Un total de 16 muertos y de 118 casos de infección invasiva por Streptococcus pyogenes, una bacteria que suele ser la causa más frecuente de faringitis aguda, se registraron en el país. Según el último Boletín Epidemiológico Nacional publicado por el Ministerio de Salud, cuatro provincias concentran la mayoría de los casos confirmados.
Las regiones que representan el 75 por ciento de los casos confirmados acumulados en toda la Argentina son: Buenos Aires, con 35 casos, Santa Fe con 20, Chubut con 10 y Tierra del Fuego también con 10.
Este virus, además de causar faringitis aguda, puede originar distintas infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina. Sin embargo, en algunos casos puede presentarse como una forma grave o enfermedad invasiva, lo que puede ser mortal.
Streptococcus pyogenes: cómo se contagia
La faringitis por Streptococcus pyogenes, una bacteria altamente contagiosa, se propaga rápidamente a través del contacto directo con heridas infectadas y de partículas expulsadas al toser, estornudar o hablar. Los expertos advierten que el período de incubación de esta enfermedad puede oscilar entre uno y tres días, lo que subraya la necesidad de una rápida detección y tratamiento.
Según el Ministerio de Salud, los síntomas de la faringitis son: dolor de garganta; fiebre; cefaleas; dolor abdominal; náuseas y vómitos; enrojecimiento de faringe y amígdalas; mal aliento; ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
Por su parte, en lo referido a la escarlatina los síntomas más frecuentes son: garganta roja y adolorida; fiebre; erupción color rojo con textura de papel de lija; piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua "aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; dolores en el cuerpo.
Qué cuidados se deben tener
El diagnóstico de la faringitis por Streptococcus pyogenes se lleva a cabo mediante cultivos bacterianos, un proceso que permite identificar la presencia de esta bacteria en la garganta del paciente. Una vez confirmada la infección, los médicos recurren al uso de antibióticos, en especial a la penicilina, como tratamiento efectivo contra esta enfermedad.
Sin embargo, la prevención juega un papel crucial en el control de la transmisión de esta bacteria. Las prácticas de higiene personal, como el lavado frecuente de manos, son fundamentales para evitar el contagio. Además, los expertos hacen hincapié en la importancia de evitar la automedicación con antibióticos en caso de síntomas, y en su lugar, buscar atención médica de manera inmediata.
Esta enfermedad puede presentar complicaciones graves si no se trata adecuadamente, como la fiebre reumática o la glomerulonefritis postestreptocócica. Por lo tanto, es vital que las personas estén conscientes de los métodos de transmisión, diagnóstico y prevención de esta enfermedad para evitar su propagación y garantizar un tratamiento oportuno.