios precursores de puntos de inflexión
Las observaciones del pasado permiten identificar que la Amazonia y el monzón sudamericano son "un sistema acoplado", en el que la evapotranspiración de la selva tropical recicla la humedad del océano Atlántico para que pueda desplazarse hacia el sur a través del continente. El aumento del desmonte, los incendios, la tala y la minería están empujando el sistema hacia un punto de inflexión, tras el cual se espera que unas condiciones más secas provoquen un brusco "cambio de régimen" en la selva, que sería incapaz de sostenerse y transportar la humedad.
Pero esta condición de cambio no solo afectaría a la región del Amazonas. Otros biomas de la región también se verían afectados, junto con franjas de tierras agrícolas, ya que el monzón se extiende miles de kilómetros hacia el sur, desde el Amazonas hasta la cuenca del Río de la Plata. Tal como se señala en el informe, también habría un impacto climático porque la Amazonia, que sería la más afectada, ha servido históricamente como un importante sumidero de carbono, aunque otro estudio de esta semana sugiere que ahora está tan degradada que, en el mejor de los casos, es neutra en carbono. La extinción de la selva liberaría enormes cantidades de carbono.
Algunos datos en el informe son impactantes. Se detectaron varios precursores de punto de inflexión relacionado con el monzón amazónico, como el descenso de las precipitaciones en muchas zonas, el alargamiento constante de la estación seca amazónica, la reducción de la humedad del suelo y el aumento de la frecuencia e intensidad de las sequías. En una década se han producido tres sequías que, según las estadísticas, se producen una vez cada 100 años.
Fuente: MeteoRed