El primer cruce será en la Universidad Nacional de Santiago del Estero el 1° de octubre; la agenda de género quedó fuera de los asuntos a discutir.
Como parte de la nueva dinámica definida por la Cámara Nacional Electoral para llevar adelante los dos debates presidenciales previos a la elección general del 22 de octubre, la ciudadanía eligió a través de un formulario público los ejes temáticos a incluir en la discusión entre los candidatos.
Con un 57,94 por ciento, se definió que, en el primer duelo discursivo, en la Universidad Nacional de Santiago del Estero el 1° de octubre, se incluirá el tema “derechos humanos y convivencia democrática”, mientras que con el 18,6 por ciento, la ciudadanía eligió incorporar al segundo debate en la Facultad de Derecho de la UBA el 8 de octubre el tópico “desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”.
El alto porcentaje que obtuvo la selección del tema “derechos humanos y convivencia democrática” cobra relevancia después de la polémica que se desató a principios de septiembre luego de que Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de Javier Milei, organizara un acto en la Legislatura porteña para “homenajear a las víctimas del terrorismo”.
Como respuesta, organizaciones kirchneristas, de derechos humanos, políticas y sindicales se movilizaron para rechazar la actividad, lo que generó un clima de mucha tensión en la puerta de la sede legislativa porteña. La Policía de la Ciudad de Buenos Aires desplegó ese día un importante operativo para contener a los manifestantes y valló los alrededores del lugar. Por su parte, la presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, calificó la actividad de “aberrante”.
Con un perfil más bajo que sus contendientes de Unión por la Patria y La Libertad Avanza, los referentes de Juntos por el Cambio evitaron sumarse a la discusión sobre el homenaje a víctimas de ERP y Montoneros que organizó Villarruel.
Entre el jueves y el sábado, la Cámara Nacional Electoral puso a disposición el formulario a través del cual la ciudadanía pudo elegir los asuntos a incluir en el debate. Estaban habilitados a participar todos los que estuvieran en condiciones de votar en las elecciones generales. Entre los tópicos, además de los dos más votados, se incluyeron Salud (que sacó 6,82 por ciento); Justicia, instituciones y transparencia (6,62 por ciento); Relaciones de Argentina con el mundo (5,53 por ciento); Federalismo y desarrollo regional (3,35 por ciento); y Defensa (1,14 por ciento).
La candidata Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad- FIT, había propuesto sumar también la agenda de género y diversidades como opción para debatir, pero su iniciativa no prosperó. “Seguimos peleando por los derechos de las mujeres”, indicó la postulante en redes sociales.
Además de lo que surgió a partir de la participación ciudadana, en el primer debate se definió a través de un sorteo que la conversación girará en torno a “Economía y Educación”, mientras que en el segundo estará delineada por los asuntos de “Seguridad, Trabajo y Producción”.
En la mecánica va a haber, para cada candidato, un minuto de inicio, otro de cierre y durante el debate va a existir la posibilidad de hasta cinco derechos a réplica de un máximo de 45 segundos. “Pensamos que puede ser más dinámico para la ciudadanía. Un debate que muchas veces se lo critica por el exceso de formalidad”, explicó el presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Ricardo Dalla Via. En cuanto a los cruces de preguntas entre los candidatos, serán sorteados antes de la realización de cada debate.
Las suspicacias de los libertarios
Dalla Via explicó durante el sorteo público en el que se determinó el orden, la posición y las temáticas, que tanto el Consejo Asesor como los equipos de campaña de cada candidato definieron que el debate debería tener mayor dinamismo. Por eso, se definió incorporar temas aportados por la ciudadanía.
Justamente este detalle fue una de las causas por las que, después de las PASO, comenzó a circular el rumor de que Milei podría ausentarse de los debates. Entre los dirigentes de La Libertad Avanza aumentó la preocupación de que su referente nacional fuera el centro de todos los ataques; no solo del resto de los candidatos, sino también del público, a través de las preguntas de la ciudadanía. Algo que en el campamento libertario fue denunciado como una posible “emboscada” a su líder.
“Obviamente [iré], no sé a quién se le ocurrió decir que no iba”, aclaró Milei, al pasar, a la salida del Latam Economic Forum, una reunión de economistas que se realizó hace dos semanas en el Hotel Alvear. Sus palabras fueron en línea con lo señalado previamente por su compañera de fórmula. “Javier va a ir a los debates y yo lo voy a acompañar”, sostuvo Villarruel en una entrevista con LN+.
El orden de exposición
Como una forma de ordenar y equilibrar las instancias de discusión previas a la elección del 22 de octubre, se definió la semana pasada, a través de un sorteo público, que en primer lugar intervendrá Bregman, seguida por Milei, Sergio Massa (Unión por la Patria), Bullrich (Juntos por el Cambio) y, por último, Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país).
Con representantes de todos los espacios políticos, se determinó, además, que la ubicación física de los candidatos en los atriles, en las gráficas promocionales, en la pantalla televisiva y de los equipos de campaña e invitados en los recintos será, de izquierda a derecha: Bregman, Massa, Bullrich, Schiaretti y Milei.
Los equipos de campaña de los cinco candidatos presenciaron el sorteo y firmaron el acta. Estuvieron presentes Martín Siracusa y Cristian Larsen por Juntos por el Cambio. El extitular de Anses Diego Bossio representó a Hacemos por nuestro País. Por Unión por la Patria estuvieron el vocero de Massa, Santiago García Vázquez, y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos. Santiago Caputo, una figura cada vez más gravitante dentro del armado libertario, y Karina Milei acudieron por La Libertad Avanza. Guillermo Andrés Ermilli y Carlos Alberto Platkowski fueron los representantes por el Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Fuente: La Nación